Nequam
(Sin valor)
PARTE III
Aesir Pentagast, Tremere |
Una vez Katja y Aesir
se separan, el Tremere decide visitar el refugio especial que encontró su
compañero, el difunto Jesper. Tiene idea de aprender algún ritual nuevo, pero ahora
hay cosas más importantes que hacer.
Aesir se encuentra
ante un viejo edificio en ruinas. Parece un pequeño templo situado en un lugar
no muy concurrido del barrio cristiano. Nadie se fijaría nunca en él y esto es
muy positivo. Está calcinado hasta los cimientos y las ratas se cuelan por los
escombros negruzcos.
El hechicero
escudriña el lugar para familiarizarse con su tamaño y busca accesos hacia sus
niveles más profundos, esos son los que interesan a Aesir. Entre rocas
ennegrecidas y madera quemada descubre un agujero del que parece salir aire
frio. Con mucho cuidado se mete por él y acaba en una pequeña catacumba, o lo
que queda de ella.
Parece un viejo
templo que fue arrasado por el fuego hace no demasiado tiempo. Aesir se adentra
y siente algo inexplicable. Cómo energía fluyendo por el aire.
Es un lugar más bien
pequeño, está muy deteriorado y el mago piensa que no debe ser muy seguro
refugiarse aquí, en su estado actual, puede que llegase algún rayo de luz solar
siendo un absurdo final.
Todo en ese oscuro
subnivel está destrozado y cubierto de hollín, pero con recursos y
profesionales bien “acondicionados”, seguro se puede arreglar y dejar un dominio
digno. En su día no parece haber sido un refugio de ningún vampiro, más bien
una “iglesia” o algún culto secreto.
Aesir necesitará recursos
pero no ve problema en conseguirlos. También piensa en cómo conseguir la mano
de obra que habrá que buscar. Lo importante es que el lugar tiene potencial
para ser reconstruido y llegar a ser el dominio de Aesir.
Mientras el brujo
otea el lugar no puede evitar pensar en cómo quedará después de realizar un par
de rituales que harán de él un sitio especial y mucho más seguro. Pero ahora
mismo el lugar está hecho un desastre.
Durante lo que queda
de esta noche, Aesir pone algo de orden en el centro de la catacumba y concienzudamente
comienza a recopilar ingredientes, invocándolos con gran esfuerzo, para
realizar varios rituales mágicos con los que preparar su futuro refugio. Descontando las horas diurnas, el joven
hechicero dedica doce horas, en dos
noches diferentes, para comenzar con la base de lo que ambiciosamente pretende
ser el dominio más seguro de todo Jerusalén.
El gasto ingente de
sangre hace que Aesir quede casi famélico, cuando empezó tenía su reserva llena
pero la hechicería tiene un coste importante, por algo se llama magia de Sangre.
Tras estas dos noches
dedicadas exclusivamente a preparar mágicamente su nuevo refugio Aesir decide
ir a cazar, pensando en que debe encontrar alguien valido para hacerle ghoul y
quizás conseguir un rebaño del que alimentarse sin necesidad de cazar cada
noche.
Esta es la idea en la
mente de Aesir: Con su bolsa llena de oro y joyas invocadas con su magia acabar
sus pasos en una casa de esclavos o de prostitutas, lugar donde cambiar el
dinero por personas para después alimentarse de ellas. Nunca matándolas, no hay
necesidad mientras beba lo necesario para no acabar con su frágil vida.
Y esta es la realidad
de lo ocurrido: Aesir deambula por las calles intentando llevar a cabo su plan
de caza y las mujeres qué encuentra no le hacen el caso qué desea. Lo más
seguro qué sea debido a una peculiaridad del mago, no llama la atención por un
trasfondo mágico y esto a veces no es conveniente, sobre todo cuando vas a
alimentarte del sexo opuesto. Esta peculiaridad hace que no tenga nada de éxito
en su noche de caza y sus planes al respecto queden en agua de borrajas. Un
punto débil de Aesir parece que es conseguir alimento.
Gabriel, anciano Toreador |
El anciano Toreador
Gabriel camina solitario por las calles del barrio Cristiano mientras piensa en
sus planes a corto y medio plazo:
Su idea es que
gracias a su Disciplina de Presencia pueda hacerse con una herrería, bajo la
que refugiarse y poderse meter en el gremio a través de un ghoul, que crearía. No
se olvida de que también deberá conseguir hacerse con un amplio rebaño de
humanos para poder alimentarse, ya que tiene un problema con esto: la sangre
humana ya no le nutre de igual forma por lo que necesita consumir tres veces más
de Vitae para saciarse.
Una vez afianzada su
tapadera quiere comenzar un ambicioso camino para tratar de ser el primogénito Toreador de Jerusalén y adquirir
posición que secunde su longeva edad.
Sus pasos le han
traído hasta el barrio judío frente a la casa de Adin Yakar, Gaón Caraíta,
sabio líder hebreo caído en desgracia desde que su facción judía fue
exterminada por un Golem fuera de control.
Adin es contacto de Gabriel y fue el que le enseño a hablar la lengua actual cuando Gabriel despertó de su sopor milenario. De no ser por él no podría comunicarse con nadie de Jerusalén a pesar de hablar el mismo idioma, los siglos han evolucionado las palabras de tal forma que la lengua no se parece en nada a la que Gabriel hablaba en la antigüedad.
Adin Yakar, Gaón Caraíta |
El viejo Adin
presenta a su hijo Kal-el, “la voz de Dios” en su idioma, un joven sano y lleno
de energía que se gana la vida de herrero regentando su propia herrería.
Gabriel, invitado al
hogar de Adin y su hijo Kal-el, les deleita con historias del Golem, la lucha
continua del hombre que quiere arecerse a Dios creando vida; La luz contra la
oscuridad y cómo todo acaba en esperanza ahora que el destino divino le ha
llevado ante un herrero como lo fue él hace cientos de años.
El joven Kal-el hace
muy buenas migas con Gabriel y le muestra su humilde herrería. El Toreador se
emociona recordando el olor del carbón, el calor de la lumbre y el sonido del
fuelle y el martillo golpeando repetidamente contra el yunque.
Gabriel coge un
martillo y con una sola mano, imposible de otra forma, es manco, martilletea en
el yunque con ágil maestría ante los atónitos ojos del joven herrero. Por
supuesto tras superar el miedo inicial al fuego, algo intrínseco a su
naturaleza vampírica.
Gabriel comienza a
enseñar técnicas hace tiempo olvidadas al joven Kal-el, que ilusionado
aprende como quien aprende de un Dios inmortal.
Tras su clase magistral Gabriel busca un lugar seguro donde poder dormir esa y futuras noches y gracias a Kal-el lo encuentra en una pequeña cueva bajo la herrería, un lugar donde guardan los alimentos para que permanezcan frescos.
Kal-el, herrero ghoul de Gabriel |
–Lo deseo. Enséñame maestro…–dice el joven herrero hipnotizado por
la imponente apariencia de Gabriel y anonadado por sus pericias en herrería.
Gabriel se hace un
corte en la mano y da de beber su espesa sangre a Kal-el, convirtiéndolo así en
su ghoul, que ahora comienza a sentir en inicio del vinculo de sangre, cadenas
emocionales que le atarán para siempre al Toreador.
Kal-el se siente
energizado de tal forma que refuerza su decisión de acoger a Gabriel y de ser
su pupilo y siervo incondicional.
–Tu primer cometido será… forjar un hacha de estilo
nórdico
–dice Gabriel pensando en su compañero Brujah Sven.
–Pero yo no sé hacer eso maestro –dice Kal-el.
–No te preocupes. Yo guiaré tus primeros pasos… –dice Gabriel
mientras le orienta dando los primeros martillazos a un metal de mucha calidad que
tenia Kal-el guardado para una ocasión especial.
En ese momento,
enfundado en el mandil de cuero, Gabriel recuerda un sentimiento humano ya
olvidado: la felicidad.
Adin, padre de
Kal-el, interrumpe la enseñanza de su hijo y le dice a Gabriel que una
misteriosa mujer encapuchada pregunta por él en la puerta de su hogar.
Nailah Salem, Seguidora de Set |
El bello y juvenil
rostro de Nailah es cómo una bocanada de aire fresco para un ser vivo si no
fuera por su expresión de preocupación que parece apagar sus bellos ojos color
verde esmeralda. No cesa de cavilar sobre cómo solucionar su problema con
Fukaina, hasta hace poco su fiel ghoul y ahora su temeraria pupila vampírica. Las
cosas no han empezado bien para su neonata.
Le gustaría no tener
que hacerlo pero aquí y ahora Nailah ha tomado una decisión: la vinculará; Dándola
de beber tres veces de su sangre en tres noches diferentes. La primera ya
sucedió la noche que fue abrazada por Gabriel y la segunda será esta noche.
Esto hará, sin duda, que el rio vuelva a su cauce.
Nailah pide a su
ghoul Shukura un par de jarras de sangre que ésta le consigue con gran
facilidad, vive para ello. Sus miradas se cruzan, hay cierto amor-odio en los
ojos de la ghoul, pero ambas saben que no llegará la sangre al rio. Los celos
de Shukura hacia Fukaina tendrán que enterrarse bajo la fidelidad que siente
por su ama Nailah.
Cabizbaja y apesadumbrada Nailah raja la palma de su mano dejando caer unas gotas en cada jarra. Acto seguido se dirige hacia la celda de Salma y abre la gran puerta de metal dejando una de las jarras en el suelo para que la vampiresa la beba cuando deje de meditar. Justo cuando Nailah está cerrando la puerta Salma recoge la jarra y da buena cuenta de ella bebiéndose hasta la última gota y vinculándose secretamente a ella. Ahora la Nosferatu siente algo positivo por la Setita y esto es bueno para Nailah.
Fukaina, neonata Toreador |
No hay palabras que
rompan la magia del momento y Nailah deja la puerta abierta tras de sí, como
indicando que Fukaina ya está lista para acompañarla.
Fukaina sale de la
celda, acompaña a Nailah y pide a su señora poder verse a solas con Gabriel, su
Sire Toreador. Nailah le permite hacerlo sin ningún problema y ambas vampiresas
se separan.
En ese instante y
poco después de salir del la mazmorra, Salma la neonata Nosferatu, es liberada
por Rebeca, la ghoul de Katja, y ambas se reunirán en el salón del trono con
los demás.
Sven de Scania, Brujah |
El Brujah varego
callejea por el barrio cristiano mientras piensa en la repentina aparición de
Celine, su Sire. Espera que vuelva pronto con buenas noticias. No deja de ser
inquietante lo fácilmente que accedió a meterse en la boca del lobo para
convencer a Ephraim, Sire de Hannah, de que ésta es la culpable de abrazar
ghoules a diestro y siniestro ampliando notablemente la población de Nosferatu
de Jerusalén.
Sven aun no ha
contado a su Sire como venció heroicamente al Golem de fuego invocado por la
Tremere llamada Inés. Al parecer despertó a la criatura con ayuda de unos
escritos sagrados que había sobre la verdadera mesa del sabio rey Salomón.
Ayudado de su
habilidad de fullerías, el vikingo intenta poner el oído para enterarse de qué
se cuece en la ciudad. Pero nadie se fía de un guerrero nórdico con dos hachas
en el cinto, teniendo en cuenta que está prohibido que los extranjeros porten
armas en la ciudad, ley impuesta por el gobierno del difunto Saladino. Así que
regresa al domino de Katja con las manos vacías y sin información extra que
compartir con los demás.
Katja, Tzimisce Koldun |
Al despertar y llegar
la noche, Katja La Tzimisce Koldun, permanece pensativa en el oscuro interior
de su sarcófago sagrado, mandado fabricar por su difunto Sire Janosz. Tallado
en madera negra del bosque de las almas y confeccionado por los mejores maestros
artesanos y hechiceros Koldunes. La luz no es capaz de entrar y allí se
encuentra protegida de todo mal.
Esta noche tardará un
poco más en abrir la tapa de sagrado ataúd. Mientras los pensamientos cruzan su
mente como barcos navegando por un siniestro océano.
Aun sigue dolida por
la muerte de Jaroslav, así que piensa en volcarse en Rebeca, la deslumbrante
ghoul creada por su chiquillo ahora sirviente de Katja. Es demasiado pronto,
hace poco que fue la desgraciada muerte de Jaroslav para pensar ya en crear chiquillos
para sustituirle, pero igual hay que enseñar algo más a Rebeca…
Katja está intrigada
por la aparición de la Brujah Celine, una amante del pasado a la que sirvió
como ghoul hace más de una vida.
Es curioso que Fukaina,
la pupila de Nailah, ahora sea una neonata, con ella también tuvo una historia
especial cuando ambas eran ghoules de Ahmed Salem, el difunto Sire de Nailah.
No podemos olvidar que Katja es una Tzimisce que ha reclamado un dominio en el barrio cristiano de Jerusalén, pero es una vampiresa sin posición. Así que en lo primero que piensa es en cómo tratar de establecer su base de poder. Quizás lo haga con ayuda de Adam, el Antiguo Capadocio de la Capilla Tremere.
Rebeca, ghoul meretriz de Katja |
Tiene muy claro que
deberá proteger a Salma, la neonata Nosferatu, hasta que los de su clan se
hagan cargo de ella, “nunca está de más
que los Nosferatu te deban un favor”, piensa Katja.
Y después están los tres
ghoules de Jaroslav, que aun no han encontrado y deben buscar para Yusuf, el
Brujah que se lo ha pedido. Katja no quiere tres Szlachta para nada pero su
orgullo y que fuesen de propiedad de Jaroslav la hacen sentirse en deuda. Así
que piensa en buscarles un final digno.
Extiende su
putrefacta mano y abre el sarcófago despacio y con cuidado. El incomodo
silencio acompaña ese necesario olor a tierra sobre la que descansa la
Tzimisce.
En el exterior, Rebeca
espera pacientemente a su señora y la ayuda a acomodarse y a adecentarse, a
pesar de su aspecto cadavérico. La ghoul recibe esta noche la primera clase
magistral de ocultismo impartida por Katja, una verdadera hechicera del clan de
los llamados en algún lugar: Demonios.
Las primeras enseñanzas sobre la hechicería tratan sobre lo que no hacer para no perjudicar los rituales de su señora. También la enseña cómo reconocer y comportarse ante otros Vástagos y sobre todo como no dejarse influenciar por sus Disciplinas. La primera norma es: “No mires nunca a otro Cainita a los ojos”; Por sencillo que parezca muchas de sus manipulaciones pueden evitarse si evitas el contacto visual.
Sarcófago de Katja |
Katja aconseja
cubrirse la cara ante los Toreadores para no llamar excesivamente la atención y
cómo debe mostrarse sumisa ante todo vampiro que se encuentre bajo el manto de
protección de su ama y señora Katja.
–Deberás ser mi doncella. Encargándote de mis
vestimentas, mi alimento y sobre todo de mi protección diurna –ordena Katja a
Rebeca– y por supuesto no dejes de
mantener contacto con tus compañeras meretrices de tu barrio.
La primera clase
concluye y Rebeca ha sido iniciada en el infinito mundo del ocultismo.
Ambición de una neonata
Fukaina ha seguido el
rastro de Gabriel, es algo que siempre se le ha dado bien y lo observa a través
de una ventana. El Toreador se encuentra en el interior de una herrería,
enseñando antiguas tácticas a un herrero humano, su nuevo aprendiz y ghoul
Kal-el.
Adin, padre de Kal-el, recibe a la misteriosa
Fukaina y ante su petición la lleva ante el Toreador, tras habérselo preguntado
previamente. Ambos se encuentran en una oscura y sucia habitación donde se
guardan montañas de leña para hacer con ella el carbón que alimenta la fragua.
Fukaina la neonata
imbuida en las sombras mira a su Sire Gabriel, tiene algo importante que
proponerle:
–¿Cuál es nuestro cometido como Toreador en la ciudad? –pregunta Fukaina a
Gabriel.
–Velar
por las artes y la belleza –responde Gabriel de forma segura– un arte no tiene que ser necesariamente
algo relacionado con la belleza, si no algo que a ti se te dé especialmente
bien. Yo por ejemplo yo de humano era herrero y mi arte es la herrería. –dice
Gabriel tocando su mandil de piel curtida.
–Me he fijado en que los Toreadores no son abiertamente
influyentes en Jerusalén –dice Fukaina inmiscuyéndose demasiado a criterio de
Gabriel– Creo que deberíamos darle más
relevancia al clan Toreador en la ciudad para después poder apoyar al clan de
Set en secreto, todos sabemos lo impopular de los Setitas. Sin embargo los
Toreador seguro que son bien vistos en la ciudad Eterna. Conseguiríamos que los
Seguidores de Set fueran un clan de poder en las sombras. Bajo esta herrería
podríamos esconder un culto al Dios Set y con el tiempo un templo a la
serpiente…
Los ojos de la
neonata miran al infinito mientas cierra su puño en el aire con claros delirios
de grandeza.
–Lo mejor chiquilla, es que busques tu propio
asentamiento –sugiere
Gabriel– ni siquiera yo tengo poder entre
los Toreador. Ahora es tiempo de conseguir contactos y aliados para darle más
relevancia al clan Toreador, como muy bien dices. Si te precipitas con
demasiada ambición llamarás la atención y serás barrida del mapa.
–Deja al margen de tus planes la herrería –dice Gabriel muy
serio mirando a los ojos a Fukaina.
–Entiendo… –asiente Fukaina pensativa y convencida por el
dialecto más suave del Toreador, asemejándolo en su pensamiento sus “movimientos”
al serpenteo previo de la mordedura de una cobra.
–Si asciendo yo, te ayudaré a ascender a ti y eso será
bueno también para tu mentora Nailah –expone Gabriel a la impaciente neonata dando
la vuelta a sus argumentos.
–Lo entiendo. Me parece una buena idea –dice Fukaina
satisfecha. Siempre se le ha dado mejor actuar que pensar.
–Me gusta que seas directa y me cuentes tus planes antes
de efectuarlos –dice
Gabriel orgulloso a su neonata.
– Gracias Sire… –dice la neonata confusa tras pronunciar tales
palabras.
–Otra cosa –aconseja Gabriel– cuando te presentes di que yo soy tu Sire aunque todos nosotros
sepamos que Nailah es verdaderamente tu madre y tu mentora. Lo digo porque mi
linaje viene de Elsh el primer Toreador de Jerusalén y seguramente el origen de
mi sangre pueda ayudar en nuestro camino.
–¿Cuál será la primera Disciplina vampírica que me
enseñarás? –pregunta
Fukaina a Gabriel.
–Podría enseñarte la Celeridad o el Auspex. –Expone Gabriel– La primera es saber cómo moverte mucho más
rápido que los demás seres y la segunda desarrollará tus sentidos hasta niveles
insospechados pudiendo ejercer poderes muy útiles.
–Elijo el Auspex –dice Fukaina muy decidida– ¿Cómo puedo empezar?
–Debes concentrarte para expandir todos tus sentidos –dice Gabriel– escucharás detalles inaudibles hasta ahora
o verás ínfimas cosas que antes no eras capaz de ver.
–Utilízalo esta noche mientras cazas para mí. –Aconseja Gabriel– Rastrea a la presa y utiliza tus nuevos
sentidos, intensifícalos hasta que todos estén potenciados de tal forma que
percibas igual que un animal al acecho.
La habilidad más
básica de Auspex dobla el alcance y sensibilidad de los sentidos de un vampiro.
Fukaina consigue practicarlo y se da cuenta de que puede ver y oír al doble de
distancia. De forma similar, puede encontrar rastros tan bien como un sabueso,
y seguirlos si aprende a hacerlo.
Fukaina pone en
práctica las enseñanzas de Gabriel y consigue intensificar todos sus sentidos y
con ellos caza un perro callejero con una facilidad pasmosa.
El can muerto a penas
es un pequeño aperitivo para la mayúscula sed de sangre del anciano Gabriel. La
sangre de animal apenas alimenta un ápice de lo que debería, su edad necesita
mucha más Vitae para sobrevivir, es ley de no vida.
Ambos vampiros, satisfechos se encaminan hacia el dominio de Katja para reencontrarse con sus compañeros.
Trono de huesos de Vadjanosz |
Todos nuestros
protagonistas se encuentran pasada la media noche en el dominio de Katja, concretamente
en el salón del trono de hueso de Vadjanosz, de momento solamente utilizado por
él.
Nailah, Katja, Sven,
Aesir, Gabriel, Fukaina y Salma permanecen en el salón preparados para departir
sobre la situación actual de su quebrada empresa.
Debían conseguir una
serie de ghoules para Yusuf, un Brujah que les prometió el favor de su poderoso
señor. La verdad es que hasta ahora solamente han conseguido a una de las
ghoules y ya o es tal, ahora ha sido abrazada y convertida en Nosferatu, su
nombre Salma.
Tobit y Alice,
ghoules de la desaparecida Regente Tremere llamada Mar, fueron abrazados
Nosferatu y perecieron en las mareas de la negrura de la violencia Cainita.
Aun quedan tres
ghoules por buscar, los pertenecientes al difunto Vadjanosz, también conocido
como Jaroslav por su Sire Katja.
El silencio precede a
las palabras pero mientras tanto es evidente la tensión entre las dos neonatas,
Fukaina y Salma, Toreador y Nosferatu, la vieja rivalidad renovada en el odio
de las miradas que se dedican ambas, envenenadas y sedientas de venganza. No
hay que olvidar que cuando aun eran ghoules Salma mató a Fukaina, clavándola
una daga en el corazón, por entrar sin permiso en el domino de su difunto señor
Assamita.
–¿Qué ocurre Fukaina? –pregunta Gabriel a su chiquilla.
Fukaina no responde y
acaba mirando al anciano en lugar de a Salma, que hasta ahora le mantenía la
mirada en un duelo interminable.
–¿Dónde has estado Aesir? –pregunta Nailah al
Tremere que lleva tres noches sin dejarse ver.
–Asuntos personales –responde Aesir intrigante.
Nailah resume a Aesir
lo ocurrido en su ausencia: No han conseguido ninguno de los ghoules que
buscaban a excepción de Salma que ahora es Nosferatu. Tobit y Amelia también fueron
abrazados Nosferatu y perecieron en diferentes circunstancias. Hannah, la
Ancillae Nosferatu con la que conocieron en la Capilla, es la culpable de
abrazarlos y de ir por delante de su infructuosa búsqueda de ghoules. Aun les
quedan tres por encontrar, los de Vadjanosz.
–Hannah es la culpable y es nuestra enemiga –dice Katja a Aesir para
dejárselo claro, parecía llevarse muy bien con ella cuando la conocieron.
–¿Enemiga? No está en nuestra contra ¿no? –pregunta Aesir.
–Engañó a Amelia. Ni siquiera la dijo que era Nosferatu.
Se hizo pasar por Mara, la vinculó y la envió para matarnos. A punto estuvo de
acabar conmigo
–dice Gabriel enseñando las quemaduras de su cuello.
–No nos ha atacado directamente ella ¿no? –pregunta Aesir.
–Pero si a nuestros intereses –responde Nailah
molesta con tanta ambigüedad– ahora
debemos decidir si matarla o no.
–Yo sigo dándole el beneficio de la duda. No me cuadra del todo que haya sido ella –expresa Aesir de forma suspicaz.
–Ha abrazado al ghoul de Adam, Tobit, y por ello ha
muerto. El Capadocio es nuestro aliado. Es nuestra enemiga pero creo que no
deberíamos matarla
–dice Katja.
–¿Ideas para buscar a Hannah? –Pregunta Gabriel
tras romper la tensión entre neonatas.
Los vampiros
presentes piensan y Aesir rompe el silencio.
–¿Quién mató a Amelia? –pregunta repentinamente Aesir.
–El fuego. Se inmolo intentando matarme –responde Gabriel.
–¿Y a Tobit? –vuelve a preguntar Aesir.
–Yo. Pero lo hice en defensa propia –responde el
silencioso Sven.
–Has matado a un vampiro, eso es transgresión de las
Tradiciones
–dice Aesir.
–¿y acaso no ha transgredido las Tradiciones Hannah
abrazando a tres ghoules sin permiso? –dice Nailah molesta.
–¿Seguro que no tenía permiso? –cuestiona Aesir
mientras todos los presentes se enzarzan en una discusión sobre las leyes de
Caín. No opinan lo mismo sobre las interpretaciones de algunas de las
Tradiciones.
–Creo que su crimen no debería ser castigado con la
muerte –dice
Aesir– si castigado, pero no con la pena
capital.
–¿Qué dicen los Nosferatu de todo esto? –pregunta Aesir.
–El Sire de Hannah, Ephraim, no se cree que sea culpable –dice Katja.
–Mi Sire Celine ha ido en busca del Sire de Hannah, a sus
dominios para convencerle de que su chiquilla es culpable –dice Sven a Aesir.
–Yo sé dónde encontrar a Kothar, el Profeta. Líder
Nosferatu y el vampiro más viejo de Jerusalén –dice Gabriel.
–Si tocan a los ghoules de mi difunto chiquillo es una
declaración de guerra contra mí –dice Katja–
ya que deberían ser míos por derecho.
–Cierto Katja, podrías reclamar los ghoules de Jaroslav –dice Gabriel.
Todos deciden irse a cazar
excepto Katja que comienza su ritual de la charca mágica donde intentará ver
donde se encuentra Hannah. La Tzimisce ejecuta con pericia el rito y en la
charca de agua del suelo comienzan a verse las imágenes que muestran la
oscuridad más absoluta. Al aparecer la Nosferatu está escondida en un lugar
oscuro y no se mueve…
Nailah y Aesir,
mientras salen del lugar, charlan y el Tremere le confiesa la necesidad de mano
de obra para rehabilitar su nuevo refugio. La Setita se confiesa interesada.
Gabriel con Fukaina,
Nailah con Aesir y Sven solo, recorren la ciudad y las inmediaciones en busca
de caza, animales en su mayoría para saciar su hambre no humana. Cabras,
camellos, perros… ningún humano es cazado esta noche y los Vástagos se deshacen
de los cuerpos de los animales para no llamar demasiado la atención.
Salma se ha quedado con Katja, observando como hace el ritual y fijándose bien en la charca por si su Sire asomase la cabeza. Esta tensión solo acrecenta sus ansias de venganza mientras la neonata Nosferatu mira fijamente al charco color negro.
Torre embrujada de Katja, barrio cristiano |
La bruja de la torre
Cuando Katja ha
terminado su ritual y observa la charca junto a Salma, su ghoul Rebeca se
acerca a ella en silencio, la aparta a una esquina de la estancia y le cuenta
algo que la llena de curiosidad nostálgica, recuerdo y homenaje a su tierra.
–Mi señora –susurra Rebeca– No son pocos los gritos que se oyen por las noches emitidos en el
interior de estos muros. Los humanos del barrio cristiano han empezado a temer
su dominio. Dicen que hay una bruja en esta torre maldita y las historias sobre
prácticas paganas corren de hogar en hogar.
–Hablan… –continúa Rebeca
mirando a Salma de reojo y cuando se cerciora que no se fija en ellas, sigue: –de los oscuros
seres que moran en la torre por la noche y nadie se atreve a cruzar por estas
calles una vez ha caído el sol. La engañaría si no la dijera que me inquieta
aunque al mismo tiempo se ha conseguido un aislamiento involuntario de los
alrededores de la torre, temen acercarse y sufrir el mayor de los tormentos…
Katja sonríe sin importarle nada en absoluto la leyenda que
comienza a forjase alrededor de la tenebrosa torre Arista, la morada de la
bruja…
Salma, neonata Nosferatu |
Gabriel y su
chiquilla Fukaina han salido de caza juntos, esto ayuda a la neonata a aprender
más sobre como cazar con su nueva arma mortal: sus propios colmillos, algo
nuevo para ella.
Regresan a la torre
Arista, no se percatan de que cuanto más cerca de ella están, más desierto está
el lugar. Todo se encuentra tranquilo y cuando llegan Salma les abre la puerta
y les recibe.
Hay una evidente
tensión en el ambiente, Fukaina y Salma se miran con odio y saltan chispas
entre ellas.
Gabriel intenta
romper esta incómoda situación preguntando a Salma por Katja, cuando en el
momento menos pensado, mientras Salma va a avisar a la Tzimisce y da la espalda
a los presentes, Fukaina se abalanza sobre ella perdiendo el control y
enzarzándose a una lucha a muerte contra la mujer que la mató, la culpable de
que ella ahora sea lo que es, una Nosferatu, y no lo que debería ser, una
Assamita.
Ambas en frenesí
bailan una danza macabra en la que los golpes y mordiscos son los violentos
pasos de baile. Sus colmillos al aire y siseos constantes mientras se lanzan al
suelo agarradas golpeando sus cuerpos entrelazados contra paredes y muebles que
se quebrantan bajo ellas mientras crujen huesos rotos en su interior.
–¡¡¡DEJADLO ESTAR!!! –grita Gabriel sin que las vampiresas
salvajes puedan escucharle.
Fukaina ha
introducido sus manos desnudas en las entrañas de Salma y ésta agarra el cuello
de la Toreador con ambas manos elevándola por encima del suelo. Ninguna de
ellas siente dolor y en lo más profundo de su alma saben que solo puede quedar
una de ellas en pie.
Salma muerde
salvajemente el cuello de Fukaina dejándola mal herida y a merced de la muerte.
Katja, que se
encontraba en los sótanos hablando con Rebeca mientras ojeaba la charca sin
novedad, escucha los gritos y el ruido de pelea en el piso superior. Con su
hechicería Koldúnica los espíritus del lugar le informan rápidamente de lo que
está ocurriendo.
La Tzimisce invoca
los poderes elementales de la tierra y del suelo comienza a formarse una enorme
columna de escombros que se eleva rápidamente destrozando el techo, lugar donde
se pelean ambas vampiresas.
Mientras el suelo
tiembla por el empleo de la oscura magia de Katja, la Nosferatu decapita a la
Toreador de otro mordisco letal. Salma vuelve a matar a Fukaina, esta vez de
forma definitiva. Su espíritu de asesina, de semilla Assamita sigue latente en
su interior.
La cabeza de Fukaina
salta como el corcho de una botella al abrirse mientras la columna de tierra
aparece destrozando el suelo y envuelve a Salma por las piernas
inmovilizándola.
La imagen de una
columna de seis metros de escombros y tierra situada en el centro de la torre
ahora hueca y tambaleante con Salma en lo alto atrapada en tierra e inmóvil
mientras grita en frenesí, es completamente abrumadora.
Gabriel, haciendo
equilibrio arrimado a una pared, observa a Katja que se encuentra en el piso
inferior, ya que se ve al no haber suelo. Coge un tapiz caído y con delicadeza
tapa el cuerpo de Fukaina, su chiquilla por pocas noches…
¡Exijo muerte!
Aesir, Sven y Nailah
abren la puerta de un empujón. Han sido testigos, desde fuera, del seísmo que
hacía que el palacete Arista se moviera como un árbol en un huracán. Este
capítulo alimentará la leyenda de la torre embrujada de Katja.
El espectáculo que se
encuentran es increíble. La torre hueca con el suelo destrozado. En el centro
una columna de tierra inmoviliza hasta la cintura a Salma que se calma confusa
sin saber que ha ocurrido. Al menos los gritos de la Nosferatu cesan, mientras
en los hogares humanos cercanos se santiguan al escuchar los horribles sonidos
que vienen de la embrujada torre Arista.
Katja está muy
enfadada y Salma comienza a pensar que ha podido pasar mientras ve la cabeza de
Fukaina entre los escombros.
–¿Qué ha ocurrido aquí? –pregunta Nailah temiéndose lo peor viendo a
Salma inmovilizada y no viendo a Fukaina.
–Fukaina y Salma han entrado en frenesí luchando a muerte
y Fukaina ha fallecido –dice Gabriel con pena.
Nailah contiene la
bestia que pugna por salir y solucionarlo con un buen frenesí sangrento.
Gabriel, ante tal
tensión y al ver de nuevo el cadáver tapado de su chiquilla no puede más y la
bestia se apodera de él abalanzándose sobre Salma, que inmovilizada por la
columna de tierra no entiende que está ocurriendo.
La Nosferatu, con
gran esfuerzo, se suelta de la tierra y esquiva de una voltereta al colérico
Gabriel, que ahora en frenesí, muestra sus colmillos de forma amenazante.
Nailah corre para
agarrar a Salma y ponerla de escudo no humano contra Gabriel, aun en frenesí,
mientras Katja utiliza su hechicería moviendo la tierra elemental para apresar
a Gabriel e inmovilizarle para que no dañe a nadie en su frenesí.
Sven echa mano de sus
puñales para darse cuenta de que no los tiene… y carga contra Salma golpeándola
en su horrible cara. El golpe apenas la deja un rasguño en el labio por el que
una gota de sangre se desliza cayendo a la nada.
Aesir se concentra y
efectúa el ritual de las cadenas invisibles con las que ata a todos los
presentes excepto a Katja y Gabriel. Salma, Sven y Nailah quedan
encadenados al suelo inmovilizados por
una fuerza invisible.
–¡Mantengamos la calma! –dice enérgicamente Aesir mientras es
evidente que la mirada de Nailah hacia Salma es de odio y venganza.
–Estáis en mi domino y Salma goza de mi hospitalidad –dice Katja mirando
a Nailah– Cualquier ataque contra ella es
un ataque contra mi…
Salma intenta
soltarse de sus cadenas invisibles y de Nailah que la tiene apresada por la
espalda, agranda sus fauces y con unos colmillos descomunales muerde en la
cabeza a la Nosferatu haciéndola una herida de la que comienza a sangrar.
–No la ataques –dice Aesir a Nailah mientras libera de sus
cadenas invisibles a Salma.
–Nailah suéltala. Hablaremos más tarde. Yo también quería a Fukaina…
–dice Katja a la Seguidora de Set.
Mientras, Gabriel
consigue calmar a la bestia de su interior y se percata de que está
inmovilizado por una montaña de tierra que le cubre hasta la cintura.
Intenta soltarse pero
no puede y le pide a Katja que le deje libre, ya se encuentra más calmado. La
Tzimisce le hace caso desactivando su control sobre la tierra.
Sven se interpone
entre Nailah y Salma separándolas y llevándose a la Nosferatu lejos de la
Seguidora de Set. El Brujah varego mantiene a Salma inmovilizada, no quiere
sorpresas.
Nailah ejerce gran
fuerza con sus manos y rompe las cadenas invisibles de Aesir.
–¡Maldición! ¡Todos quietos o invoco un rio de lava a
vuestros pies!
–amenaza Katja enfadada.
Todos miran a la
Tzimisce, no saben si es capaz de hacerlo pero por si acaso la hacen caso.
Sven tiene cogida a
Salma por detrás y con una llave inmoviliza a la Nosferatu. Nailah retorna su
boca otra vez con forma humana y se cruza de brazos muy molesta, mirando el
cuerpo de Fukaina ahora destapado tras la trifulca.
–Salma entra en tu cámara, ¡ahora! –ordena Katja a la
Nosferatu mientras Sven la libera sin rechistar.
Salma mira a Nailah y
sin quitarla ojo desciende por los escombros y se pierde en las mazmorras
inferiores acompañada de Rebeca, que silenciosa miraba a Katja por si la
pudiera necesitar.
–Exijo un juicio –dice Nailah a Katja– tengo mi derecho, era mi chiquilla.
–¿Podéis explicar que ha ocurrido aquí? –pregunta Aesir
confuso.
–¡Debe morir! –grita Nailah mirando la
cabeza de Fukaina– ¡yo la ejecutaré!
–¡Escúchame! –grita Katja a Nailah mientras golpea una
pared– Salma desea morir. Es mejor que
esperemos hasta que todo esto acabe. Muerta nos pude dar más problemas que
viva. Morirá pero a su debido tiempo.
–Lo único que ha ocurrido ha sido que dos neonatas en
frenesí han peleado y una de ellas ha matado a la otra –dice Gabriel
dirigiéndose a Aesir.
–¿Por qué no has hecho nada para proteger a tu chiquilla? –acusa Nailah a
Gabriel.
–Si he hecho algo. Pero en frenesí no ha sido efectivo –dice Gabriel.
–¡No ha sido suficiente! –grita Nailah a
Gabriel.
–Empezó la pelea Fukaina y le atacó en frenesí por la
espalada –dice Gabriel.
–¿Encima la defiendes? ¿a la asesina de nuestra
chiquilla?
–acusa socarronamente Nailah a Gabriel.
–Salma solamente se defendió. Mató a Fukaina en defensa propia. Estaba
en frenesí. Podía haber muerto cualquiera de las dos –dice Gabriel.
–¿Defensa propia? Me avergüenza tu comportamiento. Eres
un cobarde
–acusa Nailah a Gabriel mientras éste retiene a su bestia por los insultos.
Aesir aprovecha la
discusión, y que nadie se fija en él, para ir a la celda de Salma y liberarla.
Al principio Rebeca no le deja pero el Tremere la convence diciéndole que será
lo mejor para su señora Katja.
–Ve a la biblioteca de Capilla Tremere –le dice Aesir a Salma
mientras la libera– aquí no estás segura.
Nos veremos allí mañana.
Salma le hace caso y
sin mediar palabra desaparece en la oscuridad. Aesir regresa mientras Gabriel y
Nailah siguen discutiendo a voz en grito. Nadie se ha percatado de su ausencia.
Nailah contiene a la
bestia mientas se encara ante Gabriel que hace lo propio con la suya. La
tensión está en el ambiente y puede cortarse con un chuchillo.
–He visto más provocación por parte de Fukaina que por
parte de Salma
–añade Gabriel para echar más leña al fuego–
la mató cuando eran humanas, tenía una buena razón para querer venganza. En
frenesí todo puede pasar. No podemos evitarlo, a todos nos ha ocurrido. Ha sido
un desgraciado accidente. Creo que deberíamos castigarla pero no matarla.
–Salma no está liberada –añade Katja– es una neonata. Debe pagar su Sire por su transgresión, esa es la
Tradición de la progenie. Nailah, mereces reparación. Salma tendrá un castigo.
Pero ahora estáis en mi dominio y aquí no se matará a ningún neonato no
liberado por los crimines de su Sire. No se merece la muerte definitiva. Morirá
tal y como desea, pero no hoy y aquí.
–¿Tiene Sire? –pregunta Nailah a los presentes– ¿se responsabiliza de ella? Es culpa del
Sire y del chiquillo. Ha muerto una vampiresa. Exijo venganza.
–¿Si Fukaina hubiera matado a Salma también exigirías su
muerte?
–pregunta Aesir molesto.
–No. Salma no es mi chiquilla –responde Nailah.
–Entonces usas la misma ley de formas diferentes
dependiendo de tu conveniencia ¿no te das cuenta? –acusa Aesir– matamos en frenesí y no lo hacemos
conscientemente. Nos defendemos y si no lo hacemos morimos. Si Salma no hubiera
matado a Fukaina estaría muerta ¿no tiene derecho a defenderse? ¿debería
haberse dejado matar? Solo es una neonata de tres días defendiéndose. No merece
la muerte por eso. Es una falta de respeto exigir su muerte y una hipocresía
mayúscula no juzgarla por el mismo rasero…
–Si matas a Salma y en su momento el Sire de ésta pide la
cabeza de su asesino y tú das un paso al frente… entonces acepto que la mates,
si no lo haces, no pienso tolerar que mates a Salma. –dice Aesir muy
enfadado.
–¿Aceptarías eso? –pregunta Aesir.
–Su Sire también debe responsabilizarse de ella. Ambos –insiste Nailah
obcecada sin responder al Tremere.
–No hay Príncipe que exija justicia. Estamos en el
dominio de Katja. Ella debe decidir. –dice Gabriel.
–Por un lado creo que Salma debería morir por su crimen…–dice Sven cuando
todos le miran para que dé su opinión– Pero
mi Sire y Katja son aliadas y si la Tzimisce no cree que esté bien matarla creo
que mi Sire estaría con ella… Creo que su Sire debería hacerse cargo de ella y
educarla bien. Hoy doy un voto de confianza… ¡la siguiente vez no habrá piedad!
–dice el Brujah apretando los dientes.
Parece que todos los
presentes están en contra de la opinión de Nailah: matar aquí y ahora a Salma
por matar a Fukaina.
–Nadie dijo que este mundo fuese justo –sentencia Gabriel.
–Por mí, no la castigaba –dice Aesir– tú decides Katja.
–Fukaina rompió mi hospitalidad en mi dominio –dice Katja– Salma no morirá. ¿Qué castigo creéis que
podría ser justo, Nailah? ¿Cuál sería tu compensación?
–Vinculo de sangre –dice Nailah muy seria– quiero que me sirva para siempre. Ha matado
a mi chiquilla pues que asuma el destino que tenia ella, que sea mi chiquilla y
esclava de por vida. Apago mi fuego de venganza a cambio de sustituir a mi
chiquilla Fukaina por una nueva sierva: Salma.
–No permitiré que la vincules y la hagas tu esclava –dice Katja– Salma nos es más útil viva y libre de
momento. Hasta saber su papel en este drama. ¿y los tres ghoules de Jaroslav?
¿Te servirían como pago?
–Es tu domino, tú decides Katja –recuerda Gabriel.
–El Brujah igual te consigue un ghoul mejor por los tres
ghoules de Jaroslav– sugiere
Aesir.
–Mejor en tus manos que en las del Brujah. –Dice Katja
dirigiéndose a Nailah.
–Podría valer… –responde Nailah resignada mientras ve como contracorriente
y no tiene nada que hacer para llevar a cabo su voluntad.
Tras la discusión Katja
va a la celda de Salma y se encuentra en la puerta a Rebeca que le cuenta que
Aesir la ha convencido de dejarla ir porque era lo mejor para todos. Se
disculpa y lo siente. Katja le advierte por segunda vez desde que la creo:
–No vuelvas a
hacer nada diferente de lo que te he ordenado –dice la Tzimisce
mientras Rebeca cabizbaja se siente fatal por haber hecho caso a Aesir.
Y así termina la
quinta noche desde que conocieron a Yusuf, el Brujah que les contrató para
terminar el trabajo en siete noches.
Celine, Ancillae Brujah, Sire de Sven |
Al inicio de la sexta
noche todos los vampiros se reúnen en el dominio de Katja, la torre embrujada,
como la conocen los humanos. Aesir ha
visitado la Capilla de camino al dominio de Katja, pero Salma no estaba allí
cómo habían quedado. Es una dificultad añadida, ahora ya no tienen el as en la
manga de poseer a la nieta de Kothar el Profeta…
Nada más comenzar la
noche reciben la visita de Celine que entra en el domino de Katja tras ser
invitada por esta y lo hace como un huracán. Su energía es arrolladora y parece
que trae buenas noticias.
Saluda enérgicamente
a Sven, su chiquillo y a Katja su vieja amiga. Viene de buscar a Ephraim, el
Sire de Hannah, la Nosferatu responsable de todo este jaleo. Celine debía
convencerle de que debía dar un voto de confianza a los descubrimientos de los
aquí presentes: su chiquilla es la culpable de abrazar a tres ghoules y retener
a otros tres contra los intereses de los personajes.
–Conseguí hablar con Ephraim el anciano Nosferatu –cuenta Celine a los
presentes– me abordó mientras iba de
camino al Valle de Hinnom, donde reside la colonia de Kothar, el Profeta,
anciano Nosferatu y vampiro más viejo de Jerusalén. Según me contó Kothar no
hubiera sido tan comprensivo con la situación por eso no me dejó llegar al
valle para conversar allí. Es un Nosferatu testarudo pero os concede el
beneficio de la duda y pide a cambio dos cosas: a su chiquilla Hannah viva y poder
conocer a Salma, su nueva nieta. Solo espero que salgáis bien de esta
complicada situación… –dice Celine mientras mira a su chiquillo Sven.
Tras hablar Celine se
percata que no conoce a algunos de los presentes. Un joven hechicero que pasa
desapercibido la mira atentamente y la guerrera norteña le devuelve la mirada.
Tras un silencio incomodo Aesir pregunta a Sven:
–¿Esta es tu Sire? –pregunta el mago sin esperar respuesta.
–Soy Aesir –dice el hechicero presentándose con una leve
inclinación de cabeza.
–Celine, Ancillae del clan Brujah –responde educadamente
la guerrera Brujah.
–Soy compañero de tu chiquillo Aesir y me pidió que le
ayudar con la búsqueda de cierto tesoro…–dice Aesir– la mesa de Salomón. No encontramos tal mesa físicamente, pero si unos
escritos que al parecer había cincelados sobre ella y fueron trascritos en
papel y utilizados para dar vida a un Golem de fuego…
–¿Tu eres el Tremere? –pregunta Celine a Aesir.
–¿Me conoces? –pregunta Aesir
confirmando la duda de la Brujah.
–Sven me ha hablado de ti… –responde Celine
pensativa mientras mira de arriba abajo a Aesir.
–Salma se ha ido, tenemos que encontrarla –interrumpe Gabriel
mirando a Celine. No empezaron con buen pie cuando se conocieron la otra noche y
la Brujah aprovecha para disculparse ante él y ante Katja, su vieja amiga y
propietaria del dominio donde cometió tal afrenta.
–Si vamos a por ella no la des en la cabeza Sven… –puntualiza Katja– la queremos con vida.
Aesir le pide sus
hachas a Sven para potenciar su daño hechizándolas y el Brujah se las deja
mirando a Celine, que satisfecha ve como su chiquillo está integrado en el
grupo, eso será bueno para su supervivencia.
Sven al no tener ahora sus hachas busca sus dagas para cerciorarse de que tiene algún arma encima y se da cuenta de que no las lleva… ¡Alguien se las ha quitado en algún momento de descuido!… esto extraña al varego y sin armas se siente desnudo.
Shukura, Ghoul de Nailah |
–Te las ha podido quitar Salma –le dice Gabriel a Sven percatándose de lo que le ha ocurrido. El Brujah pensativo intenta recordar si las ha dejado en otro sitio pero no es el caso. Ahora solamente piensa en recuperarlas y romperle la cabeza a la ladrona.
Alexandrus, Gangrel contacto de Sven |
Nailah le dice a
Katja que hay un Gangrel fuera y Katja ordena a Rebeca que le invite a entrar.
Es Alexandrus, el aliado de Celine, que a sus órdenes fue a buscar a Hannah y
parece que ha encontrado su rastro en el barrio Armenio, más concretamente en
un sótano de una casa abandonada. Se lo cuenta y se presta a llevarles cuando
quieran.
Celine satisfecha con
la labor de Alexandrus y contenta con la integración de su chiquillo, se
despide de los presentes deseándoles toda la suerte del mundo y asiente
satisfecha mirando a su chiquillo Sven, como muestra de aprobación antes de
irse. Alexandrus se despide de Celine con una mirada de complicidad y se quedará
con los compañeros de Sven para llevarles ante Hannah.
Todos los presentes
aprovechan para ir de caza y alimentarse sin llamar demasiado la atención en la
ciudad. Gracias a esta sangre Gabriel se cura casi todo el daño causado por el
fuego de la antorcha de Amelia y cicatriza la mayoría de las quemaduras de su
espalda.
Aesir se centra en
hechizar las hachas de Sven con un ritual llamado filo ardiente. Con el cual
hace que sus hachas brillen con un fulgor verduzco y siniestro pero a cambio
harán un daño agravado a toda criatura sobrenatural a la que hiera.
Nailah en forma de Naga |
Ya en el barrio
Armenio el grupo de protagonistas no muertos camina en sigilo sin llamar la
atención. Alexandrus les conduce ante la
casa en cuyo sótano se encuentra Hannah y más… ¡vampiros!
Nailah se transforma
en Naga, mitad superior humana y mitad inferior gran serpiente amarilla. Desenfunda
sus espadas curvadas y las mueve
ágilmente cortando el aire preparada para el combate.
Gabriel intensifica
sus sentidos con Auspex mientras Aesir abre la puerta. El anciano Toreador atraviesa
la puerta y otea el lugar con sus sentidos agudizados. Todo está en calma pero
siente cierto peligro que proviene del nivel inferior de la destartalada casa.
Katja utiliza su hechicería Koldúnica para que los espíritus le informen de lo que hay en el sótano y percibe con claridad cuantos son y donde se encuentran.
Retoños de Nailah |
Aesir ilumina el
lugar invocando una palma de llamas de fuego que no da miedo a los presentes
pero si iluminará hasta que Aesir decida extinguirlo o soltarlo… pero de
momento la luz danzarina deja ver el lugar lleno de sombras que les arropan en
la fría noche.
Ya dentro Nailah
comienza a concentrarse para utilizar su Disciplina de Serpentis, herencia de
su clan, utilizando un poder avanzado llamado: La Madre de Monstruos. La Setita
comienza a dar a luz pequeñas “bestias tifónicas” que nacen de su piel. Dos
pequeños monstruos comienzan a crecen en el cuerpo de Nailah que de forma
grotesca y macabra se forman entre sombras que dan a la escena un tinte
tenebroso y terrorífico.
Los presentes
observan perplejos como las bestias empiezan por abrir los ojos y las bocas
desde su carne, después desgarran su cuerpo de Nailah y toman parte de él con
ellos para formar su propio ser.
Los bautizados por su creadora cómo: retoños de Nailah, son criaturas de medio metro de altura, bípedas, con el cuerpo lleno de pelo blanco, garras afiladísimas y boca descomunal y antinatural llena de mortales colmillos. Una vez formados estos monstruos, del tamaño de medio humano, parecen tener una inteligencia infantil y comprenden a la vampiresa cuando les habla.
Rusticus, la Gárgola |
–Seguiréis mis órdenes sin excepción –les susurra Nailah a
las criaturas– Vendréis a mi lado y
atacareis a todo el que intente dañarme. –Los monstruitos asienten
graciosamente mientras andan ágilmente alrededor de su nueva ama mirando
curiosamente a los presentes.
–Hay cuatro Nosferatu contando a Hannah y una gárgola –informa Katja en voz
baja y con los ojos cerrados.
–¡Hannah, sube aquí! ¡Tu Sire nos ha pedio que
vengamos a buscarte! –Grita Gabriel hacia
las escaleras que conducen al sótano–
¡los que estáis con ella debéis saber que no es ni Mara ni Jaroslav!
–¿Invoco fuego? –pregunta Katja dubitativa.
Drazen, neonato Nosferatu |
–¡Bajad! –grita Hannah respondiendo desde el sótano– ¡hablaremos aquí abajo!
Tras dudar y mirarse
cómplices los presentes comienzan a bajar en el siguiente orden: Gabriel,
Aesir, con su palma de llamas, Sven, alerta, Katja muy concentrada y Nailah
junto a sus peligrosas criaturas recién nacidas.
–Tú me protegerás a mí y tu a Katja –les dice Nailah a
sus criaturas indicándoles quien es Katja mientras bajan.
Entre tinieblas van
bajando poco a poco mientras las tablas crujen bajo sus pies. Nailah extiende
su legua de serpiente de un metro y agranda sus fauces como si fueran las de
una gran serpiente.
Gabriel ve
perfectamente gracias a su Auspex y la tenue luz de la palma de Aesir. Y lo
primero que se encuentra es a Rusticus, la bella Gárgola. El Toreador la admira
sonriendo y se resiste a sus encantos reprimiendo su debilidad de clan por la
cual debe admirar la belleza de forma extrema e hipnotizante.
Una vez todos se encuentran en el fétido sótano, rodeados de basura y cuerpos putrefactos de animales muertos, ven que hay tres seres horripilantes al fondo del lugar, pero no ven a Hannah. Las criaturas monstruosas son los que antes eran ghoules de Jaroslav, tienen su viejo aspecto per más horripilante que antes. Parece ser que alguien los ha abrazado haciendo ya sean seis los Nosferatu neonatos creados esta semana…
Goran, neonato Nosferatu |
Rusticus les vigila por la espalda y lo hace en guardia, preparado para luchar si fuera necesario. Las criaturas de Nailah le miran provocándola y enseñan sus zarpas y colmillos haciéndole burla. La Gárgola ni se inmuta.
–Soy Gabriel –dice el Toreador con tono convincente– Tu Sire quiere hablar contigo y nos ha
pedido que te llevemos ante él. Es la mejor solución a todo este entuerto.
–¿Qué otra opción hay? –escuchan la voz de
Hannah retumbando en las paredes pero no la ven.
–Si no vienes donde tu Sire –responde Gabriel muy
seriamente– vendrá y lo hará junto a tu
abuelo Kothar… y sabes bien lo que ocurrirá después...
Gabriel ve la silueta
de Hannah. Se encuentra entre los Nosferatu que hace unas pocas noches
solamente eran ghoules de un Tzimisce ahora muerto. De pronto el Toreador deja
de ver a la escurridiza Nosferatu de nuevo.
–Deja de hacer tonterías –dice Katja
amenazante– esto será por las buenas o
por las malas…
–¿Mis tres chiquillos también pueden venir? –pregunta Hannah desde otro lugar y aun sin mostrar su imagen.
Kruno, neonato Nosferatu |
–Has abrazado a los ghoules de mi chiquillo Jaroslav… –dice Katja dirigiéndose a los tres neonatos que permanecen inmóviles y asustados y sin ver a Hannah.
–¿Con que derecho te crees para hacerlo? –pregunta Katja– has roto la Tradición de la progenie.
¡Estúpida niña! Muéstrate y afronta tu destino o tendré que obligarte con dos
cachetadas! Hazlo o impondremos nuestro castigo aquí y ahora. –Amenaza
Katja de forma convincente tratando de intimidar a la Nosferatu.
Sven tenía sus hachas
envueltas en una manta para que su fulgor maléfico no llamase la atención, pero
ahora las destapa mostrando su siniestra iluminación mientras las agarra de
forma diestra esperando el ansiado combate.
–¿Te han dado permiso para abrazar a estos neonatos? –pregunta Aesir a
Hannah sin recibir respuesta y si otra pregunta.
–¿Qué garantías tengo de que mis chiquillos sigan con
vida? –pregunta
la Ancillae Nosferatu que se ve claramente en inferioridad numérica por no
mentar que Gabriel parece verla en ocasiones.
–Los neonatos usurpados no han hecho nada malo –responde Katja
recogiendo el testigo de la conversación al haberse quedado fuera de juego el
convincente Gabriel– Si lo que pretendes
es enfrentarlos a nosotros la Gárgola será la primera en arder… y tu, la segunda
–la señala sin verla para sorpresa de Hannah. Los espíritus le dicen en
todo momento donde está.
En ese preciso
momento Gabriel ve de nuevo a Hannah y la recuerda recuperando de golpe todos
los pensamientos relacionados con la Nosferatu, que habían sido ofuscados por
la Disciplina de la Nosferatu.
Hannah derrotada y sin ver una salida clara, se deja ver. Su cuerpo larguirucho y encorvado deja latente su horrible figura que da lástima ya que tiene la apariencia de una niña desgarbada, sucia y enferma.
Hannah, Ancillae Nosferatu |
La Nosferatu se acerca poco a poco y haciendo una seña a sus neonatos, estos la acompañan a su vera. Caminan muy despacio y sin hacer ruido. Rusticus se coloca ante ella en actitud defensiva, mirando desconfiadamente a los presentes gruñendo y sin entender muy bien lo que está ocurriendo.
–Necesito que me aseguréis algo –dice Hannah con miedo
en los ojos– debéis prometerme que no
vamos a la muerte…
–Depende de tu Sire –responde Katja.
–Ephraim quiere evitar males mayores –añade Gabriel para
tranquilizar a la temeraria Hannah.
–Evitar males mayores… –repite Hannah– pero nunca los Nosferatu hemos sido tratados con el respeto que
debemos. Siempre condenados al ostracismo separados de la historia… me siento
Nequam en mi propio clan, Sin valor…
Hannah resignada y
cabizbaja camina junto a sus neonatos y una lágrima de sangre recorre su áspero
rostro. Escoltados por los personajes, suben las escaleras del sucio sótano de
esa vieja y derruida casa del barrio armenio.
Una vez en la calle, Nailah
decide retirarse en para meditar a solas sobre la muerte de su chiquilla.
Decide hacerlo en silencio y sin avisar a nadie. Ahora debe consultar consigo
misma lo ocurrido y cuál debe ser el camino a seguir…
Gabriel, igualmente
afectado por la muerte de su “chiquilla” a la que le había cogido más cariño
del que hubiera deseado, se despide de los presentes y decide dedicarle tiempo
a su nuevo ghoul y ayudarle a perfeccionar su nueva técnica en la herrería,
volviendo a saborear vivencias humanas que hace siglos no sentía. Tras tanta
muerte quiere volver a sentirse vivo. Cuando acabe todo esto volverán a
encontrarse con sus compañeros pero ahora necesita conectar de nuevo con su
lado más humano.
Aesir, Katja y Sven
acompañan a Rusticus a Hannah y a sus tres neonatos a enfrentarse con su
destino: la consecuencia de sus actos.