El Abrazo |
Los futuros
Sires de los personajes ya llevan años observándolos, como depredadores con su
presa. Algunos de ellos conocen a sus futuros chiquillos, otros han orientado
su vida sin que ellos lo sepan. Han llegado a salvar la vida de sus retoños sin
dar la cara y al fin ha llegado la hora de la verdad. Ha llegado la hora de
morir.
Todos los
personajes son tentados a salir de Jerusalén por separado y hacia diferentes
destinos.
El anzuelo
Iñigo Arista es
invitado a una cita secreta para ganar poder en Tierra Santa, pero tiene que ir
solo, tampoco puede venir su hermano. La carta que recibe está sellada por la
orden de los Caballeros Teutones y le piden que viaje a Tesalónica, en Grecia.
Ales Arista un
par de semanas después de la partida de su hermano Iñigo, y ya habiendo
recibido respuesta de su hermano de que todo va perfectamente como cabía
esperar, recibe una carta de alguien cercano al Rey Ricardo I, es un noble de
la mayor confianza con el Rey y quiere quedar con Ales Arista a solas y en
secreto, no puede venir su hermano. En la carta anuncia que es de vital
importancia para mantener la frágil tregua actual. Esta sellado por la Orden
Templaría. Se encontrarán en Antioquia, ciudad Cristiana al norte del Reino de
Ultramar, aun en manos de cristianos.
Poco después de
la partida de Ales hacia Antioquia, Edward recibe una carta que pone:
“Tú ansiada
redención se encuentra aquí, ven tu solo si quieres obtenerla” y la carta
señala la joya de Bizancio, Constantinopla.
Unos días
después de la partida de Edward, Albert recibe una nota donde pone:
“Vizconde, tu
secreto está a salvo comino, tengo las respuestas que siempre has buscado, ven
a solas y las tendrás”. El lugar elegido es Tiro. Antaño la más importante
ciudad Fenicia, ahora en manos Cristianas, ciudad al norte de Acre en el Reino
Cristiano de Ultramar.
Banquete
dispuesto
Asalah, Gangrel: Yrian el futuro chiquillo se siente observado por las calles de
Jerusalén y Asalah la futura Sire merodea alrededor de él. Yrian se percata de
la situación y la sigue fuera de la ciudad a lo alto del Monte de los Olivos,
donde Jesús ascendió al cielo y el lugar donde Dios comenzará a redimir a los
muertos al final de los tiempos.
Ashalh torna
sus ojos en un rojo sobrenatural y comienza a pelear con Yrian, la caza se
invierte y el joven ratero debe huir por su vida. La Gangrel se abalanza sobre
el muchacho y lo reduce en una pelea desequilibrada. Yrian piensa que conoce a
la mujer de su pasado y no puede creer lo que está sucediendo.
Los colmillos
de la mujer se hacen más y más grandes e Yrian muere de un mordisco bestial en
el cuello que lo desgarra y desangra. Ella lo besa y lo abraza, se muerde su
propia lengua y con sangre en la boca besa al ya muerto cadáver de Yrian
dejando que sus sangres se mezclen juntas una unión impía.
Alexandra, Lasombra: Iñigo viaja a Tesalónica, frontera de Grecia y Macedonia. Llega a
un viejo foro griego y un siniestro criado le conduce a los niveles inferiores
del foro. En una oscura estancia, de las sombras emerge Alexandra con sus
colmillos largos y puntiagudos y le dice a Iñigo: “Hola, Soy la Muerte” acto
seguido se abalanza sobre el chiquillo como un depredador y le muerde en el
cuello inmovilizándolo. Bebe toda su sangre en un éxtasis continuo sobre todo
para el aun humano Iñigo. Cuando este ha exhalado su último aliento Alexandra
se muerde su lengua y besa a su chiquillo mezclando sus sangres en un torrente
de poder y resucitando a las Tinieblas al neonato Lasombra.
Cristian, Ventrue: Ales viaja a Antioquia y ya en el lugar acordado, un pequeño y
aislado puerto una barca le espera, Ales es escoltado por dos soldados con
escudos de la Casa de Luxemburgo. Los hombres de armas le llevan a un pudiente
barco alejado de la orilla y en el camarote del capitán, Cristian le espera
sentado en un bello y ornamentado trono de madera. Cristian mira muy serio a
Ales, se acerca a él, sonríe y le susurra al oído: “ha llegado la hora de tu
muerte” y desenfunda su espada. En un duelo nocturno ambos luchan a espada sin
palabras solo estocadas mortales, la última atraviesa el corazón de Ales y
Cristian le mira con sorna mientras lo mata, Ales agoniza y muere impotente e
inmóvil. Después de unos segundos Cristian bebe su sangre de su cuello hasta
desangrarlo, se corta con la espada una herida la muñeca, dejando que fluya la
sangre como un rio de vida dentro de la boca de su nuevo chiquillo.
Alberto, Brujah: Edward ya en Constantinopla la joya de Bizancio, la gigantesca
Nueva Roma. Alberto se presenta a Edward y charlan sobre su vida, honestamente
y sin violencia el Vampiro lo muerde inmovilizándolo, lo desangra sin dolor y
una vez muerto le da su sangre mordiendo su muñeca y lo abraza sin más
dilación. Es una muerte rápida y sin dolor.
Daniela, Salubri: Albert ya en Tiro, el lugar acordado, escucha un ruido en la base
de una vieja construcción que abre unas escaleras a la oscuridad, abajo se
percibe luz. El pasadizo es seco y lleno de telarañas y al final de las
escaleras una estancia secreta antigua y acomodada con enseres básicos para
vivir, una mesa, un armario, y un camastro. Se oye cómo se cierra arriba el
pasadizo. Aparece Daniela a la luz de las velas, a Albert le resulta familiar
de la Cruzada, no puede pensar con claridad, está desnuda y se acerca su
chiquillo, su belleza es abrumadora y sus cuerpos se entrelazan en un abrazo de
muerte, Daniela saca sus colmillos y los clava en el cuello de Albert
inmovilizándolo, lo desangra hasta la muerte y unos eternos segundos después se
muerde su propia lengua y besa al futuro neonato dándole la inmortalidad y
transformándolo en Vampiro.
Renacidos en la
Oscuridad
El Abrazo es
horripilante en su simplicidad. El acto que condena chiquillo a la inmortalidad
y a la condenación no es doloroso en el mismo momento. De hecho, el acto mismo
es placentero en extremo. Primero, el sire lleva al chiquillo a un suspiro de
la muerte.
Una vez que la
víctima está flotando sobre el abismo, el Cainita alimenta al chiquillo con
algo de sangre, mezclándose juntas una unión impía. La cantidad no es importante.
Una sola gota de sangre maldita es todo lo que hace falta, y el cambio empieza
a manifestarse en el mismo momento en que la sangre se desliza dentro de la
boca del chiquillo.
Todos los
sonidos se apagan a la vez que muere el cuerpo del chiquillo dando paso a un
silencio tan asfixiante que acaba por ahogar hasta el son de su propio corazón
moribundo. Entonces, cuando su corazón late por esa última y terrible vez, la
oscuridad baña por completo al chiquillo y el mundo se hunde literalmente bajo
las tinieblas.
Mas el
chiquillo no está solo. Emergen sombras que lo rodean...
Las sombras de
la muerte
Cada neonato ve
las sombras de la muerte a su manera:
Iñigo chiquillo de Alexandra: ve a ángeles arrojándote
fuera de la luz del Cielo.
Ales chiquillo de Cristian: ve recuerdos de su vida que se desvanecen.
Edward chiquillo de Alberto: ve sus recuerdos que se
desvanecen.
Albert chiquillo de Daniela: ve a los seres amados que
les dicen adiós.
Yrian chiquillo de Asalah: ve a demonios arrojándolos fuera de la oscuridad del Infierno.
Cualquiera que
sea la imagen, esta acosará al chiquillo durante el resto de su no vida; un
recordatorio constante de todo lo que ha perdido.
A la vez que la
sangre del sire se introduce en cada fibra del chiquillo, se produce un ardor
en el fondo de su estómago. Este ardiente dolor hace añicos la neblina
producida por el desangramiento y le arranca de la vida. La sensación ardiente
se vuelve cada vez más fuerte hasta que destroza cualquier paz a la que el
chiquillo se hubiera resignado.
El chiquillo se
vuelve consciente de su cuerpo volviéndose rígido y frígido, tan pesado como el
mármol y completamente extraño. Lo más aterrador de todo es la sensación de su
alma siendo atrapada en su cuerpo moribundo. El proceso corrompe el alma,
mancillándola y permitiendo a la Bestia arraigar.
Entonces,
mientras que el transcurso del Abrazo llega a su espantosa conclusión, el
chillido aúlla un grito silencioso, incapaz de inspirar aire en sus pulmones
muertos, sus ojos desorbitados por la desesperación.
La débil luz de
la noche le asalta, y se vuelve consciente de un hambre incesante, una sed
desesperada de sangre, que estará con él para siempre. Con una ferocidad sin
mente, el vampiro recién creado se lanza sobre cualquier cosa de la que pueda
alimentarse.
El primer
bocado
Iñigo chiquillo de Alexandra: Se alienta por primera vez
de un grupo de Mendigos musulmanes aterrados.
Ales chiquillo de Cristian: tiene esperando para alimentarse a unas mujeres jóvenes
cristianas, esta será su restricción de sangre, ya que la debilidad de los
Ventrue es solo poder beber un tipo determinado de sangre, y la de Ales será
mujeres jóvenes cristianas.
Edward, chiquillo de Alberto: bebe codiciosamente su
sangre robada de la muñeca de su sire hasta que sacia su hambre.
Albert, chiquillo de Daniela: bebe insaciable de la
muñeca de su sire hasta que la bestia interna calma su ansia inhumana y el
hambre cede.
Yrian, chiquillo de Asalah: Se alimenta de unas decenas de infortunados roedores que su Sire
ha cazado para él.
Perdido en su
ansia, el chiquillo se alimenta como un animal hambriento, bajo el control
absoluto de su Bestia. El hambre del chiquillo disminuye una vez que se ha
atracado de sangre, pero el dolor persiste durante horas mientras su cuerpo
atraviesa el proceso de morir y se purga de desechos innecesarios.
Los órganos
grandes se marchitan y se convierten en bultos de un negro rojizo, mientras que
los más pequeños se transustancian en sangre. A continuación el chiquillo
vomita los otros humores inútiles en dolorosas arcadas de flema y bilis negra y
amarilla, dejando un sabor metálico en su boca.
Cuando la
niebla roja del hambre cesa y el cuerpo del chiquillo atraviesa los últimos
espasmos de su muerte, el chiquillo emerge como un vampiro: ya no es humano
sino un descendiente de Caín, sentenciado para siempre a la noche.
Las viejas
heridas y cicatrices parecen desvanecerse a la vez que la piel del chiquillo se
blanquea hasta una palidez antinatural que le da al chiquillo una belleza
decididamente severa. Incluso aquellos que eran vulgares en vida parecen
adquirir un recién descubierto atractivo en la muerte. Sin embargo, esta
belleza no es puramente física. Los ojos del chiquillo brillan con pasión
primaria, tanto depredadora como encantadora, contrastando fuertemente con su
piel como mármol. El cabello del chiquillo, frágil y delicado, cae como hilos
de fina tela de araña, enmarcando su inmortalidad. Sus uñas se endurecen,
volviéndose cristalinas y afiladas, mientras que sus encías retroceden,
descubriendo afilados colmillos, tan bellos como aterradores.
El chiquillo
también cambia de otras formas menos visibles. Fijando su mirada en la noche,
se hace consciente de cómo las sombras rielan y parecen burbujear, cada una un
abismo sin fondo donde acechan otros horrores. El viento susurra y se burla
del chiquillo como el gemido de las banshees lamentando su cambio.
El chiquillo
puede ver la muerte por todas partes. Los mortales aparecen no sólidos y
sustanciales, sino trémulos en sus frágiles vidas, cortas y amargas. Las
flores y plantas aparecen descoloridas en la noche, sus floridos colores
reducidos a sombras de grises y pardos. Empero, el chiquillo recuerda.
Recuerda el
gozo del sol y la alegría de la familia y los amigos. A la vez que acuden estos
recuerdos, el peso de su maldición cae sobre él. En una dicotomía cruel, al
chiquillo se le recuerda constantemente lo que ha perdido aunque ahora está
muerto: un cadáver reanimado. La Maldición de Caín abre sus ojos a la
auténtica belleza del mundo pero también le destierra de él.
El Abrazo de
los Sires
Los Cainitas
portan la maldición de Caín como una terrible marca que los sentencia a una
inmortalidad acosados por la Bestia, pero quizá la crueldad de su existencia no
sea el ansia de sangre, sino la capacidad de condenar a otros a la noche.
El acto de
crear un vampiro es llamado el Abrazo, y es el signo definitivo de la ciega
soberbia de los Cainitas. Como criaturas solitarias, a las que se les ha negado
la compañía de los mortales y han sido arrojadas a las tinieblas, todos los
vampiros acaban por anhelar compañía.
Con el tiempo,
esta ansia les intoxica y les llena con una pasión que sólo el Abrazo puede
saciar.
La razón del
Abrazo
Además de la
orden de buscar un chiquillo que todos recibieron de su Auctor Magnus cada Sire
tiene la razón de por qué quiere ser Sire, ya que podían haberse opuesto y
haber seguido su camino lejos de esta situación, la primera encrucijada,
Extibus
¿Por qué
decidió cada Sire ser Sire?
Alexandra, Lasombra: La razón para el Abrazo es el orgullo. “Eres abrazado para tener
poder sobre ti y sentirme mejor, serás el primero de vastas progenies de
subordinados con un único fin, mi protección. Acéptalo cuanto antes y será
mejor para ambos.”
Cristian, Ventrue: La razón para el Abrazo es el poder. “Te abrazo para tener más
poder, tu poder serás mío y mi red de influencia crecerá contigo. Debes
sustentar y defender mi poder que a su vez será el tuyo, así debe ser. Te
conviene saber cuál es tu lugar.”
Alberto, Brujah: La razón para el Abrazo es la compasión. “Yo te daré la
oportunidad de redimirte que tanto ansias, eres mi reflejo y sentí lastima de
ti, por esa razón te salvé la vida en dos ocasiones. Eres un protegido digno de
heredar mi sangre que de este modo te conviertes en mi chiquillo“
Daniela, Salubri: La razón para el Abrazo es la belleza de tu ser. “Serás mi
protegido y eres digno de heredar mi sangre de este modo te conviertes en mi
chiquillo.”
Asalah, Gangrel: La razón para el Abrazo es el amor. “Anhelo tener un compañero en
estas noches”
El acto de
Abrazar es semejante al cortejo. Llamaste mi atención y me sentí atraído por tu
vitalidad y energía.
“Yo como tu
Sire te he acechado como mi futuro chiquillo.”
“Poniéndote a prueba a distancia para que
demuestres tú valía.”
La Búsqueda
Magnus pidió a
cada uno de los Integrantes de la Ordo Hierusalem que buscara en solitario a un
candidato a chiquillo que fuera el elegido para continuar su obra y ser sus
hijos para proteger Jerusalén. Tenían unos años para encontrar al digno
sucesor.
La búsqueda de
Alberto, el Brujah
Alberto comenzó
la búsqueda de su neonato en Venecia, lugar interesante para encontrar a gente
interesante. Debía buscar al hombre adecuado guiado por historias de hombres
fuera de lo común. Allí embarcó en un navío de comercio que fue asaltado por un
barco pirata en el estrecho de Gibraltar, en este asalto fue testigo de cómo un
pirata humano esquivó su muerte enfrentándose a un Demonio salido del infierno
y huyendo después.
Esto hizo que
se fijara en él e investigara el origen de este peculiar humano.
Al descubrir
que era de origen bastardo como él, y que se regía por cierto sentido de la
justicia como en su misma persona, le hizo sentir empatía con el pirata humano
y al igual que él había dejado su vida pasada para buscar un destino más noble.
Tenían mucho en común.
Desde ese
momento no le quitó ojo para ver si Edward era el elegido. Lo llamaban el
Navegante y era conocido en todo el mar mediterráneo por su bravura y valentía.
Tenía cierta influencia entre marinos y piratas, los capitanes confiaban en su
consejo.
Y seguramente
se hubiera quedado en el Monasterio y hubiera muerto de viejo si Alberto no
hubiera intervenido.
Esta fue la
primera vez que Alberto le salvó la vida a Edward.
Alberto
Presencio al Padre Superior del Monasterio y consiguió que lo expulsara de este
diciéndole que ese no era su lugar.
Después Alberto
siguió Edward y lo llevo hasta su familia en Navarra, en mismo reino donde
Alberto había sido criado de niño.
Lo que su
candidato no sabía antes de llegar a su Padre era que Alberto había tenido una
charla con este en la cual lo presencio con sus Disciplinas de encanto y
convenció para que perdonara a su hijo Edward que regresaba a casa. Y así fue,
si Alberto no hubiera intervenido seguramente el padre de Edward lo hubiera
matado allí mismo como tenía previsto hacer según traspasase esa puerta, no se
merecía ese fin, merecía redención y el destino tenía un papel más importante
para el Navegante que la muerte.
Esta fue la
segunda vez que Alberto le salvo la vida a Edward.
“Padre…. Nunca
me he sentido tan en casa como en la batalla” dijo el candidato a su padre.
Su Padre le
dijo que era el momento de partir junto a sus hermanos a Jerusalén… y le prometió
que en Jerusalén encontraría la redención que tanto ansiaba…
Alberto había
sido quien le convenció de ello, y también seria quién le otorgará la
Redención.
Alberto
descubrió atónito que sus hermanos eran los elegidos por dos de sus compañeros
de la Ordo, el Ventrue y la Lasombra. De entre todos los humanos del mundo
estos 3 hermanos habían sido los elegidos ¿Cuántas posibilidades había? y pensó
que al igual que él había amasado el destino de su futuro chiquillo como
arcilla en sus manos quizás habrían hecho lo mismo con ellos para que eligieran
a estos chiquillos y no otros… y entonces intuyo los movimientos de ajedrez de
Magnus, El Auctor, el Fundador de la Ordo Hierusalem, su líder y Señor
indiscutible. Alguien a quien respetaba profundamente por abrazar una causa tan
noble como proteger Jerusalén a la que con gusto se había embarcado, este era
su destino. Algo que sus hermanos de clan Brujah jamás perdonaron ya que Magnus
era Ventrue, lo opuesto a lo que ambos clanes representaban. Alberto era infame
por esta razón, pero le importaba una mierda.
La búsqueda de
Alexandra, la Lasombra y de Cristian, el Ventrue
Alexandra y
Cristian fueron juntos y comenzaron a buscar candidatos en Venecia, su hermano
Alberto embarcó en un barco comerciante con el peligro que conllevaba dicho
viaje, insensato.
Y allí
escucharon historias de un par de hermanos Cruzados llamados Ales Ambrox
Arista, Vizconde de Roncesvalles en el Reino de Navarra e Iñigo Arista, Maestro
de armas y Señor de la guerra del ejército de la familia Arista de Navarra.
Ambos hermanos tenían cierta fama por su lucha contra el Turco en Iberia.
Alexandra y
Cristian comenzaron amover sus hilos y consiguieron entrevistarse con Ricardo
en persona y sugerirle que sería positivo invitar a su lado a ambos hombres
navarros. No fue tarea difícil para Ricardo y tras esta reunión solicito la
participación de ambos en la tercera cruzada por haberse ganado su respeto y
ambas cortes se codeaban ya que la mujer de Ricardo era del Reino de Navarra.
A partir de
aquí fueron seguidos de cerca y en secreto por Alexandra y Cristian que ambos
estaban interesados en saber si era cierta su reputación, si esto era así, era
justo lo que estaban buscando, segundos nombres que brillasen en la sombra,
Alexandra fue la que convenció a Cristian que era mejor esto que llamar la
atención con nombres propios y famosos que atraerían demasiadas miradas a pesar
de su preparación.
En la tercera
cruzada ambos hermanos lucharon junto a al Rey Ricardo y fueron decisivos en la
toma de Arce. Tras la finalización de la cruzada y la firma del tratado con
Saladino, ambos pensaron que volverían a sus tierras tras tantos años de
guerrear, pero se dieron cuenta muy pronto de lo equivocados que estaban.
Alexandra y Cristian
movieron sus hilos de nuevo y sugirieron a Ricardo de la importancia de dejar
hombres capaces y honestos capaces de salvaguardar el tratado firmado a gente
de su confianza, para bien o para mal ambos hermanos se habían ganado la
reputación necesaria así como la confianza del rey, y tras esta reunión secreta
Ricardo les pidió personalmente que se quedasen en Tierra Santa.
Cristian tenía
muy claro que siendo la familia Arista descendiente de la primera monarquía de
Navarra, Ales Ambrox seria reclamado a Navarra y lo perdería para siempre, así
que Cristian y Alexandra partieron raudos a Navarra y movieron hilos en la
corte de aquel reino para que la monarquía de su familia fuera sustituida
posteriormente por la actual dejándoles fuera del gobierno y sus
responsabilidades. Para lograrlo hicieron todo lo necesario, sufriendo sus
familiares accidentes sucesivos para dejar paso a la nueva generación
incluyendo el asesinato de su Padre el Duque de Roncesvalles que se oponía
firmemente a que otro que no fuera su primogénito ocupara el trono.
Allí conocieron
también a la pequeña, Inés, hermana de ambos la cual se había convertido ahora
en huérfana cuya única familia eran sus hermanos que ahora estaban en Tierra
Santa.
Inés siempre
había estado protegida por ambos hermanos y Alexandra se ocupó de que ingresara
en un monasterio secreto lejos de Navarra y a buen recaudo como quien guarda un
preciado tesoro. Ella tenía la llave del corazón de ambos hermanos y Alejandra
lo sabía. No le ocurriría nada malo siempre y cuando sus hermanos hiciesen bien
su parte del trato. Inés era su as en la manga.
La búsqueda de
Daniela, la Salubri
Daniela se
separó de sus amigos en Venecia y partió dirección Baviera su tierra natal.
Daniela no
sabía nada de este lugar y solo sabía que era de aquí por lo que le dijo su
Sire antes de morir y por sus rasgos.
Así que si
alguien debía ser abrazado sería sin duda alguien del mismo lugar de origen que
ella, lo tenía claro, no sabía por qué. Además este viaje le serviría para
conocer su hogar y ver si recuperaba la memoria al ver su lugar de origen.
Conoció Baviera
y busco a alguien interesante sin hallarlo, tampoco le gustaba a Daniela llamar
mucho la atención.
Aprovechó su
estancia en su Baviera natal para ayudar a los heridos en la cruzada y a los
insanos mentales que venían de aquel infierno.
La noche en que
Federico I tomo la cruz de la Catedral de Mainz, en el 1188 Daniela noto algo
que la perturbó, como una gran fuerza que había sido alterada. Quiso saber que
había sucedido en el mundo espiritual y acabó enfrente de una casa noble donde
pudo ver por la ventana como un padre despedía a su hijo alistado en la Cruzada
y le regalaba a su hijo su espada y la reliquia familiar: un hueso de San
Adalberto de Magdeburgo guardado en un relicario para colgarlo del cuello.
Tras la
bendición del Arzobispo de Sajonia este joven partió a reunirse con los otros
100 mil germanos que partirían a Tierra Santa.
Daniela pudo hablar con San
Adalberto de Magdeburgo que le contó que llevaba fallecido casi 1000 años. Era
conocido como el Apóstol de los Eslavos, Monje Benedictino que fue el
primer arzobispo de Magdeburgo y un exitoso misionero entre los pueblos eslavos del
este de Alemania.
Y su espíritu
llevaba dormido mucho tiempo hasta que se había despertado cuando la reliquia
cambió de manos. San Adalberto sentía que era capaz de hablar con el portador
de su reliquia y esperaba el momento adecuado para hacerlo. El joven por el que
Adalberto se había despertado era Albert Guttenberg. Nacido en la región de
Baviera, el corazón del Sacro Imperio una madrugada de primavera del año 1169
de nuestro Señor.
Daniela decidió
seguir la cruzada junto a Albert, joven que le resultaba vagamente familiar.
San Adalberto le fue explicando la historia de Albert Guttemberg:
Su nacimiento
estuvo marcado por una lluvia de estrellas que ilumino la noche y que los
sacerdotes interpretaron como un signo de buenaventura.
Fue bautizado y
se festejó por todo lo alto como cabe esperar del primogénito del Barón.
Crecido en el
seno de una familia cristiana y adiestrado tanto en el arte de la guerra como
en las sagradas escrituras. Escuchando mientras crecía las historias de su
padre sobre la segunda cruzada y como había logrado hacer retroceder a los
infieles en tierra santa en nombre de Dios.
Con todo esto
soñaba con que llegara el día de poder repetir la hazaña de su padre, y llevar
el nombre de su familia y el de Dios a esas lejanas y sagradas tierras.
Daniela observo
a Albert para ver por qué era un joven tan especial capaz de despertar a un
Santo de su sueño profundo.
Albert tomo
parte de las batallas desde el primer momento al formar parte del ejército de
Federico y estuvo presente en la mayor parte de las contiendas incluyendo la
batalla de Acre, donde se creó la Orden de los Caballeros Teutones y fue uno de
los primeros en unirse. Daniela vivió con él estos éxitos, siempre desde las
sombras.
La labor de
Daniela en la cruzada fue siempre de ayudante enfermera al servicio de los
Hospitalarios que se encargaban de los caídos y heridos en batalla. Así que
mientras Albert guerreaba ella lo esperaba curando a los heridos ya que no le
gustaba el espectáculo sangriento de la guerra.
Daniela ya
había entablado conversaciones con Albert, alguna noche que otra en la que
ambos habían coincidido en el campamento Teutón en la calma de la noche. La
mujer era una enigmática mujer que le resultaba de algún modo familiar, ambos
estaban de acuerdo en que la perdida de la nobleza en la guerra es altamente
destructiva incluso para los ganadores de las batallas. Daniela le dijo unas
palabras que Albert Gutemberg aún recuerda:
“No era la
palabra de Dios, era la de hombres de decían hablar en su nombre.”
Y Daniela se
encargó de que Albert fuera testigo de la ejecución por orden de Ricardo de
3000 hombres, mujeres y niños en las puertas de la ciudad ante el campamento de
Saladino, en este momento Albert perdió la fe en la causa y recodó las
conversaciones que había tenido con aquella enigmática enfermera hospitalaria
que le resultaba tan familiar.
Recordó las
palabras de la enfermera: “No era la palabra de Dios, era la de hombres de
decían hablar en su nombre”
Albert decidió
irse de aquel infierno y aprovechó una escaramuza para desaparecer, haciéndose
pasar por muerto.
Daniela estaba
orgullosa de haber hablado con Ricardo para convencerle de que la mejor forma
de acabar con todo era firmar la paz y la verdad es que fue muy comprensivo,
tenía mucho que perder y podían quedar en tablas sin riesgo de perder la partida.
Así ocurrió y
Albert marcho a Jerusalén, donde enterró su armadura y espadas, junto con su
vida pasada en un pequeño cementerio ante los ojos llorosos de Daniela. La
escena le emocionaba y no sabía cuál era la razón.
Albert se hizo
pasar por peregrino, guardando únicamente la reliquia familiar, como recuerdo
de su pasado con la idea de no volver a perderse en el futuro.
Y Daniela ya
había elegido a su chiquillo.
La búsqueda de
Asalha, la Gangrel
Asalha supo
desde el primer momento a quien buscar, y al fin tenía tiempo y una razón para
encontrarlo, era él o nadie y partió en su búsqueda. El elegido era el niño que
la hizo llorar sangre en Aswan.
Debía descubrir
si seguía con vida, Viajó de Venecia a Alejandría y después siguió el rio Nilo
hasta llegar a las canteras de Aswan.
No encontró
rastro alguno del muchacho e indagando llegó a la conclusión que el niño había
sido esclavizado y al enfrentarse a un guardia con un canto afilado lo
arrojaron y encerraron en un pozo letrina para que muriera. Todo apuntaba a que
el muchacho había muerto y Asalha quiso ver sus huesos. Busco en el fondo el
pozo y no los encontró pero vio un pequeño y viejo agujero por donde solo podía
caber un niño enclenque y desnutrido. La Esperanza se iluminó y cavó con sus
garras hasta llegar a un afluente subterráneo que la llevó a las orillas del
Nilo.
Sin saber dónde
ir pero siguiendo la corriente llegó a un poblado Nubio donde se quedó un
tiempo y decidió aprender su idioma y cuando se integró en la tribu como una
Diosa de la Noche le hablaron de más Dioses suyos y entre ellos contaban la
historia de uno de ellos que tenía la apariencia de Niño blanco al que llamaban
“Cocodrilo Blanco”. Una especie de profecía cumplida. Vivió con ellos y
aprendió de ellos el arte de la caza y la supervivencia en desiertos. Lo
acogieron hasta que un día se fue hacia el Norte siguiendo el rio Nilo.
Asalha regresó
hasta en Cairo y paso todos los años que tenía para encontrar a su descendiente
buscándolo a él, al Niño de Jerusalén, donde podría estar…
De nuevo la
Esperanza la embargó y partió rauda a Jerusalén, la ciudad que les había visto
nacer a ambos y allí le encontró, más crecido que cuando lo recordaba pero
seguía teniendo la misma mirada picara y viva.
Se pensó mucho
si abrazarle y tras noches de consulta con las estrellas decidió hacerlo. Era
la oportunidad que tenia de recompensarle por salvarle la vida hace tantos
años.
Ella le daría
la vida eterna si él la aceptase. Y si no lo hacía, había fracasado y tendrá
que enfrentarse a su destino por haberlo hecho, asumía sus responsabilidades
con valor.
No hay elección
No obstante,
nadie elige convertirse en vampiro. Sólo lo insensatos e ingenuos creen que
sacrificaron por su propia voluntad su alma inmortal a cambio del Abrazo.
Aquellos
mortales que no se quedan embelesados por su futuro sire, que se aferran
desesperadamente a sus vidas, no tienen ni une oportunidad contra un vampiro
que se ha decidido.
Una vez que un
mortal ha llamado la atención de uno de los Condenados, lo mejor que puede
esperar la muerte, o peor, el tormento eterno como uno de los que no mueren.
Al final, ya
sea debido a amor, desesperación, o lujuria, el vampiro sucumbe y engendra,
bautizando a su chiquillo con sangre y arrebatando e más precioso de los dones:
la vida.
“Estoy preservando a ti como mi chiquillo de
los estragos del tiempo y el Abrazo garantiza esto para toda la eternidad”
La
Transformación
Si hay que
creer la sabiduría popular, cualquiera que caiga víctima del mordisco de un
vampiro está condenado a alzarse la noche siguiente convertirse en uno de los
no muertos. Si ese fuera el caso, toda la vida se habría extinguido hace mucho
y sólo quedarían cenizas en el mundo.
El acto
requiere un esfuerzo consciente y deliberado. No basta con simplemente beber
la sangre de un mortal, ni matarlo. El Abrazo requiere que el chiquillo esté a
las puertas de la muerte, y que entonces se le alimente con una porción de
sangre maldita de su sire. Entonces, y sólo entonces el Abrazo está completo.
El Abrazo
también requiere permiso. Este es uno de los mandamientos de Caín, impuesto por
los Cainitas en puestos de autoridad bajo pena de destrucción. Desde las primeras
noches de Caín, el acto de engendrar nueve vampiros ha sido un privilegio que
sólo puede otorgar el vampiro más antiguo. Esta ley es estricta en las cortes
Cainitas, y aquellos que la rompen son objeto de persecución y Muerte Definitiva.
El Señor
Magnus, el Auctor de la Extibus (Encrucijada) habia permitido crear la tercera
generación de la Ordo Hierusalem.
Las Primeras
Noches
Las primeras
noches de un chiquillo son un tiempo turbulento, que pasa principalmente
aprendiendo de su sire y comprendiendo en lo que se ha convertido.
Los afortunados
(o quizá infortunados) acaban por encontrar un equilibrio y llegan a aceptar a
su Bestia. Las primeras noches son también un tiempo de revelaciones. El
retoño llega a comprender todas las ramificaciones de ser uno de los que no
viven.
En silenciosa
desesperación el chiquillo aprende lo que ha perdido y en lo que se ha convertido.
La mayoría se ven cara o cara con su propia inhumanidad y descubren que son
incapaces de sentir o experimentar emociones auténticas.
Más de un
chiquillo rechaza afrontar su Abrazo, acabando por buscar la luz del sol para
acabar con su tormento. Con el tiempo, aquellos que aceptan en lo que se han
convertido y aprenden lo que hace falta para sobrevivir se convierten en
auténticos Cainitas.
Todas las
enseñanzas que vienen a continuación cada chiquillo las aprenderá de la forma
que su Sire le enseñe.
Alexandra, La Hija de puta rebelde, como Sire es cruel, tratando a su
chiquillo sin más compasión que la que tendrían con una bestia de carga. Este
chiquillo aprende el odio y el temor, son tiranos como lo fueron sus sires con
ellos. Trata al chiquillo a golpes y aprende las lecciones con dolor a veces
cerca de la muerte definitiva. Los errores los castiga con brasas ardiendo en
los genitales, en la boca o en los ojos.
Cristian, El tirano, como Sire es déspota, tratando a su chiquillo sin más
compasión que la que tendrían con una bestia de carga. Este chiquillo aprende
el odio y el temor, son tiranos como lo fueron sus sires con ellos. Humilla a
su chiquillo como jamás lo han hecho antes dejando claro cuál es el papel de
cada uno, lo errores los castiga con latigazos altamente humillantes ante su
corte de humanos y ghoules. La letra con sangre entra.
Alberto, El Juez mediador, Como Sire es un guía justo y eficaz, enseñando
a su chiquillo como ser su progenie y cómo hacer frente a su maldición y
esgrimir los dones de Caín. Su chiquillo, afortunado aprende a confiar en su
sire como un progenitor y mentor creando un fuerte lazo entre ellos.
Daniela, La guía protectora, como Sire enseña a su chiquillo como ser su
progenie y cómo hacer frente a su maldición y esgrimir los dones de Caín. Su
chiquillo, afortunado aprende a confiar en su sire como amante, creando un
fuerte lazo entre ellos.
Asalah, El peor de los casos es en el que algunos Sires abandonan por
completo a sus chiquillos tras la creación. En este caso Asalah lo hace como
tradición y sufriendo mucho pero lo deja a su merced de la noche.
Este destino
suele ser una sentencia de muerte para el chiquillo, y pocos duran más que un
puñado de noches antes de caer víctimas de su propia ignorancia o de las
antorchas de campesinos enfurecidos y Asalah lo sabe.
Huida de la
horda mortal
Yrian aprendió
a resguardarse de la luz del sol quemándose vivo.
Tomando
conciencia por momentos y vagando con la cabeza huida y el cuerpo dolorido y
con un ansia insaciable, sin saber cómo acaba desangrando a un campesino en un
bazar nocturno.
Huye y es
perseguido por una horda de campesinos y comerciantes con antorchas para matar
al demonio.
Consigue
salvarse huyendo de las afueras de Jerusalén pasando un miedo horrible y
preguntándose porque esta maldito.
Se refugia en
unas cajas a las afueras de una ciudad portuaria y cuando quiere darse cuenta
está embarcado en un navío de mercancías y especias de camino a un lugar
desconocido.
Se alimenta de
ratas y llega a la ciudad de Alejandría.
Allí vaga por
las orillas del Nilo dirección sur, refugiándose enterrándose bajo tierra y en
ruinas de templos en las orillas del rio.
La
supervivencia del chiquillo hace que su bagaje le enseñe sufriendo meses en
agujeros mientras se alimenta de alimañas.
El aprendizaje
Durante este
período de aprendizaje, que puede durar desde unos pocos meses hasta décadas,
los chiquillos son considerados retoños y no auténticos Cainitas.
Están bajo la
protección de sus sires y no tienen posición en la sociedad Cainita.
Estos primeros
años son críticos en la formación del chiquillo, moldeándolo para siempre.
Aprenden los
entresijos de la sociedad Cainita y sus costumbres mientras experimentan con
sus recién descubiertos dones y cómo controlar a la Bestia.
En este caso el
aprendizaje de cada personaje duró 5 años enteros, con un ritmo de enseñanza
continuo para aprender lo máximo posible en el menor tiempo posible.
Algunas cosas
las aprenderá a la fuerza y por ensayo error.
Aprende lo que
es el dolor
Alexandra, Lasombra
Alexandra
empala a su chiquillo un día nada más despertarse. Estaca y mazo en mano le
explica la paralización.
Después
antorcha en mano lo quema hasta casi la aniquilación.
Y para terminar
lo apaga con agua vendita diciendo:“evita estas cosas, pueden matarte.”
¿Donde
transcurre la formación?
Alexandra: En un pueblito a las afueras de Jerusalén llamado Pilar de
Absalón.
Cristian: Una pequeña ciudad cerca de Jerusalén llamada Ciudad de David
Alberto: Ruinas en Yemin Moshe, tumba de la familia de Herodes.
Daniela: Cueva en el Monte Sion
Asalah: Ninguno fijo
LECCIÓN 1: La
Caza
Incluso el sire
más tirano e insensible enseña a su chiquillo todos los aspectos de la
alimentación, pues sin esta lección, un retoño apenas tiene posibilidades de
sobrevivir más de unas pocas noches antes de atraer la atención de los
mortales.
El chiquillo
aprende cómo cazar sin ponerse en peligro, y más importante, cómo ocultar
cualquier rastro del Beso (el acto de alimentarse) por medio de lamer la herida
para cerrarla. Al principio, el chiquillo, todavía joven e inexperto, es muy
probable que mate a su presa, llevándolo cada vez más profundamente al abismo
de la desesperación.
Esta revelación
a menudo llega demasiado tarde, después que el chiquillo haya matado
repetidamente en sus torpes intentos de alimentarse. Con el tiempo, el
chiquillo aprende cómo controlar a la Bestia, disminuyendo sus frenesíes.
En vez de
atracarse con sus víctimas hasta su colapso, el chiquillo toma sólo la suficiente
sangre para acallar a la Bestia y deja viva a su presa. Pronto, a la vez que el
chiquillo se alimenta con mayor frecuencia, se entusiasma con la sensación y
la delicada pantomima entre cazador y cazado.
Sus instintos
depredadores se activan, y el chiquillo comienza a acechar en la noche por su
cuenta. Todos los Cainitas son territoriales, como el chiquillo aprende
temprano. El sire comparte con su chiquillo su refugio y sus terrenos de caza
al principio, pero el sire se vuelve cada vez más proteccionista con sus
territorios en tanto el chiquillo evoluciona.
La humillación
de la caza
Cristian, Ventrue
Le lleva de
caza y el chiquillo. Tras seleccionar a mujeres cristianas, mata a sus víctimas
bajando humanidad y desesperándose. Cristian se ríe de él y le enseña cómo
hacerlo tras unas cuantas muertes. Nunca le enseña cual es la sangre que
necesita su Sire.
LECCIÓN 2: El
Dominio
Durante sus
primeras noches, el chiquillo también aprende la importancia del dominio: de
asegurar un refugio seguro para ocultarse de la luz del sol y de los humanos
entrometidos.
Un chiquillo
atento observa como ningún otro Cainita caza en el dominio de su sire, y
aquellos que lo visitan no muestran otra cosa que respeto hacia su sire.
Pronto, se hace
evidente para el chiquillo que el dominio, y refugio, de un Cainita se extiende
más allá de sus exclusivos terrenos de caza, y el retoño es consciente de la
naturaleza semi-feudal de la sociedad Cainita y de las costumbres que gobiernan
el dominio.
Buscando
refugio
Alberto, Brujah
Alberto y su
chiquillo deambulan por las calles de la Ciudad de David poco antes del
amanecer. El Sire le pide a su chiquillo que busque refugio el solo por primera
vez, o morirán ambos. No lo consigue y mientras el Sire se escabulle por un
agujero a una catacumba el chiquillo se asa al sol.
El Sire
quemándose lo rescata y al estar al borde de la muerte definitiva. A la mañana
siguiente calcinados le explica:
“El refugio
siempre debe estar entre tus prioridades vitales y más si se acerca el amanecer
y no estás en un lugar conocido. Espero que no olvides esta lección chiquillo
mío “y sonríe.
LECCIÓN 3: La
Maldición del Corazón Muerto
Ya no son
humanos en cualquier acepción de la palabra; una comprensión que pocos vampiros
están dispuestos a admitir y que cambia profundamente sus psiques. Muchos
neonatos no consiguen ver la diferencia entre sus vidas mortales y su
existencia como Cainita.
Al final, todos
los vampiros se dan cuenta de que están muertos, congelados en ese terrible
momento en el que el descanso eterno les fue negado y reemplazado por el
tormento y el hambre.
LECCIÓN 4: Sin
Morir, más Sin Vivir
Los Cainitas
son parásitos, no seres etéreos e inmortales. Un vampiro no es más que un
cadáver animado que se mantiene vivo y pensando, no por la fuerza de voluntad
ni por un retorcido sentido del yo, sino por la sangre antinatural y maldita
que fluye por su cuerpo muerto.
Sólo la
incesante hambre y rabia de la Bestia puede empujar a un Cainita a nuevas
experiencias, manchándolo con su naturaleza tenebrosa. Los vampiros son como
estatuas de mármol, testigos del paso interminable del tiempo, pero para
siempre fuera de él.
LECCIÓN 5: La
Bestia
Los impulsos y
ansias destructivas que son los efectos más básicos del vampirismo, incluyendo
el ansia de sangre. Muchos Cainitas piensan en la Bestia como una especie de
diablo sin control dentro de ellos, contra el que luchan tratando de reprimirlo
o controlarlo.
Es una fuerza
que los posee, condena sus almas y los destierra para siempre de la luz. No se
puede huir de ella o de su estado como criaturas desamparadas. El Abrazo
destruye la única certeza que tiene la gente del Medievo Oscuro: la promesa de
la salvación.
Sin salvación
no puede haber esperanza, y sin esperanza, los Cainitas se hallan solos en un
mundo de tinieblas. La sangre de Caín y la Bestia intensifican todos los
impulsos y pensamientos perversos que tienen los mortales.
LECCIÓN 6: Los caminos
hacia la salvación
Sin embargo,
los vampiros no se hallan sin esperanza. A los Cainitas puede habérseles negado
el Cielo y el Infierno, pero en alguna parte a lo largo de la línea entre la
condenación y la redención se hallan los caminos: las creencias místicas
desarrolladas por los sabios Cainitas.
Estos caminos
(viae en Latín) ayudan a los Cainitas a sobrellevar su existencia como vampiros
y ofrecen algún control sobre la Bestia. Muchos Cainitas se refieren a los
caminos como las Religiones de Caín, pero no todos los caminos se asemejan a
credos mortales.
En cambio, los
caminos son más parecidos a filosofías, y su organización es similar a la de
cultos en vez de auténticas iglesias. Todos los caminos enseñan a los Cainitas
cómo refrenar a la Bestia por medio de principios espirituales y éticos.
Al igual que
los mortales que acuden a la Iglesia en busca de respuestas y consuelo, los
Cainitas siguen los caminos para obtener una medida de paz. El principio
fundamental de los caminos es la aceptación de la naturaleza condenada del
vampiro.
Los caminos no
intentan negar en lo que se ha convertido el vampiro o pretender que es alguna
otra cosa que lo es. En vez de eso, fomentan una creencia y un marco metafísico
que permite a los Cainitas comprender y al final aceptar su maldición como
vampiros.
Los caminos,
como los chiquillos de Caín, son variados y únicos. No hay un camino
fundamental que sigan todos los Cainitas. En cambio, los caminos cambian,
evolucionan y se adaptan a los tiempos.
Cinco caminos
sirven como pilares en la noche atrayendo a gran número de seguidores:
• El Camino del
Pecado se concentra en el lado más oscuro de la naturaleza del Cainita y sus
seguidores alimentan los impulsos malévolos de la Bestia para no ser abrumados
por ellos.
• El Camino del
Cielo sostiene que, aunque desamparados, los Cainitas son agentes de un poder
más alto, con una naturaleza y una misión divinas.
• El Camino de
la Humanidad, por otra parte, enseña que aunque están malditos, los vampiros
siguen siendo humanos, y que la salvación reside en suprimir los instintos y
deseos de la Bestia.
(Enseñado al
Brujah y al Salubri)
• El Camino de
los Reyes enseña que los vampiros son superiores a los mortales, y que su
destino es gobernar sobre la humanidad.
(Enseñado al
Lasombra y al Ventrue)
• El Camino de
la Bestia enseña la senda del instinto y abraza la naturaleza depredadora de
todos los Cainitas.
(Enseñado al
Gangrel)
Los Caminos
originales fueron la Humanidad y la Bestia, el resto todos derivan de estos
dos.
LECCIÓN 7: Los
Dones de Lilith, Disciplinas
De acuerdo con
la leyenda, fue Lilith, la primera mujer de Adán, quien despertó a Caín al
poder de las Disciplinas: la magia de sangre que todos los Cainitas esgrimen.
Lilith es reverenciada
como la Madre Oscura, que tiene sus propios cultos y sectas dedicados a su
adoración. Como el culto mortal a la Virgen María, la adoración vampírica de
Lilith es variada, y cada congregación se concentra en un aspecto de la Madre
Oscura. Es a causa del papel de Lilith como primera maestra de Caín que las
mujeres Cainitas suelen ser tratadas como iguales en la sociedad vampírica, y
¡ay del necio neonato varón que crea lo contrario!
Las Disciplinas
otorgan a todos los Cainitas poderes místicos variados.
La sangre
alimenta las Disciplinas, tanto como catalizador como medio. Por consiguiente,
su uso requiere que los Cainitas acepten, aunque vacilen, su naturaleza como
vampiros.
Este es el
trato del diablo, y todos salvo los más fuertes de voluntad caen víctimas de
él. Por medio de las Disciplinas, los Cainitas acaban satisfaciendo a la
Bestia, haciéndola más poderosa.
Desarrollando
Valeren por primera vez
Daniela, Salubri
En un hospital
a las afueras de Jerusalén van visitando a cada enfermo y determinando que le
ocurre y cuanta esencia vital tiene, con Valeren. Primero el Sire y después por
primera vez el chiquillo.
Alguno que vaya
a sufrir mucho valoran su acto de clemencia y lo ayudan a pasar al otro lado
sin dolor. Usan el primer nivel para determinar la fuerza vital de la víctima,
si es alta hacen de Sandman, y se alimentan tras usar el segundo nivel.
También usan el
segundo nivel para dormir antes de invitar a dejar este mundo a alguien.
LECCIÓN 8: Las
Tradiciones de Caín
Gran parte de
la autoridad de un príncipe proviene de las Tradiciones de Caín, o más
correctamente de las así llamadas Antiguas Costumbres: la tradición en gran
medida oral de códigos de conducta vampíricos heredados fundados en las
Tradiciones.
Las seis leyes
fundamentales de la cultura vampírica que estructuran su sociedad nocturna. Son
el Legado, Progenie, Rendición de cuentas, Destrucción y el Silencio de la Sangre.
A veces llamadas simplemente las Tradiciones o las Antiguas Costumbres.
La Primera Tradición: El Legado
“Vuestra sangre
hace de vosotros mi prole, creados ami imagen y semejanza. Mi maldición la
vuestra, mi salvación la vuestra. Presente ante vosotros y sobre vosotros como
dios-regente. Yo soy el camino, mis Tradiciones vuestro legado. Renunciad a mí
y renunciaréis a toda esperanza”. Así habló Caín.
La Segunda Tradición: Dominio
“Así como yo
soy señor de Nod, así vuestro dominio es vuestra responsabilidad. Vosotros sois
su señor, y todos respetarán esto o sufrirán mi cólera. Todos se presentarán
cuando entren en él, y por vuestra parte vosotros los protegeréis. Por derecho,
se os permite cazar dentro de los límites de vuestro dominio, su sangre la
vuestra propia. Aceptad sus responsabilidades, cuidad de vuestro dominio y
mostrad a otros el mismo respeto que vosotros esperáis”. Así habló Caín.
La Tercera Tradición: Progenie
“Sólo serás sire de otros con el permiso y
bendición de tu antiguo. La creación es la providencia de aquellos más
próximos a mí, pues ellos rendirán cuentas. Incumple esto, y tú y tu progenie
seréis exterminados”. Así habló Caín.
La Cuarta Tradición: Rendición de Cuentas
“Aquellos que vosotros creáis son de vuestra
propia sangre hasta que sean liberados de vuestra custodia. Hasta ese momento,
su sangre y sus castigos serán vuestros”. Así habló Caín.
La Quinta Tradición: Destrucción
“Tenéis vedado derramar la sangre de otro de
vuestra raza que sea más antiguo. Este derecho pertenece sólo a los más
próximos a mí y a ningún otro. Está vedado a aquellos de sangre más débil
alzarse contra sus antiguos. Este es mi último legado”. Así habló Caín.
La Sexta Tradición: El Silencio de la Sangre
“Nunca revelaréis vuestra verdadera naturaleza
a los que no sean de la Sangre. Al hacerlo, renunciáis a vuestros derechos
sobre mi legado”. Así habló Caín.
LECCIÓN 9:
Nociones básicas
Nociones
básicas transmitidas de Sire a chiquillo:
Los condenados:
La noche pertenece a sus Señores los cainitas
Caín:
Progenitor de los Vampiros, maldito por Dios, adorado y temido.
La destrucción
y el letargo: La Muerte definitiva y el sopor indefenso.
La
Inmortalidad: Bendición y maldición. Melancolía de la eternidad. Los seres
queridos mueren y el dolor acompaña a los eternos.
El fuego y la
luz: Maldecidos por ambos símbolos de la divina Providencia y herencia de los
hombres.
El hambre:
Ansían sangre, es lo que dirige su impía existencia. El placer definitivo es
alimentarse.
La Bestia:
Espíritu dentro de cada vampiro que ansía la sangre y es cruel y violento.
Empuja a los vampiros a convertirse en monstruos. Solo se puede enjaular, pero
no para siempre.
El Frenesí: La bestia
se desboca por instinto animal irracional y temido, destruyendo pensamientos y
convirtiendo todo en rabia.
Generación:
Ascendencia de acuerdo cual lejos se hallen distanciados de Caín.
La sociedad de
La Noche: Sociedad cainita cuyos actos impíos forman los pilares del Orden
Social.
Los Lazos de
Sangre: Hay trece linajes de sangre engendrados por los Antediluvianos.
Familias de Sangre divididas en Altos y bajos clanes. Los Altos gobiernan la
noche. Y los bajos incomprendidos y despreciados por los altos siguen sus
propias intrigas.
Jerarquía de
los condenados: La edad da prestigio y posición pero la ambición puede
significar poder e influencia mayor que la de un antiguo acomodado.
+
Antediluvianos, Señores (Principe de Principes), Matusalenes, Principes,
Antiguos, Ancillaes, Neonatos y Chiquillos recién creados.
+ Marginados y
criminales: Los Caitiffs y los Autarcas, anarquistas rebeldes.
El Amaranto: El
acto de beber la sangre de otro Cainita hasta el punto de destruirlo y asimilar
parte de su esencia. También llamado informalmente diablerie.
El Beso: la
alimentación vampírica por medio de beber sangre y el éxtasis que produce en la
víctima. A veces usado como sinónimo del Abrazo.
Cuadrilla: Un
grupo de vampiros que cooperan, habitualmente para ocupar un dominio mayor de
lo que cualquiera podría conseguir solo, o para realizar alguna tarea.
El juramento de
sangre: Un vínculo sobrenatural de fidelidad impuesto a cualquiera que beba la
sangre de un mismo vampiro en tres ocasiones separadas. La persona atada por
el juramento (que puede ser un vampiro o mortal) es llamada el siervo, y el
vampiro del que bebió su sangre es el regente.
EL Libro de
Nod: Lo más aproximado a una Biblia Cainita; una recopilación de textos que
supuestamente se remontan a las noches más tempranas. No existe ningún texto
completo, aunque los así llamados Fragmentos de Erciyes se están haciendo
influyentes.
La Vitae:
Sangre, más a menudo sangre vampírica.
El reencuentro
Asalah, Gangrel
Se reencuentra
con su chiquillo muy orgullosa de que siga con vida. Le pide perdón por su
dolor, pero es la tradición del clan debía hacerlo así. Solo los más aptos
sobreviven, por eso somos el clan más duro de matar.
Una vez aclarado
todo de camino a Jerusalén le explica en unos meses toda la teoría que muchos
vampiros tardan años en aprender. Muchas experiencias te reafirman tus
enseñanzas pero otras muchas te faltan por vivir o no entiendes su explicación.
La reunión de la
Ordo Hierusalem
Una vez
terminada el periodo de aprendizaje de 5 años, largo para algunos y corto para
los más afortunados. Cada Sire lleva a su chiquillo a un lugar secreto donde el
grupo de neonatos se verán por primera vez desde que murieron como humanos.
Bajo unas
ruinas a unos días de Jerusalén, 10 vampiros se encuentran, 5 de ellos son
Sires, 5 Neonatos…