Dragomir, Tzimisce |
Venganza sobre
Dragomir
La mala fortuna quiso
que Dragomir, el neonato Tzimisce fuera abrazado en su Transilvania natal como
premio otorgado por su Sire, un infame y viejo vampiro que jamás se hizo cargo
de la crianza de su neonato, exceptuando la Disciplina de Vicisitud que era una
herencia que si que quería que Dragomir perpetuase.
Nadie le enseño a ser
un Vástago, pero su herencia de soldado y su fuerza para sobrevivir fueron más
que suficientes para encaminarlo hasta Jerusalén. Allí el Destino de nuevo jugó
sus cartas y le situó junto a un grupo de neonatos que hicieron buenas migas
con los enemigos naturales de su clan, los Tremere. Este fue el principio del
fin de la no vida de Dragomir, ya que cuando su Sire supo de tal ofensa amenazó
de muerte a su retoño jurando venganza.
Aquella noche estaba
predestinada para ser la última que viviría Dragomir, luchando contra su
creador, al que llaman “El Desollador”. El joven neonato no pudo reaccionar
ante el poder de la hechicería Koldunica de su Sire y este aprovechó su
superioridad para partirlo por la mitad y causarle una dolorosa muerte
definitiva, culminando así su ansiada venganza.
Los últimos
pensamientos de Dragomir fueron para su tierra, Mulbach, en la frontera
oriental de Transilvania, siempre resistiendo al invasor, siempre sufriendo
ante uno u otro enemigo, siempre sobreviviendo como Dragomir, hasta la noche en
la que no pudo sobrevivir más, la noche en la que su Sire culminó su sangrienta
venganza.
Mientras el cuerpo
sin vida de Dragomir caía al suelo desmembrado y su Padre vampírico se
regocijaba del asesinato de su chiquillo, nada podría proveer que también fuera
su última noche, muriendo devorado salvajemente por las bestias que su supuesto
aliado Bogdan había creado para matar a su sobrino Jaroslav Vadjanosz.
Ahora el espíritu del
Tzimisce recorre Mulbach para verlo por última vez y continuar su viaje al más
allá…