“Bienvenido a la más sagrada de las ciudades, y que la paz sea contigo.
Me llamo Yrian y voy a enseñarte la ciudad por un módico
precio…
La ciudad está siendo reconstruida, una vez más
ros Caballeros Templarios han sido expulsados del Monte del Templo, y el lugar ha vuelto a
ser santificado. La Cúpula de la Roca se halla sobre el centro de la plataforma
del templo y la mezquita de al-Aqsase encuentra un poco más al sur.
Si partimos del Monte del Templo, podemos andar en dirección oeste
por la calle del templo. En primer lugar atravesamos el puente próximo al mercado
de ganado, a continuación la calle de los peleteros, luego la calle de los
alemanes. Torcemos bruscamente pasandoel mercado de productos agrícolas, cruzamos
la calle Armenia, recorremos el mercado de grano, y así pronto estamos fuera de
la puerta de David sobre la ladera de la ciudad.
Justo después del mercado agrícola en la calle del
Templo, lejos a la derecha, verás el antiguo cuartel de los hospitalarios. Saladino
convirtió el edificio en el palacio del gobernador, una mezquita y un hospital.
Un poco más lejos a la derecha está la Iglesia del Santo Sepulcro, ahora un
primoroso edificio que encierra la tumba de Jesús, el Gólgota, y la cueva donde
se afirma que Elena descubrió la Cruz Verdadera.
Al norte del Monte del Templo, al otro lado de la Puerta
de la Calle de Josafat se halla Santa Ana, o el Valor de Ana. En un principio
iglesia y convento levantada por los cruzados para honrar a la madre de María,
Saladino la hizo escuela de leyes. Se dice que Saladino la eligió a tal fin no
sólo para relegar al olvido al edificio cristiano con una institución
musulmana, sino para aventajar a los Chiítas.
Así que bienvenido a Jerusalén. Mide con pies de
plomo dónde pisas, pues a veces parece como si cada adoquín fuese tierra santa
para una creencia u otra. Cuídate de con quién hablas, pues la confianza es una
cosa muy precaria aquí, lavada por siglos de sangre. Ten cuidado dónde te
alojas, pues todas lasfaccionessiguen reclamando la ciudad durante incontables
años, y no son amigables con los intrusos.
Oportunistas de todas clases demoran o se hacen
con suministros tanto dentro como fuera de las murallas.
Mensajes vitales son interceptados a menudo, y a
veces alterados lo justo para afectar de forma desastrosa a los planes del
receptor.
Aun emplear tácticas tales como engañar a un
enemigo para que sea sorprendido en el exterior al amanecer puede suponer que
el tiro salga por la culata, si el amanecer llega más tarde de lo esperado.
El simple acto de enviar un mensaje a un aliado en
el otro lado de la ciudad se convierte en una aventura en sí misma. Jerusalén
se halla dividida en tres barrios principales, uno por cada una de las
comunidades religiosas más importantes. Cada barrio ostenta su propio conjunto
de murallas, puertas y centinelas, y cada grupo de habitantes desconfía de
inmediato de cualquier forastero, por buenas razones. Cualquier correo que
trate de entrega una misiva debe atravesar a menudo al menos dos di estos
barrios, si no los tres, para llegar a su destino y luego repetir el proceso de
vuelta.
No es factible recurrir a atajos; la artística
arquitectura de Jerusalén bulle de pasadizos secretos, callejones sin salida y
puertas que se abren a sitios inesperados... como los aposentos de alguien.
El único camino fiable es el abierto, al aire
libre. Y si el correo investiga el camino equivocado en cualquier punto de su
recorrido, puede que nunca llegue a su destino.
¿Que cómo sé todo esto? Observación concienzuda,
amigo mío, y vivir en estas calles.
¿Cuánto tiempo? Mucho, amigo mío, mucho.
Te deseo una agradable y segura estancia.