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CAPITULO 18: Sierpe sobre brasas




SIERPE SOBRE BRASAS
Primera parte


Jerusalén 1197 d. C
Hasta ahora…
Dudosa era hasta ahora la presencia del clan Tremere en la ciudad eterna de Jerusalén. Por fin Mara, la Regente de la nueva Capilla Tremere, ha hecho realidad lo que solamente era un anhelo lejano de Ceoris.

Los personajes fueron parte importante tanto en la búsqueda de un emplazamiento para el importante lugar, como en la defensa de la construcción del mismo. Los incansables enemigos de los Tremere, los “Demonios” Tzimisce, también han llegado hasta esta lejana tierra de Ultramar. Junto a sus hordas de monstruos y su hechicería Kouldunica han intentado, sin éxito, una y otra vez impedir la inauguración de la nueva Capilla Tremere.

La tormenta parece haber terminado y ha dejado varias bajas tras de sí. Jaroslav Vadjanosz ha cumplido su venganza acabando con su infame tío Bogdan, artífice de los ataques a la Capilla. Cadios, el Ravnos murió abatido por sus ghoules Szlachta despertando por fin a la realidad y con su marcha, la de todo el pueblo zíngaro que lo rodeaba a las afueras de Jerusalén. En plena contienda Dragomir, neonato Tzimisce, fue asesinado por su Sire, el Desollador que así mismo acabo devorado por las criaturas de su aliado Bogdan. La última de las bajas fue la del maquiavélico hermano Malkavian de Jesper, Samuel,  apodado por sus hermanos: “el conspirador”. Su muerte definitiva fue el culmen de una profecía revelada por el mayor de los hermanos, el propio Malkav, el Antediluviano.

Ahora los personajes han sido ascendidos por su valor y han puesto al servicio de Mara, la Regente Tremere, sus armas y Disciplinas.

La calma parece haber llegado, tras disiparse el caos, limpiarse la sangre y despedirse de los difuntos.

Todos los supervivientes al ataque de la Capilla aceptaron asistir a una peculiar reunión, donde Mara reveló su mayor secreto y tras ello, todos se sintieron unidos a su noble causa.

Adam el Capadocio también fue nombrado consejero de Mara. Lamentablemente la Regente Tremere les ha pedido, que por el bien de su “Mascarada”, deben matar a su conocida Inés Arista, la Tremere “rebelde”…


Nicolás "el manso", Malkavian
Un Tzimisce y un Malkavian
Itachi y Nicolás III, regresaban al refugio por el alcantarillado para no llamar la atención. Aquí abajo, el Malkavian siente el miedo de estar un poco más cerca de donde jamás debe acercarse...la tumba de Malkav.

Almagor, Nosferatu contacto de Cadios se encuentra con ellos en la oscuridad y recibe la mala noticia de la muerte del Ravnos. Nicolás cambia de aspecto y ahora más violento cómo “el Caníbal”, se zampa una rata de forma asquerosa.

El Nosferatu, en su línea, hace un trato con los personajes. Si le secundan la adquisición de un refugio seguro en el barrio judío, al que ya le tiene echado el ojo, les dará cierta información que les puede ser de utilidad...

Itachi y Nicolás aceptan y en noches posteriores intentan, sin éxito, hacerle llegar el mensaje a Mara. La Tremere está ocupada y no puede recibirles.

Tres noches después, Almagor, Itachi y Klaus, el hermano bromista de Nicolás, se
Almagor, Nosferatu
encuentran en el cementerio judío, donde Adam reza ante las tumbas más antiguas. Klaus, cómo médium, escucha una linda voz hebrea canturreada por una mujer y la tararea con mesura.

El Capadocio no puede ayudarles para qué el refugio elegido por Almagor sea seguro y se van por dónde han venido, de nuevo con las manos vacías.

El Nosferatu desesperado, les da la información a cambio de qué le aseguren ese sótano cuando puedan, en la mayor brevedad.

Almagor, con temor, les dice que un viejo y poderoso Nosferatu vigila todos sus pasos desde las profundidades de la ciudad. Es alguien peligroso de nombre impronunciable y qué deberían tener en cuenta en el futuro...

El escurridizo Nosferatu desaparece en las sombras y ambos vampiros se quedan pensativos.


Malkav, antediluviano Malkavian
El discurso del lunático
Malkav se encuentra en el refugio comunal y se dirige a todo el grupo... aunque realmente esta solo:

–Mi más sincera enhorabuena –dice el Antediluviano sabiendo que aunque no haya nadie, están todos– Por fin, os habéis liberado de esas cadenas  mentales que os ataban a varios ancianos, que no son más que críos enrabietados. Los jóvenes sois el futuro y ahora vais a poder demostrarlo.

–Yo a través de mis hijos os observo –dice mientras señala uno de sus ojos– y estoy locamente complacido… Sois los generadores de la Gehena.

–Sé que mi mensaje parece contradictorio –Malkav mira al techo y levanta los brazos– Yo no soy un antiguo, soy un Dios compasivo y como tal, quiero que ascendáis. Esos críos a los que llamáis erróneamente antiguos solamente son sanguijuelas que absorben la existencia de los demás. Como si eso les sirviera de algo… jajajajaja

–Escuchad esto último atentamente –El Antediluviano señala a la nada– los hijos se alzaran contra sus padres y sus abuelos les premiarán por ello.

El resto de personajes que se acaban de despertar salen de sus cuartos al escuchar una voz y cuando salen, Malkav está haciendo reverencias hacia la nada tras su emocionante discurso. Ninguno de ellos ha escuchado ni una palabra, pero esto no parece preocupar al Malkavian, que les da los buenos días para después irse dejándoles a solas.


Ciudad antigua de Jerusalén
Xake mat
Itachi Uchiha, el misterioso Tzimisce oriental, camina por el barrio musulmán en dirección a la cárcel real. Va envuelto en una túnica oscura para no llamar la atención, pero tiene una gran desventaja social. Ser oriental le supone ser un ciudadano de segunda clase. Su aspecto y forma de hablar produce desconfianza entre los ciudadanos de Jerusalén.

Muchos Cainitas retienen los prejuicios de las sociedades que les soportan y esto puede acarrear problemas mayores para Itachi. Seguramente si una multitud enfurecida busca un chivo expiatorio, es más que probable que el Tzimisce se convierta en su blanco.

La mayoría con los que se cruza, piensan que está enfermo por su tono de piel y se apartan con mirada de asco. Al llegar a su destino, sufre en primera persona este defecto social. El soldado que guarda la entrada a la cárcel le escupe y ordena que se aleje de allí o llamará a un guardián para ser expulsado de la ciudad.

La bestia se revuelve en su interior queriendo salir y decapitar con sus manos al antipático humano, pero Itachi se controla sabiendo que no hacerlo puede ser fatal para el soldado y si le ven despedazarlo, también para él.

Itachi quería ver a su contacto en los calabozos de la cárcel. Necesita intercambiar información con él, parece saber mucho para ser un preso…. sus enigmas suelen estar a la altura de sus consejos. ¿Quién será?

Se las ingenia para entrar, diciendo al guardia que viene de parte del Gobernador y ante sus firmes palabras le abren el portón de metal y desciende a los calabozos más profundos.

En uno sin vigilancia, olvidado de la mano de Dios, hay una mesa frente a los barrotes con el tablero de Xaturanga, que se encuentra en posición de inicio.

¿Has encontrado ya a Mandalay? –pregunta el encapuchado mientras abre con las blancas.

No –responde Itachi acercándose al tablero al otro lado de los barrotes– pero he dado un gran paso en la buena dirección.

Y con los Brujos ¿Cómo fue? –pregunta el encapuchado.

Mejor de lo esperado –responde Itachi.

–¿seguro que ya has pagado el precio de tu alianza? –pregunta el preso.

Sí, he pagado el precio –afirma el Tzimisce.

–Sabes que toda alianza tiene una cara pero también una cruz –dice mientras mueve ficha– ¿Cómo crees que sentará tu nueva alianza a tus familiares?

–No me preocupa –dice Itachi– sé lo que hago.

Itachi se toca inquieto el anillo de su dedo índice mientras piensa la siguiente jugada y acaba moviendo al fin. El encapuchado se fija en ello y le pregunta:

–Tienes mucho apego a ese anillo ¿verdad? –Itachi piensa en todo lo que tiene que comunicarle a su mentor y hace noches que no le llama ¿Por qué? La preocupación se dibuja en la cara del guerrero oriental. 

–¿Te gustaría que te contase un cuento? –pregunta el preso mientras mueve– quizás te ayude a pensar en otra cosa…

Itachi accede y el hombre comienza a hablar en susurros:

“Hay quien cree que la verdadera tumba del rey David se halla en realidad enterrada bajo las arenas, oculta por el paso de los siglos, capa de civilización tras conquista y destrucción de Jerusalén.

Sea cual sea la verdad, todos los Cainitas tienden a evitar una zona cercana a Jerusalén. Hay algo que deja a muchos de ellos inquietos siempre que pasan demasiado cerca del corazón de David.”

–Xake mat. Rey muerto –dice el preso sonriente– Itachi, hoy no estás concentrado en esta batalla y así no puedes ganar. Deberías centrarte en lo que haces, si no quieres acabar como desean tus enemigos…

–Creo que deberías irte –continua el preso– en unos instantes el guardián vendrá a hacer su ronda, no creo que fura bueno para nadie que te encontrara aquí abajo.

–Muchas gracias por tus sabios consejos –se despide Itachi.

Itachi pensativo, sale de la cárcel de forma sigilosa. Aun resuenan en su cabeza las palabras del enigmático preso cuando éstas desaparecen y en su lugar escucha una risa estrepitosa y escandalosa: “¡¡¡JAJAJAJA!!!”.

En guardia, desenvaina su katana hasta que se da cuenta de que la risa solamente está en su cabeza. Tras unos inquietos segundos deja de oírla…


Gabriel, anciano Toreador
Gabriel el herrero
Gabriel, el anciano vampiro, se fija en la tosca prótesis de su brazo derecho. Le cuesta enfocar, siempre ha sido algo corto de vista, pero cuando la ve claramente piensa en cómo perdió el brazo…

Fue de humano hace tantos siglos ya… es inevitable que en la batalla diaria del herrero contra el fuego y el yunque, siempre hubiera alguna amarga derrota, y en la de Gabriel lamentablemente perdió el brazo. Dejó de ser herrero para ser el mejor maestro herrero de Jerusalén.

El Toreador siempre ha tenido una apariencia imponente y su tosco brazo de metal y madera alimenta esta imagen. Da la sensación de que hubiera vivido grandes dramas hace más de un milenio y así es…

No hay que olvidar que Gabriel fue uno de los elegidos por el Rey David.

Hace más de dos mil años, Jacob, Mikeas, Isaac, Eliseo y Gabriel, fueron algunos de los elegidos por David en secreto, quien les confió su plan para conquistar la inexpugnable Jerusalén a través de la gruta secreta del "sinnor".

Muchos hombres entraron en ese agujero al infierno pero solo estos cinco salieron de allí. Tuvieron que batirse contra demonios subterráneos y una vez fuera abrir la puerta de la ciudad amurallada desde dentro. El ejército de David, oculto y preparado, entró rápida y eficazmente, tomando la ciudad sin apenas violencia.

El rey David nombró a todos los integrantes del tercer grupo, héroes locales y a ellos se les atribuyo la toma de Jerusalén. Fueron nombrados también maestros en sus artes y consejeros de confianza del agradecido rey.

Actualmente no se siente especialmente orgulloso de haber vendido al Salubri Nahum a los Tremere, pero su pago hizo que descendiera de generación, una vez más, como aquella vez cuando diabolizó a su rival, alcanzando la generación de su Sire, Elsh el Arquitecto de Templos.

Con el pacto de no agresión vigente entre el anciano Toreador y Mara la Regente de la actualmente inaugurada Capilla de Jerusalén, Gabriel ha decidido ayudar a Inés Arista, su contacto.

A Inés no parece importarle las vetas negras del aura de Gabriel, posiblemente sepa por boca de Mara que fue su regalo el que ayudó a descender la ya baja generación del anciano, dejando la macula del crimen en su halo, esta vez no por diabolizar, si no simplemente por robar sangre de un Antediluviano y beberla sin pensar en las consecuencias.

Ahora es difícil quitarse el sabor de esa Vitae de la cabeza y este encargo de la joven Tremere le ayudará a entretenerse y pensar en otra cosa.

Inés se encuentra con Gabriel fuera de las murallas de Jerusalén, al otro lado de la puerta de las basuras. Lugar donde antiguamente amontonaban todos los deshechos de la ciudad, ahora todo el sur de Jerusalén se encuentra lleno de montañas de escombros, tantos como los de una ciudad entera.

–Buenas noches Gabriel –dice Inés– Tengo un ritual taumatúrgico entre manos y quería pedirte ayuda sobre como grabar en roca muy dura. Quería saber con qué tipo de herramienta podría hacerlo. Sé que no eres cantero y tu oficio fue el de herrero pero seguramente puedas ayudarme.

Gabriel le explica a Inés como las armas que forjaba hace dos mil años eran legendarias en Jerusalén y le enseña la ultima que queda, la tiene envainada y aún está entera. Ha sobrevivido el paso de los años por que ha sido forjada por uno de los mejores herreros… él mismo.

Inés se la pide y el Toreador accede cediéndosela con cuidado. Inés la envuelve con su capa y le promete que la cuidará ante el recordatorio de Gabriel de que no la quiebre.

La Tremere agradecida le pregunta qué puede hacer para devolverle el favor. Y Gabriel le recuerda que tiene su aura manchada de vetas negras que le delatan como diabolista, cuando lo único que hizo fue saborear un poco de la sangre de un Salubri de cuarta generación, Nahum, chiquillo de Saulot.  

–Sabes que no es la primera vez que me lo piden dice la Tremere sonriendo.

–Me gustaría poder pagar los errores de mi existencia… –confiesa Gabriel melancólico. 

Inés entiende su sentimiento, ella también se siente así en cierto modo.

Unas noches después de este encuentro, “el Guardián”, ghoul de Inés le hace llegar a Gabriel su espada intacta. El Toreador pide que le transmita sus respetos a su señora.


Sven, Brujah
Una sagrada misión
Sven sale de la cueva en la que se ha refugiado esta noche. Aún huele a carroña que debió traer aquí alguna alimaña. Con ese horrible olor el vikingo se topa de bruces con un enorme lobo negro que le ruge enseñándole los dientes.

–Hola Alexandrus –saluda Sven.

Ante sus atónitos ojos el enorme lobo se transforma en Alexandrus, el guerrero griego del clan Gangrel, brazo ejecutor de su Sire Celine. En guardia, espera el momento en el que el neonato pierda los nervios y le provoca enseñándole los colmillos y rugiéndole descaradamente a la cara.

–Alexandrus deja de echarme tu asqueroso aliento –esputa el vikingo al salvaje Gangrel.

Sven controla su bestia interior, que desea salir a “pasear” y de paso romper alguna cabeza Gangrel…

–No seas estúpido y deja de comportarte como un perro rabioso –dice Sven.

Todo intento del vikingo varego de retomar el dialogo es ignorado por Alexandrus, que está deseando medirse el lomo con el Brujah.

Alexandrus, Gangrel
Son ganas de joder, sabiendo que un vampiro normal podría no afectarle su provocación pero ¿a un Brujah? La bestia quiere partirle la cabeza y beber de su cuello hasta acabar con sus asquerosos ruidos guturales. Pero Sven es capaz de mantenerla atada a pesar de su ardiente alma Brujah y su conocida debilidad.

Alexandrus se arrodilla pero no es ante Sven, si no ante su Sire Celine, la sabia Ancillae que viene sobre un imponente caballo blanco. Con gran agilidad desmonta y deja al corcel a cargo de Alexandrus.

–Vengo de visitar una fortaleza Templaria y he conseguido algo muy interesante –dice Celine sin saludar a su chiquillo– No iba a dejar que entrases en Jerusalén sin un objetivo concreto. Sé que no eres un diplomático y que te viene grande mi último mandato de  conseguir mantener la frágil paz y fomentar la unidad entre vampiros de las diferentes facciones en Jerusalén. Ya me conoces hay noches que mi vena idealista puede conmigo.

Celine se sienta en una roca y hace una indicación con la mano a Sven que se siente a su lado. Alexandrus vuelve a transformarse en lobo y vigila las inmediaciones con sus ojos rojos cual par de brasas incandescentes.

Sven se sienta y su Sire continúa:

–Recuerdas que me he empeñado en que aprendas que en esta no vida hay mucho más
Celine, Sire de Sven
que los bienes materiales, ¿verdad?...

Sven asiente –pues durante un tiempo deberás olvidarlo. Ya que hay determinados bienes materiales, que con su poder sería más fácil conseguir nuestros objetivos idealistas… ¿me explico? –pregunta Celine sin esperar respuesta.

–Quiero que consigas esto para mí –La Brujah entrega a Sven un viejo pergamino escrito con tinta dorada–

Cuando Sven le recuerda que no sabe leer, ella se golpea severamente la cabeza diciendo –es verdad, violar, saquear y matar –Celine sonríe burlonamente mirando al vikingo varego.

Y le lee en voz alta el pergamino:



La Mesa de Salomón
(rey de Israel, 978-931 a. C)

Conocida también con los nombres de Tabla o Espejo de Salomón–, es una leyenda que cuenta cómo el rey Salomón escribió todo el conocimiento del Universo, la fórmula de la creación y el nombre verdadero de Dios: el Shem ha-meforash, que no puede escribirse jamás y solo debe pronunciarse para provocar el acto de crear. Según la tradición cabalística.

"Salomón lo confía a una forma jeroglífica de alfabeto sagrado que, aunque evita la escritura del Nombre de Dios, contiene las pistas necesarias para su deducción. Este jeroglífico tiene como soporte material un objeto: la llamada Mesa de Salomón".

Según esta leyenda, la trascendencia de la tabla está en que dará a su propietario el conocimiento absoluto, ya que el pronunciar el nombre de Dios significa abarcar a toda su creación…

…pero el día que sea encontrada el fin del mundo estará próximo…


Tras leerlo se lo entrega, monta su caballo y se despide de él diciéndole de forma muy seria las siguientes palabras:

 –Recuerda chiquillo, “el buen juicio lo da la experiencia y gran parte de ella la da el mal juicio”

Celine cabalga su corcel blanco junto al Gangrel Alexandrus, ahora en forma de lobo negro.

–Por cierto Sven…  –grita Celine mientas se pierde en el horizonte ¡TODO EL MUNDO SABE QUE EL SANTO GRIAL ESTÁ EN ESCOCIA!

Dejando solo a Sven que se encamina hacia Jerusalén, o como la llama su Sire: la ciudad Eterna.


Jaroslav Vadjanosz, Tzimisce
Devoción Tzimisce
Jaroslav Vadjanosz es infame entre los Altos clanes, cualquier Ventrue, Lasombra o Tzimisce con el que se cruce seguramente habrá oído alguna de sus historias de rebelión, ruptura de cadenas o Amaranto. Por supuesto se han expandido como la brea ardiendo sobre el mar en calma. Vadjanosz es el inicio de una maldita leyenda que comenzó matando un Teremere en los Cárpatos y diabolizando a continuación a varios Vástagos; Ha continuado con la caída del imperio de su abuelo Janosz y la dieblerie del mismo por la Sire de Jaroslav, Katja; Y ha terminado con la muerte de su tío Bogdan en una Capilla Tremere que ha ayudado a construir e inaugurar, como aliado de la Regente de dicho lugar.

A cualquiera que se lo cuente, pensaría sin dudarlo que Vadjanosz es un Malkavian con
Sarcófago de la Sire de Vadjanosz
mucha imaginación. Pero todo ocurrió y es real. Igual de real que el sarcófago de su Sire, aquí presente.

El Tzimisce permanece sentado frente al gran cajón ricamente labrado, que se encuentra en una cámara secreta de la Capilla Tremere, guardado por el espíritu de un Dientes de Sable.

Tampoco sería grato que ningún Tremere le encontrase en este lugar, ya que tiene a todo el clan tras su cabeza. Pero poco más importa al Tzimisce rebelde que despertar a su Sire, Katja, Tzimisce, Influyente, poderosa, agresiva y violenta. En el pasado el Sire de Katja le concedió abrazar a un chiquillo, Jaroslav, para tratar de distraerla de su competitividad con su otro chiquillo, Bogdan, primogénito y “heredero” mientras que Katja era la Senescal y “heredera de los conocimientos místicos”.

Ahora Bogdan ha muerto a manos de Jaroslav Vadjanosz, lamentablemente con poco sufrimiento  para gusto del Tzimisce. 

Detalles del sarcófago
Vadjanosz no puede dejar de mirar el sarcófago tallado en madera negra del bosque de las almas. Confeccionado por los mejores maestros artesanos y hechiceros Koldunes. La luz no es capaz de entrar y Katja dentro, se encuentra protegida de todo mal, al menos mientras Jaroslav encuentra la forma de despertarla de ese mágico sueño.

Era el sarcófago sagrado de Janosz, su abuelo, y ahora, su Sire Katja descansa en él, en un letargo inducido por una maldición adquirida en el mismo momento en el que diabolizó la esencia de su viejo Sire Janosz. Jaroslav siente tal devoción por su creadora que está totalmente rendido a su Sire Katja, si algo le pasará…

El resto de la noche se la pasa en la biblioteca de la Capilla Tremere, donde solamente de vez en cuando aparece Rusticus, la Gárgola de Mara, para vigilar que todo está correcto y Amelia, su ghoul que busca algún tomo y se va igual de rauda que apareció. Vadjanosz no quiere ni pensar lo que se le puede estar pasando por la cabeza a la bella ghoul cada vez que ve a un infame Tzimisce buscando entre los libros de su Señora Mara. Que maravillosa locura…


Sobek, Nosferatu
Bajo Jerusalén
Bajo un pequeño lago de agua subterránea bajo Jerusalén una gran forma humanoide anfibia se alza en la pedregosa orilla. Sus ojos están acostumbrados a la oscuridad y su en resbaladiza piel un fango verdoso ilumina tenuemente la estancia. Ante el horripilante ser otro aún más feo y enorme, con una boca descomunalmente gigante. Es Sobek que pasea con uno de sus amigos de la mano a en plena oscuridad, mientras le susurra algún chiste y ríe nervioso. Su amigo es un cadáver descompuesto y ya sin ojos ni a penas pelo.

–Sobek, soy Y'ha-nthlei, tu maestro –dice el Nosferatu mientras emerge del agua y agarra un pez, que decapita de un violento mordisco masticándolo. Después le ofrece los restos a Sobek. El neonato Nosferatu le da un mordisco y le mete un trozo en la boca a su “amigo”. 

–Nunca tuviste Sire, ya lo sabes –comienza a acariciar al monstruoso Sobek– fuiste
Y'ha-nthlei, anciano Nosferatu mentor de Sobek
abandonado a tu suerte tras ser abrazado y arrojado como una basura a las cloacas. Yo siempre quise ser padre
–Y'ha-nthlei mira al infinito y continua–  y nunca vi la oportunidad de hacerlo. Así que ahora mira, yo soy tu Sire… tu espejo al que asomarte para saber que deber hacer para crecer en la dirección correcta –se yergue firme como un general– Yo me intereso por ti, te he enseñado todo lo que sabes, yo te aconsejo y te ayudo… a pesar de tus… “amigos”…  mira con asco al cadáver que cuelga como un guiñapo putrefacto, de la mano de Sobek.

–¿Y por que todo esto? –pregunta sin esperar respuesta– por la misma razón por la que todo el mundo se reproduce, para que su hijo pueda trabajar ayudando a su padre. Y tu –señala con el dedo tocando su gran pecho verdoso con su uña puntiaguda– Sobek, deberás ahora portarte como un hijo y reportarme parte de mi sacrificio y tiempo. Contándome que sucede en la superficie... cómo ya estás haciendo…

No me sienta bien salir a la luz de la luna –dice altivamente Y'ha-nthlei– No guardo buenos recuerdos de la última vez que pisé la superficie, hace tantos siglos ya… –una expresión de temor asoma por la faz de Y'ha-nthlei.

–No lo necesito. Desde aquí abajo puedo controlar a mis muñecos como tu controlas a los tuyos Sobek, la diferencia es que los míos son más… vivos… –mira fijamente al escamado neonato.

–Hijo mío para que yo siga apoyándote, tú deberás demostrarme que merece la pena haberte enseñado…. Sube a la superficie, deja a tus amigos aquí abajo, te estarán esperando cuando vuelvas. Y dime lo que ocurre ahí arriba.

–Me gustaron tus ultimas noticias sobre un nuevo clan que aflora en Jerusalén y debo saber porque. Los Tremere, esos Brujos a los que ayudaste con su Capilla. Quiero saber todo sobre ellos, cuántos son, que buscan, cuanto poder tienen, quienes son sus aliados, quienes sus enemigos… cuáles son sus secretos… secretos… deseo saber sus secretos… –el gran anfibio mira al infinito con el puño cerrado– descúbrelo y cuéntame cuando lo sepas todo sobre ellos.

Sobek pensativo afirma con la cabeza y recuerda a su Sire que ya lo está haciendo y que seguirá haciéndolo mientras se lo pida. Hablan sobre el asunto, y sobre el poder de la información. Sobek también le pregunta a cerca de un posible posicionamiento con alguna de las facciones de la superficie y Y'ha-nthlei le dice que mejor no tenerlo y ganar de todos ellos.

Dejando a su “amigo” en su refugio, se escabulle por el laberinto de escombros y catacumbas derruidas que conforman los subsuelos de Jerusalén y emerge de una húmeda y sucia alcantarilla a la tranquila y calurosa superficie. Una rata de su Sire le conduce hasta una casa con la puerta blanca y se escabulle de nuevo hasta las alcantarillas.

 
Lucian, Malkavian
El sexto lunático
Lucian acaba de llegar a Jerusalén. Se encuentra abrumado y fascinado por la ciudad Eterna. Los siglos pesan bajo las calzadas que pisa. La fe latente en cada templo que atemoriza al neonato. Los cuatro barrios de cuatro pueblos diferentes, musulmanes, cristianos, judíos y armenios. Cada uno en un barrio encerrado tras sus propios muros, como si se tratase de cuatro ciudades juntas, como un enorme rompecabezas de civilizaciones.

Ha sido convocado por su Maestro, su Señor, por el Padre de todos. Él es quien  le reclama más allá de las tierras que Lucian conoce.

El Malkavian camina guiado por su instinto, lleva una carta en la mano y la aprieta más y más a medida que se acerca a su destino. Sus nervios están a punto de aflorar junto a la bestia, pero Lucian es capaz de contener todas sus emociones.

Al final va a reunirse con sus hermanos de clan y podrá poner en práctica sus enseñanzas. Por fin es libre y será ahora cuando tenga que demostrar por qué fue elegido para venir a Jerusalén.

Sabia donde debía ir y a quien debía darle la carta que Malkav le había escrito y enviado. El propio Antediluviano Padre de todos los lunáticos, originario de todos los Malkavian.

Lucian se encuentra por fin en el barrio musulmán y camina hasta llegar a un peculiar y sencillo templo recién reformado. Por las huellas del suelo, parece haber sido atacado recientemente, debió ser toda una marabunta de atacantes.

El joven se encuentra ante la Capilla Tremere “Dientes de Sable”, recién inaugurada y presentada a la Estirpe por Mara, su poderosa y misteriosa Regente, una Tremere llena de secretos.

Llama a la gran puerta desgarrada por grandes zarpazos. Tras unos segundos de incertidumbre una monstruosa ¿Gárgola?, le da la bienvenida.

Rusticus, Gárgola de Mara
Su aspecto es el de una gran, rocosa y bípeda figura. No del todo corpulenta. Se presenta como Rusticus. Es una criatura de elegantes curvas y afiladas espinas. Su piel está cubierta con un diseño natural de barroco grabado. Rusticus no es un canalón toscamente labrado para adornar una catedral de segunda categoría en alguna parte; es una obra de arte por sí misma.

Lucian aprieta la carta con el sello roto de Malkav. Rusticus la ve pero el Malkavian no se la da. Pregunta por Mara y la Gárgola cierra violentamente la puerta al joven en sus narices.

Es lógico que no le dejen entrar en una Capilla Tremere, pero tras una corta espera, Rusticus regresa y conduce al neonato hacia el interior de la Capilla.

Una vez dentro el regocijo de Lucían va en aumento, va a conocer a su nuevo Señor, noble de espíritu y creyente como él, va a conocer a Nahum...

¿Qué ponía en la carta escrita por Malkav? Lucian la relee:


Querido hijo Lucian,

Te he convocado a estas tierras para que seas mi regalo a Nahum, por encargarse del molesto Samuel.

De mis hijos eres el más ferviente creyente del altísimo y como tal se que serás un valioso Paladín de tan digno Señor y a partir de ahora serás su brazo contundente.

Ten en cuenta una cosa más hijo mío, cuatro hermanos tuyos habitan en Jerusalén, se llaman Jesper, Klaus, Alice y Nicolás Tercero. Se respetuoso con ellos ya que son familia y sinceramente me divierten mucho, así que cuida también de tus hermanos de clan.

Cuando llegues a la Capilla Tremere situada en el barrio musulmán, pregunta por Mara y una vez estés con ella, preséntala tus respetos y dale esta carta. Ella te conducirá a Nahum.

Me despido de ti sabiendo que eres lo mejor que le puedo ofrecer a los Salubri y a su noble causa, no sin antes decirte que yo también puede que alguna vez camine por el lugar para saber que todo está en orden…

Besos y muchos abrazos.


Malkav, padre de todos los lunáticos


Aesir Pentagast, Tremere
Dos nuevos vástagos en la ciudad
La Capilla olía a sangre fresca y por dentro parecía que había recibido el ataque de una horda Tzimisce. La estaban reconstruyendo pero se veía que aun quedaba por hacer. Una escultural Gárgola miraba fijamente al extraño, sin quitarle ojo. Se ha presentado como Rusticus y permanece inmóvil confundiéndose entre la maltrecha decoración.

El imponente Esqueleto de un enorme Dientes de Sable presidia el vestíbulo circular. Una mujer encapuchada apareció y disculpó a su señora Mara, la Regente de la Capilla. Vendría su consejero para hablar con vosotros.

¿Vosotros?... de pronto el joven brujo reparó en que un encapuchado permanecía en silencio al otro lado de la habitación. Inmóvil y sigiloso. Su vestimenta la de un guerrero eclesiástico, armado con una espada enfundada.

No se veía su rostro, pero parecía estar mutilado por una fea cicatriz. El otro extraño era joven y parecía nervioso y apretaba una carta en su mano, como si la no vida le fuera en ello.

Rostro de Lucian, Malkavian
Ambos extraños se presentan como Lucian, el joven de la carta y Aesir Pentagast el de aspecto de mago. Conversan afablemente mientras el brujo ordena parte del mobiliario. Lucian le cuestiona dicha acción, no le parece bien tocar nada de sus anfitriones, lo tengan cómo lo tengan… ¿y si es así de desordenado cómo debe estar? 

De pronto un hombre vestido de sabio rabino aparece en la estancia. Es de mediana edad con el pelo y la barba largos, rizados y negros. El lado derecho de su rostro está desfigurado y al ver la cicatriz del joven sonríe sintiéndose reflejado en él.

Buenas noches Vástagos –saluda el hombre– soy Adam, del clan Capadocio, Consejero de la Regente Tremere. Ser bienvenidos a Saberthoot –mira al gran esqueleto.

­–¿Y vosotros sois? –pregunta Adam interesado. Ambos vampiros se presentan solamente con sus nombres.

–¿Qué os trae aquí? –vuelve a preguntar el Capadocio.

Aesir dice venir para reunirse con Mara y Lucian desea entregarle una carta.

El Capadocio les escucha atentamente mientras Lucian se quita la capucha y descubre su marcado rostro. Pero no da respuestas a sus peticiones de ver a Mara, la Regente.

–¿Lucían has dicho?... tu hermano Jesper dejó aquí esta mascará para ti, dijo que tu
Mascara de Lucian
sabrías que significaba–
y el Capadocio le da con cuidado una máscara blanca como la luna.

Lucian pregunta por su hermano mientras se fija atentamente en la máscara, es inquietantemente hipnótica.    

Los vástagos ven a Adam inquieto, incomodo, parece que tiene prisa o no parece estar muy acostumbrado a estos protocolos.

Mi presentación deberá valer por hoy –concluye Adam y les da una dirección del barrio Cristiano escrita en un viejo papel.

–Podéis acudir ante los Paladines de la Capilla, ellos se encargarán de vosotros, decid que os envía Adam.

Tras esta atípica escena de presentación ambos neonatos se encuentran en la puerta de la Capilla con un “mal sabor de boca”.

Lucian comparte con Aesir la extrañeza de la no comparecencia de Mara mientras Aesir no parece darle importancia y silba alegremente.

Aesir pregunta amablemente a un transeúnte por la localización que les ha dado Adam con tan buena dicha que el simpático hombre con el que se han topado les acompaña hasta el lugar, dándoles después un poco de su comida y algunas monedas locales.

Lucian rechaza las monedas pero Aesir las recoge para después dárselas de nuevo al Malkavian diciéndole: –nunca rechaces un regalo de buena voluntad.

Lucian coge las tres monedas y piensa en dárselas al primer necesitado con el que se encuentre. Ambos vampiros tocan la puerta del destartalado edificio que tienen delante.


Itachi, Tzimisce
Presentación
Itachi, el Tzimisce, se despierta en el refugio comunal y se encuentra con el anciano Toreador Gabriel. Ambos hablan sobre la reciente intervención de Malkav hacia un público invisible. El Malkavian no se encuentra con ellos y el Tzimisce especula con la posibilidad de que sea una de las personalidades de Jesper, su demente compañero de refugio. No cree probable que un Antediluviano comparta refugio con ellos.

Ambos hablan sobre Jesper el Malkavian y sus múltiples personalidades, cuando de pronto escuchan ruidos en la superficie. Gabriel sube las escaleras del oscuro sótano para ver qué ocurre y se encuentra en la puerta a dos hombres que no conoce.

Un joven ¿mago?, debería serlo por sus atuendos inconfundibles y su enorme báculo y otro joven encapuchado vestido con ropajes bélicos eclesiásticos, podría ser un Cruzado.

Ambos se presentan cómo Lucian, Malkavian y Aesir Pentagast, Tremere. Dicen venir de parte de Adam, el Consejero de Mara.

A pesar de las suspicacias hacia el Tremere por parte de Itachi, Gabriel les abre las puertas a su refugio comunal, dándoles la bienvenida y presentándose como anciano Toreador y después al Tzimisce presente.

Los cuatro mantienen una tensa conversación en la que no queda claro más que lo siguiente: Los nuevos buscan a Mara, la Regente, para presentarse a ella.

Gabriel parece más conciliador pero Itachi se encuentra suspicaz ante los nuevos visitantes.


Palacete Arista, dominio de Vadjanosz,
barrio cristiano
La mesa de Salomón
Vadjanosz, el Tzimisce, acaba de despertar en su refugio, bajo el palacete Arista. Cuando su criado encargado de las tareas mundanas le informa de un peculiar personaje que espera en la puerta del edificio.

Jaroslav Vadjanosz pide que le dejen entrar y la imponente figura nórdica del vikingo varego se encuentra con el Demonio de Transilvania, que lo espera sentado en un trono traído de sus lejanas tierras. A su alrededor viejos muebles polvorientos en desuso y un lugar oscuro, sucio y poco acogedor, no parece que nadie viva aquí, al menos durante el día.

El varego se presenta como Sven, del clan Brujah y Vadjanosz hace lo propio diciendo nombre y clan. Ninguno de los dos ha conocido a muchos del clan del contrario y para ambos es una novedad interactuar con alguien así.

El Tzimisce pregunta por la razón de que haya venido a su refugio y Sven le cuenta que su Sire le ha enviado a esta dirección.

El Brujah no se va por las ramas y no acostumbrado a la palabrería suelta directamente por que está en Jerusalén:

–Vengo en busca de la mesa de Salomón –dice decidido– ¿sabrías donde encontrarla?

Jaroslav, sorprendido por tanta franqueza no sabe cómo afrontar dicha pregunta y le explica al neonato, es evidente que lo es, que el templo de Salomón fue destruido y saqueado hace siglos, quizás milenios.

Esto desanima al joven Brujah, pero el Tzimisce con gran curiosidad le invita a una copa de sangre que sirve su criado y le propone ayudarle. Sven confiado bebe la copa de un trago y pide que se encaminen a buscar la mesa.

El Tzimisce le explica que tiene unos aliados que quizás puedan ayudarle, llevan más tiempo que él en Jerusalén y puede que sepan de antiguas reliquias. Ambos salen hacia el refugio comunal montados en un tenebroso carruaje propiedad del Demonio.


Discordia
Al fin los seis vástagos se encuentran en el refugio comunal. Tres de ellos se conocen: Gabriel, Itachi y Vadjanosz; Otros tres son nuevos y acaban de llegar a Jerusalén: Lucian, Sven y Aesir.

Todos ellos se presentan formalmente y todos se preguntan que hace un Tremere en su refugio. Además, Aesir parece reconocer a Vadjanosz y sonríe al verle, algo que inquieta al Tzimisce.

Sven el Brujah, rompe la tensión inicial y pregunta por la mesa de Salomón. Todos hablan sobre el asunto. No parece más que una vieja leyenda de un tesoro mágico, hace tiempo saqueado.

Aesir el Tremere pregunta a Vadjanosz si trabaja para Mara. El Tzimisce evade la respuesta y mirando a Itachi dice al Tremere:

Un Tremere entre dos Tzimisces –y sonríe maléficamente al decirlo.

Aesir no se encuentra incomodo, más bien todo lo contrario. Dice venir buscando a Mara y parece que nadie puede ayudarle a conducirle hasta ella.

El Tremere se interesa por un pergamino que enseña Sven para dar veracidad a sus palabras. Es un viejo papel escrito en latín antiguo con letras doradas. El Tremere se lo pide y lo observa con interés. No parece una falsificación, pero otra cosa es que diga la verdad.

Lucian, caballero Malkavian, deja claro que un tesoro sagrado de tal calibre no debería estar nunca en las manos paganas de un vikingo. Y le asegura que en caso de encontrarlo no piensa permitirle que lo toque.

Sven, viendo como el joven se le encara, le asegura que es un encargo, no es nada personal.

Vadjanosz, el Tzimisce, pregunta a Lucian si se conocen de algo, ya que habla demasiado familiarmente y se comporta con una confianza fuera de lo común.

Lucian asegura ser un familiar lejano de Jesper y el Tzimisce comienza a comprender que quizás sea el propio Jesper con una nueva personalidad, seguramente adquirida tras la reciente muerte de Samuel.

Aesir silba mientras los vampiros discuten y pregunta por el refugio que pude ocupar. Itachi le dice que cualquier estancia del piso a ras de suelo y no del sótano, donde se refugian ellos.

Lucian intrigado pregunta a Sven por la persona que le ha pedido que encuentre la mesa de Salomón. El Brujah repite que es un encargo sin responder al Malkavian. Lucian, irritante, sigue diciéndole al desconocido varego que va ha hacer todo lo posible por qué no la encuentre. Esto comienza a inquietar al Brujah que a pesar de que no quiere problemas, solamente un loco atosigaría tanto a un Brujah desconocido. El Malkavian se enfada y grita violentamente así que el vikingo se plantea la posibilidad de tener que sacar sus hachas para zanjar el asunto… Vadjanosz, ve la situación y tranquiliza al Brujah, no quiere que la sangre llegue al rio.  

Gabriel toca el pergamino de Sven con Psicometría para ver su pasado y las emociones que cargan el viejo papel. El Toreador ve la escena en la que la Sire de Sven se lo da, con nítida claridad, pero no es capaz de ver más allá. Las emociones impregnadas en el pergamino son demasiado lejanas en el tiempo.

Mientras Aesir, el Tremere, pide coger el papel, murmura al tenerlo entre los dedos y… ¿lo huele?, si, lo huele.

Vadjanosz no pude creerse lo que ve. Un puñado de vampiros alterados por una vieja historia contada por un neonato Brujah desconocido… ¿esto tiene algún sentido? Y así lo expresa a viva voz.

Itachi mira a Vadjanosz y le dice haciendo un gesto hacia la salida:
–Jaroslav, nosotros tenemos tarea –lo dice sin ocultarlo a todos los presentes.

–Si Mara no ha podido ayudarnos, igual tengamos suerte con Inés –deja caer Vadjanosz.

Aesir pregunta si hay más Tremeres en la ciudad, Itachi le responde que solamente Mara, la Regente e Inés, que él sepa.

Lucian sigue obcecado con Sven con el tema de no dejar que un pagano encuentre y profane una reliquia judía. Cansado Gabriel interviene:

–He custodiado el mismísimo Arca de la Alianza, aquí en Jerusalén hace más de dos mil años –dice el imponente Toreador con voz firme deja de decir lo que se debe o no se debe hacer con las reliquias hebreas… advierte al joven Malkavian .

Lucian contrariado le dice que debería estar con él en esto y confiesa ser un Templario, un Cruzado del Señor y si él fue un portador del Arca no debería hablar así. Sven controla su bestia interior ya que su sangre Brujah comienza a hervir por culpa del molesto Malkavian.

–Los Templarios también han hecho cosas malas… apunta Aesir arrojando leña al fuego desde la lejanía.

En este momento de la noche los seis vástagos deciden separarse en dos grupos: uno irá a la Capilla Tremere para preguntarle a Mara por la mesa de Salomón (Gabriel, Sven y Aesir); Y el otro decide ir al refugio de Vadjanosz para tratar asuntos privados (Itachi, Vadjanosz y Lucian, a este último le invitan sabiendo que es Jesper, aunque ni el mismo lo suponga; Y por supuesto acepta encantado).


El piadoso Lucian
Una vez en el refugio de Vadjanosz, Lucian les dice a los dos Tzimisce que su hermano Jesper le debe un favor a Inés y que a su vez Mara/Nahum le debe un favor a él. Había pensado compensar ambos favores y que Nahum perdone la vida a Inés para compensarle su favor y al mismo tiempo le habrá devuelto el suyo a Inés. Y tras esta cadena de favores todos ganan y nadie muere.

Los Tzimisces le intentan explicar que no es una decisión que puedan tomar ellos, ya que solamente son los ejecutores de la orden. Debería hablar con Mara para convencerla, aunque ellos ya lo intentaron diciéndola que podían no tener que matar a Inés si la disuadían o empalaban, pero Mara les dijo que la única solución para que su engaño perdurase en el tiempo era acabando con la única que podía desvelar su oscuro secreto, por su cercanía a todos los implicados, incluso a la verdadera Mara.

Lucian expone que pueden pensar por sí mismos y que no deben asesinar a sangre fría a pesar de saber que es una decisión errónea. Inés siempre ha ayudado al grupo y no se merece este final.

El Malkavian no convence a los Tzimisces, pero les pide por favor que llegado el momento no la maten sin pensarlo, que la empalen y después decida Nahum si de verdad matarla o no.

Entre los tres idean un plan para seguir en secreto a los tres que han ido a buscar a Inés y así poder encontrarla de forma segura. Vadjanosz les cambiará la cara a los tres, ya que Itachi no conoce la Vicisitud y les pondrá el aspecto de tres egipcios comunes. Después Lucian con su elevada Ofuscación les ocultara a todos mientras siguen al otro grupo hasta dar con Inés. Después verán que hacer con ella.

Así lo hacen y salen en dirección a la Capilla Tremere, en busca del otro grupo.


Amenaza Assamita
Gabriel, el anciano Toreador, pregunta a Aesir, el Tremere recién llegado, sobre sus verdaderas intenciones hacia Inés, su contacto. Sven les acompaña a cierta distancia, siempre en silencio.

El Tremere asegura que solamente está interesado en conocer a una compañera de clan. En ese instante el sexto sentido, que le da el Auspex de Gabriel, alerta al Toreador, siente que hay peligro cercano, originado por un único ser.

Desde lo alto del minarete (torre) de la Mezquita de Al-Aqsa, situada en la explanada de las
Mezquita de Al-Aqsa, explanada de las mezquitas
mezquitas, en pleno barrio musulmán. Alguien les observa sin ocultarse, es una oscura figura con intensos ojos rojos brillantes, utiliza Protean, sin duda quiere que le vean.

Los personajes se acercan a la mezquita y el hombre baja del alminar y se encuentra con ellos. Es Rashid, del clan Assamita. Ha tiendo varios encuentros fugaces y tensos con los personajes, sin llegar nunca a las manos.

El momento más tenso que han vivido con el Assamita fue durante la construcción de la Capilla que Rashid advirtió que se encontraban en pleno dominio Assamita, estaban atrayendo ataques Tzimisces nada recomendables para la tradición del Silencio de la Sangre.

A punto estuvo de llegar la sangre al río con Vadjanosz, que gracias a la irrupción de Rusticus, la gárgola de Mara, el Assamita se fue con ella para aclarar con la Regente los acuerdos para mantener una tregua por medio de la diplomacia.

Rashid, Assamita
Los señala desde el tejado de la mezquita y con voz profunda los amenaza abiertamente. El Assamita es de aspecto corriente, alto, fornido y de tez morena y ojos oscuros.

–Tengo un mensaje para vuestros compañeros los esclavos de los Tremere: Sé que esconden algo… no sé lo que es –niega repetidamente con la cabeza– pero no son trigo limpio. Les he visto deambular por el palacete de los Arista. Estos cruzados tenían heridas abiertas por asuntos del pasado, concernientes a los Tremere. Y ahora ellos… nadie puede estar tan apegado a un Tremere sin ser uno de ellos o su esclavo y no tienen pinta de ninguna de las dos cosas. Algo se traen entre manos. Cuando descubra lo que ocultan, lo utilizaré para expulsaros cómo infieles que sois, a todos vosotros. –extiende la amenaza– Todo extranjero que tengáis algo que ver con los  Cruzados no os merecéis la vida que vivís. Seréis todos desterrados y jamás volveréis a molestarnos.

Tras amenazarles y dejar claro que si están con ellos la amenaza es extensible a todos, desaparece de la vista de los personajes.


El desencanto de Inés
Gabriel, Aesir y Sven llegan a la Capilla y el grupo de Lucian, Vadjanosz e Itachi,
Tobit, Soldado ghoul de Mara
ofuscados, les siguen sin ser vistos ni escuchados, son invisibles para todos los presentes. El nivel de la Disciplina de Ofuscación de Lucian es sublime y su sigilo les permanece ocultos espiando sin ser descubiertos.

Gabriel toma la iniciativa y gracias a Aesir que es Tremere entran en la Capilla. Aesir se da cuenta de que estos lugares no suelen estar abiertos a vampiros de otros clanes, pero las cosas no parecen funcionar así en Jerusalén.

En la Capilla, Tobic el soldado, Amelia la Ghoul y Rusticus la Gárgola, hacen vida cada uno dedicado a sus quehaceres; El soldado guarda la entrada día y noche y hace rondas por todas las estancias permitidas para ver que todo marcha bien; La mujer, se encarga de la gestión de la Capilla y sale y entra de ella al igual que visita la biblioteca u organiza los trabajos de Tobic o Rusticus; La Gárgola vigila todo lo que ocurre dentro de la Capilla, si hay invitados, si no los hay lo hace desde el tejado, donde parece una estatua que apenas llama la atención.       

“El guardián”, ghoul de Inés, vendado, magullado y cojeando, se presenta ante los
"El Guardián", ghoul de Inés
personajes y les conduce a una de las estancias de la Capilla dónde se encuentra su señora Inés, junto a un hombre con semblante serio y ropajes eclesiásticos. No hay que olvidar que una Capilla Tremere es un lugar de acogida para cualquier integrante del clan.

Inés luchó y sangró junto a los personajes en la inauguración de la Capilla. Casi muere al igual que su ghoul aquí presente. Y ahora su rostro es de resignación. Se dan cuenta de que tiene una fea quemadura en la mano derecha.

El aspecto rudo del ghoul, contrasta con el semblante angelical de la jovencísima Inés. Su túnica oscura y su mirada, sin embargo, hace ver que tiene más preocupaciones de las que debería para una joven noble de su edad.

Inés Arista, de noble cuna castellana. Encerrada en un convento por su mera condición de mujer noble. Perseguida, ya en su libertad, por la Santa Inquisición que la acusaba de Bruja. En aquel convento en llamas dejó su inocencia. Llegó a Jerusalén buscando refugio en casa de sus hermanos Arista y se adentró en una telaraña de conspiraciones, traiciones y muerte que acabó con su abrazo a mano de los Tremere al ser rescatada por estos de la tortura y la agonía de la Inquisición.

Cuando regresó a Jerusalén había transcurrido tiempo desde su huida y vino con nuevas motivaciones. Había conseguido cierta posición en el clan y con ella una ansiada “libertad”, ahora al menos, tenía mucho más margen de movimientos.

De algún modo se deshizo de su Sire y dejó claro a los personajes que no comulgaba con los Tremere, convicción en la que estaban de acuerdo con ella antes de la fundación de la Capilla.

Inés Arista, Ancillae Tremere
–Gabriel –dice Inés al ver al Toreador– no esperaba encontrarte aquí, ¿Quiénes son tus acompañantes y que hacéis en el interior de la Capilla?

Gabriel presenta a Aesir, Tremere y a Sven Brujah, le dice a Inés que son conocidos suyos y ambos vampiros permanecen en un segundo plano en la conversación entre contactos.

Inés pregunta por Jesper y Gabriel le responde que hace tiempo que no le ve. La mujer le dice que le pregunte que tal con su anillo mágico, el que ella le regaló sin pedir favor a cambio. Para que pudiera ocultar sus vetas negras y no le vieran como el diabolista que era. Gabriel, confundido, asegura que cuando vea al Malkavian se lo recordará. El Toreador percibe cierto resentimiento en las palabras de la Tremere.

–Estaba por aquí porque he encontrado, en un antiguo asentamiento judío situado a las afueras, ciertos escritos hebreos que fueron encomendados a los primeros Tremere que pisaron Jerusalén. Necesitaba un libro para traducir ciertas cábalas…–señala unos bultos que lleva el Guardián en un saco de viaje.

–Gabriel, tú tienes confianza con Jesper y los suyos, me gustaría que les transmitieras un mensaje –dice la mujer sin saber que están aquí ofuscados y escuchando– Parece ser que ya han elegido bando –dice Inés con voz triste y quebrada– siempre he estado a su lado y hemos intercambiado valiosa información hasta ahora… ¿Qué ha hecho que se vendan a los Tremere? ¿Tan fácil es comprar su lealtad?... Pensaba que eran más inteligentes. De un Malkavian me lo podría esperar pero… ¿de dos Tzimisces nada menos?

“El guardián” vigila la puerta al otro lado, e Inés nerviosa, mira a Gabriel.

–Entonces ¿Qué va a ser de mi colaboración con ellos ahora? –pregunta Inés– diles que mis advertencias sobre Mara no sirvieron de nada. Han hecho lo que les ha venido en gana, sin pensar en el bien de Jerusalén, más bien en el de su ambición… No lo entiendo, es como si les hubiera hechizado para servirla…

–En fin –suspira la Tremere– quería dejar clara mi opinión sobre el asunto y tu Gabriel, como mi contacto y Anciano venerable, podrás transmitirle mejor mi mensaje que nadie. Diles que han vendido su alma al Diablo y que no tardarán en descubrirlo…

–Quería decirte que dejaré de refugiarme en Jerusalén, al menos por el momento –confiesa Inés– Si deseas contactar conmigo puedes hacerlo mediante los sunitas, entre los que me estoy moviendo actualmente. Tendríamos mucho que aprender de los sunitas… –dice Inés de forma nostálgica.

–Lo tendré en cuenta –dice Gabriel mientras Aesir y Sven, no comprenden nada de lo que hablan el anciano Toreador y la Ancillae Tremere Inés.

–Este es Noel Kemal –mira al eclesiástico que ha permanecido en silencio en un segundo
Noel Kemal, Inquisidor de Chipre,
chiquillo Tremere de Inés
plano– fue inquisidor, mi perseguidor y asesino en vida y también lo fue tras mi abrazo. Digamos que abrazándole yo y vinculándole de sangre a mí, terminó su empresa y lo gané para mi causa.

Noel Kemal hace una leve inclinación de cabeza mientras sonríe tibiamente. Inés mira a los personajes y después a su chiquillo. –Ha decidido quedarse en la Capilla, para ampliar sus conocimientos y asentar su estudio de Taumaturgia.

–Gabriel, diles que ha sido un placer hacer tratos con ellos. Me temo que a partir de ahora nuestro contacto se reducirá. Es evidente que Mara y yo, viajamos por vías diferentes… Adiós Inés se despide de los personajes.

–Caminamos por un sendero curioso –dice Gabriel– siempre hemos ido y venido, seguramente volvamos a encontrarnos…

Inés le da la mano al Toreador, le mira a los ojos y se va triste. Noel Kemal, su chiquillo, pregunta a la ghoul de Mara por la biblioteca, que es donde se dirige a continuación para comenzar sus estudios taumatúrgicos.

El inquisidor Tremere lanza una mirada asesina a Sven como si tuviera algo personal contra él que no deja indiferente a nadie. Al Brujah se le revuelve la bestia pero todo queda ahí, no es el mejor momento para comenzar una pelea.


Sunitas o suníes
Los musulmanes sunitas forman la mayoría del Islam y siguen las enseñanzas del Corán, la Sharia y la Sunna. La comunidad por sí misma es importante para los sunitas y existe una poderosa tendencia a llegar al acuerdo mediante consenso en lugar de por fallos legales.

Su nombre procede del hecho de que, además del Corán, son devotos de la Sunna, colección de dichos y hechos atribuidos al profeta Mahoma.

Los sunitas no atribuyen a sus líderes religiosos ninguna sabiduría especial: en vez de eso, creen que cualquier musulmán piadoso está capacitado para ser líder. Tienden a ser igualitarios y tolerantes con otras ideas religiosas.


En la Capilla
Gabriel da la idea a Aesir de que busque información sobre la mesa de Salomón en la biblioteca de esta Capilla de Brujos.

Amelia, ghoul de Mara
El neonato Tremere pide permiso a Amelia, la ghoul de Mara, para visitar la biblioteca. Ella se lo da indicándole donde se encuentra. Gabriel admira la belleza de la mujer, podría ser una Toreador por sus delicadas facciones y sin duda es una moza digna de observación meticulosa…

–¿Son sus sirvientes? –pregunta la bella mujer a Aesir refiriéndose a Gabriel y Sven.

Gabriel, saliendo del embrujo al que le obliga su debilidad de clan, se ofende y dice ser todo un Anciano del clan Toreador. Amenaza con decírselo a su Señora Regente de la Capilla. La ghoul se disculpa por su torpeza y con temor pide por favor a Gabriel que no se lo diga a Mara.

El Toreador accede observando sus bellos ojos negros y le pide que transmita a su Señora la amenaza de un Assamita que se han encontrado fuera, en este mismo barrio. La ghoul inquieta, dice que se lo dirá en cuanto le sea posible.

Otra obra maestra andante es Rusticus, la Gárgola, su aspecto es sencillamente espectacular, ya en el pasado Gabriel tuvo problemas al ver tan bella creación, pero ahora puede sobreponerse, aunque le cuesta trabajo no quedarse embobado mirando al pétreo vampiro alado.

Aesir pregunta a Gabriel por la posición de los Tzimisces y el Malkavian y éste les dice que
Capilla Tremere, "Dientes de sable",
barrio musulmán 
por lo que le ha dicho Inés son Paladines de la Capilla, una posición equivalente a Ancillae, la misma que la de Inés.

Los tres hablan sobre el peligro de la amenaza de los Assamita y sobre la decisión de Inés.

Tras ello salen de la Capilla, incluidos los tres vástagos ofuscados que no han dicho ni una palabra, han sido como una sombra silenciosa y han escuchado y visto todo lo ocurrido sin tomar parte en nada pero guardando todo detalle.

La noche está por terminar así que se recogen todos en sus refugios.




Segunda noche
A la noche siguiente, todos los vampiros se encuentran en el refugio comunal, Vadjanosz es el único de ellos que no duerme allí, él lo hace en el palacete Arista, en el mismo barrio Cristiano, no muy lejos del refugio de los personajes.

Aesir el Tremere, está ordenando y limpiando el desorganizado refugio, mientras los demás van saludando recién despertados. 

Gabriel, el anciano Toreador, cuenta a todos lo acontecido con Inés en la Capilla. Hablan de la Tremere y hay una notable tensión en el ambiente.

Itachi y Vadjanosz preguntan al Toreador cómo encontrarse con Inés para que se lo diga a ellos en persona.

Lucian no se encuentra bien y se va de la estancia. Pocos instantes después, por el lugar donde se ha ido aparece Klaus.

Klaus, Malkavian
Klaus sonríe y saluda efusivamente a los nuevos, no conoce a Sven, ni a Aesir. Por supuesto saluda estruendosamente a los conocidos mientras disculpa a su primo hermano Lucian “es un santurrón” dice mientras mira a la puerta por donde ha salido y él ha entrado.

Sven le dice a Klaus que no le gusta Lucian y el Malkavian dice que ya le ha contado Lucian, pero que le disculpen, no puede contenerse cuando se habla de asuntos de índole sagrada.

 –¿Tanto habéis hablado en este pequeño instante? –pregunta Gabriel al Malkavian, que se queda pensativo y sin saber lo que responder…

–¿cuántos hermanos sois? pregunta Aesir a Klaus.

–¿Cuatro? –responde Klaus dudando– he perdido la cuenta…

–¿Nos centramos? –pregunta enérgicamente Vadjanosz– Entonces Inés se ha ido de Jerusalén, ¿verdad?...

Hablan del tema de la repentina marcha de Inés, de la amenaza Assamita y del Nosferatu que descubrieron que les observaba en secreto.

Deberíamos apartarnos, que se maten y recoger después el botín…–añade Sven sobrepasado por la palabrería de la conversación.

–Voy a la Capilla a ver si encuentro a Mara o busco información sobre la mesa de Salomón – dice Aesir mientras se va del refugio.


El secreto de Rashid
Mientras Aesir se dirige a la Capilla Tremere, escucha dos personas hablando en un callejón. Son las voces de Rashid, el Assamita que los amenazó, hablando con una mujer. Ella susurra pero a él le cuesta hablar en un tono bajo.

Mezquita de Omar, barrio cristiano
Se encuentran en el pórtico de la Mezquita de Omar, en el barrio cristiano. Lejos del dominio de Rashid.

­­
Shahara, me ayuda mucho estar contigo, eres algo fascinante para ser solamente una mujer. Me das la energía que a veces me falta ­­–dice Rashid.

­­–Siempre me rodeo de grandes hombres ­­–dice la voz de mujer­­– lo que ocurre es que a veces no saben lo grandes que son…

–Me alagas, mujer –dice Rashid– pero solo soy un defensor de la ciudad Santa de Jerusalén, mi pueblo, mi tierra natal… no quiero que vuelvan a dañarla de nuevo…

–¿Quieres que nos encontremos de nuevo mañana? –pregunta la mujer.

No quiero que te vean conmigo –responde Rashid– podría traerte problemas con los de mi clan, ya sabes, ellos no son tan permisivos con tu sangre… yo te buscaré y nos veremos en este barrio de infieles, donde no nos comprometan las miradas de los nuestros. Mañana me quedaré de nuevo a pasar el día contigo, dentro de la ciudad, lo prometo.

Se escucha un tímido beso y de pronto se oyen pasos de ambos alejándose, Rashid hacia las murallas y la mujer hacia el barrio armenio. Aesir la sigue pero es demasiado buena callejeando y pierde al Tremere que regresa para buscar al resto.   


Pésame interesado
Palacio de Herodes el Grande, 
barrio musulmán
Unos nudillos tímidos tocan en la vieja puerta del refugio comunal del grupo. Es un hombre
árabe, tiene las manos manchadas de tinta, se presenta como un Akram, calígrafo de confianza de Duyal Al-Malatya. Les dice donde pueden encontrarse con él; En una pequeña casa con la puerta blanca, frente del palacio de Herodes el Grande. El artesano se presta para guiarles hasta el lugar.

Duyal es un conocido de algunos de los presentes. El joven Toreador era contacto del difunto Cadios, para el que el Ravnos trabajó en Netanya; Escriba y calígrafo con influencia en la iglesia ortodoxa y los gremios de calígrafos.

Llegan a una modesta y humilde casucha, el artesano toca la puerta de una forma determinada y Duyal le abre. Hablan en árabe, le da las gracias y se despide de él desándale suerte y que Alá esté con él.

No parecen haber llegado en un buen momento, Duyal está semidesnudo, muestra su pálido y huesudo tórax.

No esperaba que vinieran tan pronto, discúlpenme un momento, pueden pasar y en un minuto estoy con vosotros –se disculpa Duyal.

Duyal Al-Malatya, Toreador
Duyal es árabe, no especialmente atractivo. Se viste con ropas sencillamente adornadas y no hace ningún esfuerzo por asearse o acicalarse de forma elaborada. Por su aspecto podría confundirse entre la multitud árabe, sin llamar la atención demasiado. Al igual que Gabriel, tampoco es el arquetipo de Toreador que se podría esperar.

Le esperan en una humilde sala de estar, con poco mobiliario y a penas decoración, nada llama la atención, más bien todo lo contrario.

Duyal sale de una habitación terminando de colocarse en turbante y en la habitación de la que sale el Toreador, por una puerta entre abierta, los personajes ven una joven terminando de vestirse.

Es árabe y tampoco parece especialmente atractiva, viste de forma humilde y su piel es tan pálida como la de Duyal.

La mujer a penas mira a los personajes a los ojos y nerviosa abandona la casa despidiéndose rápidamente del Toreador con una mirada cómplice.

El Toreador sonríe mirando la puerta y durante unos instantes se queda pensativo. Les acomoda en un pequeño y oscuro salón, con apenas lo necesario para parecer habitable. No es muy hablador y parece ligeramente aletargado. Los personajes solamente le han visto animado y llenándose de entusiasmo cuando está trabajando o cuando debate sobre el arte edificante y su relevancia.

Acaba de irse la mujer y llaman a la puerta, e irrumpe un enorme y horrible ser, a penas tapado con una vieja y mohosa túnica, dice venir con los que se encuentran dentro. El Toreador ligeramente extrañado, le da la bienvenida dejándole pasar.

El escamado ser casi no cabe por la puerta y su cuerpo verde, ante la luz de las velas, tiene la apariencia un cocodrilo andante. Es Sobek el Nosferatu, que saluda a los personajes y se presenta a los que no conoce allí mismo.

En la mesita redonda que se encuentra en el centro del salón, el Toreador prepara laboriosamente una pipa de agua, con su tabaco, sus boquillas relucientes y su agua aromatizada. Tiene seis tubos flexibles por donde poder aspirar. Duyal invita a los presentes a fumar.

Hay cojines en el suelo para poder sentarse cómodamente y el Toreador pide que por favor se quiten los zapatos y los dejen en la entrada. Todos lo hacen excepto Sobek que va descalzo.

Enciende el tabaco con un rudimentario mechero y lo hace sin mirar directamente a la chispa para mitigar el temor al fuego, es evidente que no es la primera vez que lo hace.

Duyal aspira el tabaco con una gran bocanada, cierra los ojos y mantiene el humo en su interior, intentando encontrar algún tipo de recuerdo satisfactorio de cuando sus pulmones estaban vivos. Por su expresión es evidente que no lo hace, pero al menos se acerca a la experiencia.

Gabriel y Klaus fuman también, ya que se encuentran bien acogidos. Los demás se encuentran un poco fuera de lugar. A Vadjanosz, nunca le han gustado los turcos y los musulmanes son parientes muy cercanos, por lo que su intolerancia hace que no se encuentre especialmente cómodo. Al igual que Itachi que por la vulgaridad de la escena, está claramente molesto.

–“Católico” es un término griego que significa universal o mundial –dice Duyal mientras suelta el humo lenta pero constantemente– parece probable que los primeros cristianos proclamasen que su iglesia era "católica” en un intento de dar la sensación de que la iglesia era más grande que sus escisiones enfrentadas.

No suelo abandonar durante mucho tiempo mis artes –se disculpa de nuevo el Toreador antes de proseguir– pero quería daros el pésame por la muerte de Cadios. Es una lamentable pérdida, era alguien interesado en los libros, el saber y su conservación y reproducción… a su manera claro está, siempre quería sacar unas monedas para su gente, es comprensible. Me dio bastante tarea trayéndome viejos textos que no tengo ni la menor idea de dónde sacaba. ¿Vosotros lo sabéis?...

Robados –responde Gabriel de forma decidida.

En fin, suspira, lamento su perdida. –Escucha a los personajes mientras charlan– no me gustaría parecer indiscreto y sé que no será el mejor momento, pero debo preguntaros como podría ayudar a los Tremere… está claro que son un clan emergente con mucho futuro en Jerusalén. Hasta hace poco no se conocía a ninguno que hubiera conseguido con éxito la diplomacia suficiente para fundar una Capilla y de pronto, en el momento menos pensado la plantan, aquí en pleno barro musulmán. Es de dominio público que sois sus benefactores y que habéis ascendido de posición a rebufo de su influencia.

–Quizás vosotros, ya que nos conocemos desde hace un tiempo –mira al Malkavian–  Klaus, tú me conoces y quizás podrías ponerme en contacto con Mara, la Regente de la Capilla. Podrían necesitar un escriba que le transcriba ordene y traduzca textos antiguos… yo podría ser su hombre.

–Se lo puedo comentar…–dice Klaus– por cierto ¿y mi polla?...

La pregunta deja completamente fuera de juego al Toreador que no sabe que responderle…

–¿No te dejé yo mi polla para que la examinases? –pregunta seriamente el Malkavian. Se refiere a un mapa con el plano de unas grutas en forma de falo que tenía en su posesión. El mismísimo plano de la tumba de Malkav, con su estrambótico sentido del humor.

Pero en Malkavian no es consciente de que no se lo dejó a Duyal, si no a Adam, el Capadocio, para que investigara cómo se puede escribir de una peculiar forma que aparecía en el reverso del mapa solamente cuando la luna iluminaba el papel.

Cuando al fin Klaus se da cuenta de su equivocación rectifica y tras unos segundos de silencio, todo vuelve a la normalidad. Todos saben que cuando hay un lunático cerca…

Vosotros me intentasteis ayudar una vez, –Duyal frunce el ceño– no salió muy bien, ya que mi rival me arrebató a mi futuro chiquillo, el jovencito Nassir. Quizás podamos solventar ese error del pasado con una fructífera alianza con los emergentes Tremere, ¿no creéis?...

Hablan del asunto y Duyal se presta para ayudar a los Brujos Tremere sin concesiones y con afán de prosperar igual que lo han hecho ellos. El Toreador está dispuesto a ayudarles en todo lo que necesiten en este momento, por muy turbio que sea: –ya me entendéis –afirma el artista.

Vadjanosz e Itachi se miran sin saber que hacen aquí, se levantan y despidiéndose de su anfitrión, se ponen su calzado y se van.

Mientras Duyal acompaña a los Tzimisces a la puerta Klaus le pregunta si tiene libros sobre la mesa de Salomón. El Toreador no sabe nada del asunto y Gabriel le habla del inminente conflicto entre los Tremere y los Assamita.

Poco después de que los Tzimisce salgan de casa de Duyal, a unas calles, se encuentran con Aesir que les buscaba y acababa de ver a una mujer saliendo de la casa del Toreador, la misma que vio con Rashid en un callejón cercano esta misma noche. La Torpeza del Tremere en rastrear a los personajes, ha hecho que tardase más de la cuenta, dando tiempo a la mujer a visitar a ambos vampiros en tan breve periodo de tiempo.

El Tremere, alterado, les pregunta a los Tzimisces por lo que sucede en esa casa y ambos coinciden en que ha sido una pérdida de tiempo.

Aesir atónito pregunta por la mujer que ha salido, si la han visto. Le dicen que sí y el Tremere insiste en que la sigan, es muy importante, tiene tratos con el Assamita que les amenazó y seguramente tenga respuestas. Él mismo la seguiría pero no es nada diestro en esas tareas.

Ambos Tzimisces hacen caso al Tremere y siguen el rastro de la mujer, que se ha adentrado en el barrio Armenio.


Shahara, la meretriz
Itachi y Vadjanosz rastrean a la mujer llamada Shahara, y ya se encuentran en el barrio Armenio. Paulatinamente comienza a haber más gente según se adentran en dicho barrio, dejando atrás las murallas que lo separan de los demás barrios.

Se encuentran en la calle de las meretrices. Las mujeres de la calle la saludan como a una más, se encuentra como pez en el agua, viste y habla como ellas. Las miradas hacia los peregrinos que buscan una mujer para pasar la noche por dinero, no dan lugar a dudas, Shahara es una meretriz.

Meretriz es el nombre romano utilizado en la actualidad como sinónimo de prostituta. Y son precisamente las mujeres solteras y sin vocación de prostitutas, pero que ejercen temporalmente la prostitución, a las que originariamente se denominaba meretrices. Podría decirse que la meretriz era una especie de prostituta “aficionada” en donde no tenía por qué existir necesariamente transacción económica.

Además, la meretriz tenía un carácter atractivo y al menos en teoría, no se veían abocadas a la prostitución como una forma de esclavitud o alguna causa ajena a la voluntad. Precisamente, las primeras meretrices eran mujeres corrientes que querían aprender sobre el sexo o les atraía este e ingresaban en templos para iniciarse. La llegada del cristianismo y su nueva moral sexual terminó por meter en el mismo saco a ambas modalidades de mujeres, prostitutas y meretrices.

Shahara se fija en los personajes y se despide amablemente a un peregrino al que había seducido, seguramente para alimentarse de él.

Shahara, Seguidora de Set
La vampiresa no es hermosa pero de algún modo es llamativa. Tiene un aire de sensual misterio en torno a ella que intriga a todo el que tiene enfrente. Viste de forma provocativa, sus velos son algo más transparentes de lo normal y sus enaguas se pegan un poco más de lo debido a su cuerpo de lo que se considera “respetable”.

De forma sinuosa y sensual conversa con ambos Tzimisces. No se siente incómoda, ni amenazada en ningún momento. Sus movimientos son lánguidos y gráciles. Parece una mujer tímida, pero sin duda es una mujer experta en hombres que sabe lo que les gusta. Parece una mujer con la que dan ganas de olvidarse de todo.

Itachi permanece en un segundo plano, mientras Vadjanosz tiene la voz cantante en la conversación. El Tzimisce se fija en su aura y descubre que es vampiresa. Se presentan y la pregunta su clan. Ella orgullosa lo dice sin tapujos: Seguidora de Set. Esto añade más interés en el encuentro.

–¿Conoces a Rashid? –pregunta Itachi.

–Conozco a muchos hombres –responde la Setita.

–Quizás puedas ayudarnos a quedar con él para… digamos limar asperezas –propone Vadjanosz.

–No pienso organizar una pelea de gallos –asegura Shahara.

Podemos pagarte –dice el Tzimisce.

–No cobro dinero –responde la Seguidora de Set– ¿podréis pagarme otra cosa? –pregunta enigmática y pícara…

–Podría subir tu apariencia –ofrece Vadjanosz

–No estoy interesada –responde la mujer– no siempre, llamar la atención es lo más beneficioso.

Nos ha amenazado y nos gustaría calmar las aguas –dice Itachi.

Shahara dice que Rashid es un buen hombre. Honorable y valiente y que si les ha amenazado, tendrá sus razones. Si tiene que ver con su dominio o su religión, hay muchas asperezas que limar. Esto es una guerra, aunque ya no se libre en el campo de batalla.

Explica que si encontrase otra forma de solucionar el enfrentamiento que no fuera de forma violenta. No ve a Rashid como diplomático abogando por la paz en el conflicto.

Un secreto bien guardado por otro secreto –dice Shahara– eso sí sería un buen pago…

–Si me dais un buen secreto, yo os daré otro a cambio –propone la Seguidora de Set.

Ambos Tzimisce, satisfechos, están de acuerdo con la mujer. Tras una agradable y fructífera charla con ellos promete ayudarles si lo necesitan.


Sinagoga Tiferet Yisrael, barrio judío
La preocupación del consejero
Los siete Vástagos se reúnen en el refugio comunal cuando Adam, el Capadocio judío, consejero de Mara, mediante Amelia, la ghoul de Mara, queda con ellos en la Sinagoga Tiferet Yisrael, situada en el barrio judío.

El miedo comienza a apoderarse de los presentes mientras se acercan a la Sinagoga, no importa quién sea el Dios al que profese la fe, la propia fe es la que causa temor a los Vástagos.

Klaus se transforma en Lucian, la fe ha forzado el cambio de personalidad del Malkavian, acompañado también con su perfecta transmutación de aspecto.

Sven y Sobek entran en la sinagoga atemorizados y mirando en todas direcciones, temerosos de lo que allí les pueda ocurrir. Sus bestias desean huir y les alertan de ello, pero no las hacen caso y siguen al resto adentrándose en la tierra santificada.

Se encuentran en una vieja biblioteca situada en una antigua catacumba oscura bajo la Sinagoga, en la que se encuentran decenas de rollos de documentos guardados en estanterías, que son continuamente vigilados por los eruditos rabínicos que trabajan durante el día leyendo y estudiando las sagradas escrituras.

Ahora, el lugar está solitario, solamente los visitantes, los pasillos de estanterías y la tenue luz de las velas. Adam saluda a los personajes.

El Capadocio sonríe pensando en la gran batalla épica que vivieron juntos en el ataque a la Capilla la noche de su inauguración. Sin duda, en cientos de años, fue lo más intenso que el Capadocio había vivido. Consiguió matar a varios oponentes con sus poderes de toque de putrefacción y salió completamente indemne, protegiendo a Mara y estando a la altura de tan peligroso ataque, y más teniendo en cuenta que el no es un guerrero, es un estudioso erudito.

Adam aparenta unos 35 años, y lleva el pelo y la barba largos, rizados y negros. Hace
Adam, antiguo Capadocio
tiempo contó que el lado derecho de su rostro está desfigurado, por el resultado de un incendio fortuito en sus archivos hace siglos, cuando aún era humano.

En una mesa, el Capadocio tiene abiertos ciertos escritos y libros cristianos y musulmanes. En ellos está inmerso cuando se presentan los personajes. Se levanta y amablemente les pide que se sienten y se descalcen. Cuando lo hacen, con un balde de agua tibia les lava los pies a todos, como muestra de afecto y dedicación.

Se toma su tiempo con cada uno, especialmente cuando llega a los enormes y sucísimos pies de Sobek, ya que camina descalzo y vive en las cloacas. Sin duda es una antigua costumbre hebrea que toda persona debía aceptar si era invitado a casa de un judío. Para el anfitrión era todo un honor y una obligación hacerlo, dicen que el propio Jesucristo lo hizo a sus apóstoles la noche de la última cena.

–Buenas noches vástagos, bienvenidos a mi dominio –dice mientras seca los pies de los invitados.

Recoge unos escritos en árabe y varios Coranes de diferentes tamaños.  Mientras despeja el lugar pregunta a los personajes:

–¿Habéis leído el Corán? –Todos niegan con la cabeza.

Para evadirme un poco, estaba leyendo sobre él Hajj (Hach): La peregrinación a La Meca, es uno de los Cinco Pilares de su religión.

–El Corán establece que Alá prescribió la peregrinación –explica Adam muy interesado– A este sagrado lugar se le denomina la Mezquita Sagrada, la Bakka, la Caaba, la Casa Antigua, la Casa frecuentada o el lugar de Abraham.

–“Hay en ella signos claros. Es el lugar de Abraham y quien entre en él, estará seguro. Alá ha prescrito a los hombres la peregrinación a la Casa, si disponen de medios. Y quien no crea... Alá puede prescindir de las criaturas. La primera Casa erigida para los hombres es, ciertamente, la de Bakka, casa bendita y dirección para todos” –Recita Adam leyendo un escrito antiguo y tras ello escucha las opiniones de los personajes.

A pesar de ser cristiano, Lucian presta mucha atención a sus palabras. Se debe conocer bien al enemigo si quieres saber cómo derrotarlo.

Aesir pregunta por la localización de la ciudad de la Meca y Adam le enseña un mapa de Arabia, en su corazón se encuentra la importante ciudad.

Tras romper el hielo, su cara se torna más preocupada y parece que le cuesta tocar el siguiente tema.

–Cómo sabéis ahora ostento el honorable puesto de consejero de Mara.  Quería preguntaros si hay algo que quizás podría perturbar a nuestra Señora común, ya que lo veo muy ausente, triste y cabizbajo. Siempre está pensativo y en sus enseñanzas hacia mi persona suele dejarse llevar por silencios interminables que acaban en una lágrima de sangre que corre dificultosamente por su blanca mejilla…

El Capadocio está preocupado y habla con los personajes sobre las posibles causas de dicha desidia de su Señora.

Aesir se ha dado cuenta de que en ocasiones, Adam se ha referido a Mara como si fuera un hombre, cambiándole el género de femenino a masculino. Y así se lo transmite al Capadocio. Adam no le contesta y mira a los personajes conocidos con sorpresa. ¿Puede ser que todos no conozcan la realidad sobre Mara?... 

Sven, rompe el tenso silencio y le pregunta por la mesa de Salomón. Adam le contesta diciendo que es una leyenda sobre un tesoro hace mucho tiempo saqueado en Jerusalén. Una quimera ilocalizable cómo el Santo Grial o el Arca de la Alianza. El Brujah pensativo no pierde el ánimo a pesar de las malas noticias.

También le alertan de la amenaza Assamita y el Capadocio asegura que Mara tiene ese asunto controlado. Ya ha hecho movimientos diplomáticos para aplacar sus ansias de sangre.

–El lugar más seguro, suele ser el más peligroso –dice Adam.

Piden a Adam que hable con Mara para que coja las riendas del asunto antes de que se enquiste. El Capadocio dice que en cuando pueda le dará el mensaje y agradece la información a los personajes.

Lucian el Malkavian recuerda una melodía que canturreaba su familiar Klaus, era en hebreo y la tararea en alto para que Adam la escuche. El Capadocio no reacciona de ninguna forma especial y mira a Lucian acusatoriamente, parece ser que el asunto que les ocupa es más importante que melodías del pasado.

Cuando esta despidiéndose, Adam hace un gesto para que el Tzimisce oriental se acerque a él y se quede a hablar a solas con él.

– Itachi… ¿quién dijiste que era tu Sire, no tengo trazada tu genealogía?

El Tzimisce se niega a decir el nombre de su Sire y le da una nota para que se la dé a Mara. El Capadocio la coge con la misma voluntad de colaborar que ha tenido Itachi cuando le ha negado el nombre de su Sire para sus genealogías.

La nota de Itachi dice así:


Aun no está hecho.

No es tu estilo y quizás deberías arriesgarte con dar una oportunidad a cierta persona, si sale mal al menos habrás hecho lo correcto y de esa forma sí que podrás vivir.

Buscar una solución traicionando todos tus principios no creo que sea el camino, o por lo menos no el tuyo ni el de los tuyos.

No es tarde para rectificar.



Itachi


Velo caído
Durante la tercera noche la tensión ha venido acumulándose a medida que pasaban las horas desde que este nuevo grupo se ha conocido. Clanes enfrentados por una guerra, tesoros perdidos, lunáticos infinitos y desconciertos varios.

Cuando nuestro grupo protagonista de vástagos de Jerusalén se reúne esta noche el ambiente ya está enrarecido. Las caras son de desconfianza y a medida que avanza la conversación se habla de traiciones, asesinatos, rupturas de tradiciones y conspiraciones varias.

Nicolás III "el caníbal", Malkavian
Nicolás III, el Malkavian, se da cuenta por el elevado tono de voz de los presentes y por los enfados continuos, que algo va a “estallar”. El tema que se trata es el de Mara la diabolista de Nahum y el encargo de esta de asesinar a Inés. Cuando el lunático se posiciona en el centro de la estancia y grita para que todos lo escuchen:

–¡MARA ES NAHUM! –mientras retiene trabajosamente a su bestia para que no salga a repartir leña.

El silencio reina durante unos interminables segundos y es evidente el enfado de ambos Tzimisces. Vadjanosz coge con fuerza la empuñadura de su espada dispuesto a utilizarla y los ojos de Itachi miran fijamente al Malkavian con expresión de incredulidad.

–Yo buscaba a Mara y a Nahum –dice Aesir satisfecho mirando al Malkavian, ahora empieza a entenderlo todo.

Nicolás III, temeroso por lo que ha hecho, se escabulle rápidamente y entra por la puerta su hermano Klaus.

Los Tzimisces le echan en cara a Klaus que era un secreto siniestro y que iban a matar a Inés por salvaguardar dicho secreto por que podía llegar a descubrirlo y ahora que tantos desconocidos saben la verdad que se supone que deben hacer… ¿matarlos a todos?

Klaus, tiene muy claro por qué Nicolás ha hecho lo que ha hecho, y aunque no es suficientemente valiente para dar la cara, para eso está él aquí.

El Malkavian les rebate diciendo que son más poderosos todos juntos que un grupo mermando por una o varias muertes causadas por un autocontrol fallido. Eso también es ruptura de la tradición de la eliminación. Además les incide en su error al querer continuar con lo de matar a Inés. Afirma que es evidente que Nahum ha tomado una decisión errónea y ya está arrepintiéndose con su encierro.

Itachi mira fijamente tanto a Aesir como a Sven y Vadjanosz se controla para no descuartizar al Malkavian por su temeridad. Busca razones que le pesen más para dejarlo vivo que para matarlo.

 Mara intentó diabolizar a Nahum y éste le poseyó –continúa diciendo Klaus a su atónito público sin importarle las repercusiones de sus palabras.

Aesir se da cuenta del peligro y explica que debía encontrarse con Nahum para ayudarle, por orden de su mentor.

–¿Quién eres? ¿Quién es tu Sire? –pregunta Vadjanosz fijando su mirada sobre el temerario Tremere– responde sinceramente o tendremos un problema –amenaza el Tzimisce con cara de pocos amigos.

–Me envía Ezra –dice Aesir muy orgulloso, como si ese nombre sirviera para calmar las aguas, pero nadie conoce  a Ezra y el Tremere se extraña. Y nada ocurre tras la afirmación de Aesir.

–Es amigo de Nahum y yo vengo para prestarle ayuda contra los Tremere –dice Aesir dirigiéndose a Vadjanosz.

–¿Eres su chiquillo o su aprendiz? –pregunta Sobek sorprendiendo a todos, ya que no había hablado hasta ahora.

Soy su aprendiz. El fue hasta hace poco mi mentor, es un mago humano –responde Aesir jugándose la no vida– Ezra sabe la verdad sobre Nahum, es enemigo de los Tremere y me envía para echarle una mano…

Somos un grupo, una familia, no debería haber secretos entre nosotros –dice sabiamente el anciano Gabriel mirando a todos los presentes.

Nahum no quería que nadie supiera su secreto –dice Itachi enfadado mirando al Malkavian y discutiendo con él por su gran bocaza de lunático.

Asumo la responsabilidad de mis actos ante Nahum –dice Klaus– si él quiere ajusticiarme por mi decisión de haber contado su secreto, que lo haga, estoy dispuesto a morir por ello. Si hubiera salido la bestia de algunos de nosotros o de todos, ahora mismo habría uno o más muertos sobre el suelo y nuestro problema sería otro muy diferente.

Tenía entendido que todos los Brujos estaban vinculados a los Señores del clan…–dice Sobek continuando con Aesir– ¿eres un traidor Tremere?

Aesir duda y al final asiente:

 –Traidor es una palabra muy dura, yo no lo llamaría así pero supongo que a ojos de ellos si, efectivamente puedo ser tachado de desleal.

Matar a Inés no es una buena idea –continua Klaus sin hacer caso a las palabras del Tremere. Él sigue dirigiéndose sobre todo a sus conocidos.

Somos los ejecutores de Nahum, nada más –dice fríamente Vadjanosz mirando a los ojos del Malkavian.

–Somos sus Paladines –corrige Klaus al Tzimisce– no es lo mismo…

–Tenemos que actuar –dice Itachi muy serio mirando al Malkavian.

–Es evidente que Nahum ha descendido en su camino de la Caballería –dice Klaus– ¿no lo veis?...

Jaroslav Vadjanosz a punto esta de batirse en combate contra el Malkavian y por ello decide salir de la estancia. Cuando de pronto el loco cae al suelo y comienza a convulsionarse. Le dan espasmos mientras su cuerpo cambia físicamente, también lo hacen sus ropajes.

Alice, Malkavian
Atolondrada, donde antes estaba Klaus se incorpora una mujer, es su hermosa hermana Alice. Todos han presenciado la transformación del Malkavian y ahora son conscientes de lo ocurrido menos la recién llegada, Alice.

La Malkavian sale de la estancia y se dirige a buscar a Vadjanosz. Cuando lo localiza fuera y se disculpa por el comportamiento áspero de su hermano Klaus. Aunque el Tzimisce le dice que debería disculparse por la cagada de su otro hermano Nicolás III, acaba aceptando las sinceras disculpas de la Malkavian. La mujer calma al Tzimisce entrando juntos de nuevo al lugar del debate.

Itachi está en ese momento explicando a los presentes lo que ha sucedido en el encuentro con la Seguidora de Set, amante del Assamita que les amenazó y del Toreador que les ha invitado a fumar.

Aesir comparte la conversación que escucho en el callejón donde Shahara, la Setita y Rashid el Assamita, mantenían un vinculo emocional del que seguramente puedan sacar algo útil, para tener ventaja ante la inestable y peligrosa situación con los Assamitas.

–Creo que podría proteger este refugio para que sea más seguro de lo que es –dice Aesir mirando la estructura interior– lo defenderé contra ghoules inesperados.

Itachi cuestiona la medida, ya que de cuando en cuando, un ghoul de algún conocido les avisa de alguna nueva, aquí en este refugio. Aesir dice que deberán correr el riesgo, ya que si un conocido quiere contactar, lo hará a pesar de que su ghoul no pueda dar el mensaje.        

–Creo que la Setita podría ser una buena aliada –dice Itachi mirando al resto de los vástagos.

–La Seguidora de Set puede utilizar al Assamita volviéndole en nuestra contra –plantea juiciosamente Sobek rompiendo el silencio de nuevo.

–Shahara, la Setita, parecía sincera –dice Vadjanosz– a demás debe tener a muchos vástagos pillados por los huevos. Sabe secretos…

Alice cae en la cuenta de que no conoce a Aesir ni a Sven y se presenta a ellos cómo hermana Malkavian, la única mujer de su amplia familia. Dice ser la única con el juicio necesario para ayudar en esta difícil situación. Ambos vampiros se quedan estupefactos ante tales cambios de personalidad y aspecto.

–¿Cuántos sois en total? –pregunta Sven, que hasta ahora no había hablado en toda la noche.

–He perdido la cuenta –dice Alice pensativa.

–Sois como las ratas –apunta Sobek con tono jocoso relajando un poco el ambiente.

–Creo que puedo ayudar con el tema de Nahum. Podría hacer que olvide ese oscuro secreto –dice Aesir colaborativo de nuevo.

La calma vuelve al lugar y los vampiros presentes comienzan a ver la posibilidad de trabajar juntos por un bien común o al menos hacerse fuertes juntos ante una misma adversidad.

La noche llega a su fin y cada uno se resguarda en su refugio, sabiendo que algo les ha unido esta noche, todos comparten el conocimiento de un secreto siniestro. Todos saben la oscura verdad: El Amaranto fallido de Mara.

Es curioso cómo han cambiado las tornas; Hace un rato el grupo de Vástagos estaba a punto de matarse y ahora intercambian información, desean protegerse, bromean e idean juntos como solventar la situación. Y todo por el arriesgado  cambio de timón de un Malkavian, quien lo hubiera dicho…