CAPITULO 1: Afikomen, consecuencias




En Canaán, que también fue conocida como la tierra de Israel, en la primavera del año 1192 para los cristianos, los musulmanes rezaban públicamente pero con una sensación de inquietud.
Los judíos, para quienes la primavera coincidía con la celebración de la Pascua, llamaban al año 4952. Entonces rezaban, también, en secreto y con no menos nerviosismo.

Musulmanes y judíos eran ambos pueblos cuyas familias habían sufrido y sobrevivido a las injusticias y crueldades de tres Cruzadas. Sabían, tanto hombres como mujeres, que esa breve tregua en la guerra no duraría.

Hamid al-Faisir, lider musulmán
Días próximos a la Pascua de 1192, Hamid al-Faisir, líder de la comunidad Musulmana toma la iniciativa para forjar una alianza de las 3 facciones. Cristianos, judíos y musulmanes.
Ales Arista es invitado a esta alianza como líder de la facción Cristiana de Jerusalén.
La alianza se forjará la noche de pascua, el Seder Judío, en la casa de Meyer ben Joseph, líder de la comunidad Judía de Jerusalén.

Las familias de los líderes de las 3 facciones se reunieron juntas a cenar en el Seder. Los Arista invitaron a parte de sus allegados de confianza en Jerusalén. 
Albert Gutemberg el peregrino ayudó a estrechar lazos entre las facciones al igual que ha crear puetes para la alianza.
Yrian el gato se encargaba de una labor de mensajero y guia en Jerusarén y Ales le peagaba bien por este cometido.
Los tres hermanos Arista trabajaron para unificar primeramente a la facción cristiana, que ya de por si estaba quebrada.


El Seder
Meyer ben Joseph, lider judío
Ya en la cena del Seder en cada de Meyer, la jornada fue tranquila pero marcada por la repentina aparición de un extraño al que por tradición tuvieron que acoger a la cena. El misterioso y silencioso forastero afirmo seguir la Vía Humanitatis y no probó bocado aquella noche. 

Débora, la hija mayor de Meyer, según marca la tradición salió a buscar el Afikomen (Consecuencias), un pan ácido que debía recoger de un lugar escondido del jardín. 

Se demoró en su regreso inquietando a su madre y lo hizo porque había ido a alimentar al criado del extraño invitado.El Forastero se marchó igual de misteriosamente que había llegado, sin dar bocado alguno, ni entablar ninguna conversación.

Yrian no entró a la cena y Rosa la mujer de Meyer lo alimentó y regaló las sobras para que las repartiera entre los más necesitados de su entorno.




El Extraño

La Buenaventura
Unos meses después gracias al contacto que mantubo Albert con Meyer, se enteraron que Débora la hija del líder judío estaba embarazada y haciendo cálculos la criatura fue concebida aproximadamente la noche de la cena de Pascua.

Débora, hija de Rosa y Meyer ben Joseph, embarazada de a penas un mes y 8 días y su barriga estaba como si estuviera ya de 9 meses. Débora nunca volvió a hablar de los dos hombres ni del hijo del sirviente, concebido aquella Pascua durante su tiempo de sangrar y crecido en su vientre. Se volvió cada vez más y más sombría. Cada vez que pasaba por delante de un espejo, éste se cubría de gotitas de sangre, y era avergonzada ante su padre, el hombre que quedaba de su familia. Pronto dejó de obedecerlo a él o a cualquier hombre. Como si deseara morir en el alumbramiento, horneaba challah y olvidaba a propósito coger de la masa y entregar lo que había cogido a un sacerdote como diezmo.

Déborahija de Mayer
A Meyer no le gustaba la conducta de su hija, pero la aceptaba como parte de los cambios debidos a la maternidad, un proceso que no pretendía comprender. Rosa estaba más asustada que enfadada. Aunque era la palabra de Dios y de Alá que Sus seguidores crecieran y se multiplicaran, también era Su palabra: "que ningún hijo fuera concebido durante el niddah" (menstruación), y por buenas razones. Meyer compartió su inquietud con los Arista y su grupo.

Temía por la vida de su hija y se estremecía al pensar en el hijo de ésta, por miedo de que aquel niño, concebido durante el sangrado fuese reclamado por la reina demonio, Lilith.

La niña creció fuerte dentro del vientre su madre, Débora. Como todos los niños nonatos adquieren plenamente su herencia, ésta presenció la historia de su pueblo a la luz de una vela que ardía en el vientre, un blanco fulgor que le permitió ver el principio y el final del universo.

El embarazo fue normal, intentaron ocultar la inexplicable velocidad del crecimiento de la criatura, ya del tamaño de 9 meses en un embarazo normal  

La niña fue concebida en un mes y 10 días. No tenían explicación alguna, a excepción de que fuera un milagro incomprensible para sus frágiles mentes.

Dentro del vientre, un ángel velaba por ella, enseñándole la Torá; fuera de él, Lilith, dominada por el recuerdo de su propio matrimonio desgraciado e infecundo, vigilaba al ángel y ardía de celos ante la maternidad de Débora. Aguardó a que, llegase su momento, sonriendo malignamente mientras Rosa construía un talismán del SeferRaziel para proteger a madre e hijo tras el nacimiento, y colgaba amuletos en abundancia alrededor de las paredes y sobre el lecho del parto para disuadir a la demoníaca reina de reclamar a la niña.


Rosa, mujer de Meyer
El Alumbramiento
Justo antes del nacimiento, cuando, como estaba escrito, el ángel se preparó para tocar a la niña levemente en el labio superior de forma que pudiera formarse la hendidura del mismo y olvidara todo lo que había aprendido, Lilith intervino. Apagando la luz en el vientre, empujó a la niña por el canal del parto.

En aquel momento, el alma de Débora, la madre, abandonó su envoltura terrenal. En aquel instante, Marisa nació. Salió de las entrañas de su madre con una consciencia colectiva y una arrogancia que, combinada con su defecto facial.

Este defecto facial la apartó de los otros niños en Mea ShearimRosa contó a su marido, mucho después, que las cosas debían haber sucedido de esa forma. De las 613 Leyes de la Torá, Rekhdut, la primera ley, si bien la menos restrictiva, contra la habladuría malintencionada, fue la más frecuentemente desobedecida en el barrio donde Marisa nació. En el caso de esta niña, el comadreo se originó más por temor que con la intención de hacer daño. No era ningún secreto que había sido concebida durante el niddah, ni podía ocultarse que la niña había sido gestada en tan poco tiempo y además no tenía hendido el labio superior. 

Puesto que su madre había muerto en el alumbramiento, era lógico suponer que había sido reclamada como la hija y sierva de Lilith. Mas el mayor temor era el que se comentaba entre susurros, que a causa de las circunstancias de su concepción y nacimiento, Marisa podría estar infectada con el más terrorífico de todos los males, la lepra.


El Retoño
Meyer y Rosa volcaron todo su amor sobre su nieta, a la que llamaron Marisa Débora y que fue la última de su rama familiar. Por desgracia, por mucha que fuera su buena voluntad no bastaba para apaciguar el nerviosismo de una comunidad que había sido tan maltratada por el paso de los años que temía a todo lo que pudiera traer más problemas a su seno.

Marisa Débora, hija de Débora
Marisa Debora estaba creciendo de una forma sobrenaturalmente incomprensible. En 5 meses tan solo aparentaba 5 años. Y este dato no pasó inadvertido para sus vecinos.

Yrian jugaba con Marisa algunas noches que nadie les veia y la pequeña se iba a dormir a escondidas antes del amanecer.

Una vez más, Hamid al-Faisir, que había informado favorablemente sobre la familia ben Joseph, se reunió con Meyer y Ales Arista. Esta vez unieron fuerzas los tres  para tratar de proteger a Marisa de aquellos que, movidos por una preocupación irracional, amenazaron con hacer daño a la hija sin padre.


El Bautismo de Sangre
La fuerza de los tres resultó ser tristemente insuficiente contra la multitud. Un atardecer, cuando el sol casi estaba en el ocaso, Marisa les fue arrebatada y llevada al desierto. Allí, un pozo de agua seco había sido llenado con la sangre de varios corderos y un exiguo cobijo había sido construido para escudar a la niña de los últimos rayos del sol del desierto.

Como si estuviera siendo bautizada, la niñita fue sumergida y mantenida en el pozo con sangre de cordero hasta la caída de la noche. Teniendo a penas cinco años, por supuesto no podía liberarse del agarre de adultos robustos. Podía haber gritado, pero ni siquiera eso hizo, pareciendo, en cambio, someterse a los deseos de la buena gente de Jerusalén.

Meyer angustiado e impotente, Rosa su mujer deambulo por el desierto buscando una solución. Aunque si hubiera querido hablar, la ira y el presentimiento que la embargaban habrían impedido que las palabras se formaran en su lengua. Cuando el borde de la luna apareció en el horizonte, se encontró con la niña.

Se mantuvo a distancia, con la mirada clavada sobre la niñita. Ésta nunca había parecido más contenta. Chapoteaba feliz en el rojo charco, bebiendo del hueco de su mano la sangre con una avidez que nunca había demostrado por la cocina de su abuela.

Al alzar la vista, Rosa vio al forastero, alto y encapuchado, cabalgando un camello guiado por su sirviente. Era el mismo forastero que asistió al Seder en casa de Mayer en Pascua. 

“No", gritó el extraño, cuando las gentes de la ciudad se hicieron a un lado y éste reclamó a Marisa Débora.

La niña levantó los brazos y el criado la alzó. El forastero la cogió, la sentó a horcajadas sobre el camello con él, y partió. Rosa lloró, pero no hizo nada para intentar detenerlo.


Hija de Lilith
Al amanecer, la gente de Jerusalén volvió a sus quehaceres cotidianos y a chismorrear sobre otros asuntos. Sólo entonces Rosa dejó de llorar y contó su historia a Meyer ben Joseph, Hamid al-Faisir y Ales Arista. No les dijo que había escuchado una voz de mujer, llamando a padre e hija para que se reunieran con ella. Dijo que Lilith, pues sin duda tenía que haber sido ella, había acogido a ambos en su seno. Meyer y sus amigos se abrazaron. Era su tiempo de llorar. Después se enjugaron sus lágrimas y esperaron.

Mientras la historia de Marisa Débora y el oscuro forastero viajaba hasta Chipre y llegaba a oídos de Amalarico El Rey de Chipre: "Cuidado", decía el mensajero, "en la tierra de Canaán, hay una hija de Lilith que es amada por el hombre, y Dios y Alá y está marcada por el Diablo. No provoquéis su cólera, pues su furia podría devorarnos a todos"

Tras estos acontecimientos la alianza entre las tres facciones, judíos, musulmanes y cristianos fue deteriorándose poco a poco hasta desaparecer...



(Aventura basada en una narración de Janet Berliner, del Jerusalén Nocturno)

Yrian nos enseña Jerusarén

Jerusalén


“Bienvenido a la más sagrada de las ciudades, y que la paz sea contigo. 
Me llamo Yrian y voy a enseñarte la ciudad por un módico precio…

La ciudad está siendo reconstruida, una vez más ros Caballeros Templarios han sido expulsados  del Monte del Templo, y el lugar ha vuelto a ser santificado. La Cúpula de la Roca se halla sobre el centro de la plataforma del templo y la mezquita de al-Aqsase encuentra un poco más al sur. 

Si partimos del Monte  del Templo, podemos andar en dirección oeste por la calle del templo. En primer lugar atravesamos el puente próximo al mercado de ganado, a continuación la calle de los peleteros, luego la calle de los alemanes. Torcemos bruscamente pasandoel mercado de productos agrícolas, cruzamos la calle Armenia, recorremos el mercado de grano, y así pronto estamos fuera de la puerta de David sobre la ladera de la ciudad. 

Justo después del mercado agrícola en la calle del Templo, lejos a la derecha, verás el antiguo cuartel de los hospitalarios. Saladino convirtió el edificio en el palacio del gobernador, una mezquita y un hospital. Un poco más lejos a la derecha está la Iglesia del Santo Sepulcro, ahora un primoroso edificio que encierra la tumba de Jesús, el Gólgota, y la cueva donde se afirma que Elena descubrió la Cruz Verdadera.

Al norte del Monte del Templo, al otro lado de la Puerta de la Calle de Josafat se halla Santa Ana, o el Valor de Ana. En un principio iglesia y convento levantada por los cruzados para honrar a la madre de María, Saladino la hizo escuela de leyes. Se dice que Saladino la eligió a tal fin no sólo para relegar al olvido al edificio cristiano con una institución musulmana, sino para aventajar a los Chiítas. 

Así que bienvenido a Jerusalén. Mide con pies de plomo dónde pisas, pues a veces parece como si cada adoquín fuese tierra santa para una creencia u otra. Cuídate de con quién hablas, pues la confianza es una cosa muy precaria aquí, lavada por siglos de sangre. Ten cuidado dónde te alojas, pues todas lasfaccionessiguen reclamando la ciudad durante incontables años, y no son amigables con los intrusos. 

Oportunistas de todas clases demoran o se hacen con suministros tanto dentro como fuera de las murallas. 

Mensajes vitales son interceptados a menudo, y a veces alterados lo justo para afectar de forma desastrosa a los planes del receptor. 

Aun emplear tácticas tales como engañar a un enemigo para que sea sorprendido en el exterior al amanecer puede suponer que el tiro salga por la culata, si el amanecer llega más tarde de lo esperado. 

El simple acto de enviar un mensaje a un aliado en el otro lado de la ciudad se convierte en una aventura en sí misma. Jerusalén se halla dividida en tres barrios principales, uno por cada una de las comunidades religiosas más importantes. Cada barrio ostenta su propio conjunto de murallas, puertas y centinelas, y cada grupo de habitantes desconfía de inmediato de cualquier forastero, por buenas razones. Cualquier correo que trate de entrega una misiva debe atravesar a menudo al menos dos di estos barrios, si no los tres, para llegar a su destino y luego repetir el proceso de vuelta.

No es factible recurrir a atajos; la artística arquitectura de Jerusalén bulle de pasadizos secretos, callejones sin salida y puertas que se abren a sitios inesperados... como los aposentos de alguien.

El único camino fiable es el abierto, al aire libre. Y si el correo investiga el camino equivocado en cualquier punto de su recorrido, puede que nunca llegue a su destino. 

¿Que cómo sé todo esto? Observación concienzuda, amigo mío, y vivir en estas calles.

¿Cuánto tiempo? Mucho, amigo mío, mucho. 

Te deseo una agradable y segura estancia. 

Por desgracia, incluso aquí los deseos rara vez se hacen realidad...” 


Plano de Jerusalén
 

Conexiones iniciales



¿Y que une a los personajes?
Ales Arista tiene como contacto a Albert Gutemberg, el peregrino. Le mantiene en contacto con el pueblo Cristiano.

Albert a su vez tiene como contacto a Yrian, el gato, y de vez en cuando se ayudan mutuamente. Albert intenta que Yrian no vaya por mal camino.

A su vez Yrian es empleado ocasional de los Arista, haciendo trabajos turbios para ellos bien pagados.

Edward, se reencuentra con su hermano Ales y como peregrino también tiene trato con Albert Gutemberg, a ambos los une su pasado guerreando, pero en diferentes campos.

Innisaq el joven criado de origen nórdico, sirve a su Señor Ales Arista como Senescal en sus propiedades en Jerusalén.

Pero hay un temor en Jerusalén, el temor de una nueva Cruzada que enfrente a los ciudadanos de Jerusalén.



Los personajes originales

Albert Gutemberg, el peregrino
Escudo Familia Gutemberg
Nació en la región de Baviera, el corazón del Sacro Imperio una madrugada de primavera del año 1169 de nuestro Señor. Su nacimiento estuvo marcado por una lluvia de estrellas que ilumino la noche y que los sacerdotes interpretaron como un signo de buenaventura.


Fue bautizado y se festejó por todo lo alto como cabe esperar del primogénito del Barón. Crecido en el seno de una familia cristiana y adiestrado tanto en el arte de la guerra como en las sagradas escrituras. Escuchando mientras crecía las historias de su padre sobre la segunda cruzada y como había logrado hacer retroceder a los infieles en tierra santa en nombre de Dios. Con todo esto soñaba con que llegara el día de poder repetir la hazaña de su padre, y llevar el nombre de su familia y el de Dios a esas lejanas y sagradas tierras.

Reliquia familiar: hueso de
San Adalberto de Magdeburgo




Cuando en 1188 Federico I tomo la cruz de la Catedral de Mainz fue uno de los primeros en unirse al ejército. Su padre le dio su espada y la reliquia familiar: un hueso de San Adalberto de Magdeburgo guardado en un relicario para colgarlo del cuello. El arzobispo de Sajonia lo bendijo y partió a reunirse con los otros 100 mil germanos que partirían a tierra santa.


Espada de la 
familia Gutemberg






Tomo parte de las batallas desde el primer momento al formar parte del ejército de Federico y estuvo presente en la mayor parte de las contiendas incluyendo la batalla de Acre, donde se creó la Orden de los Caballeros Teutones y fue uno de los primeros en unirse. Pero después de que Ricardo ejecutara a 3000 hombres, mujeres y niños en las puertas de la ciudad, ante el campamento de Saladino, perdió la fe en la causa. No era la palabra de Dios, era la de hombres de decían hablar en su nombre. Aprovechó una escaramuza para desaparecer, haciéndose pasar por muerto.


Albert Gutemberg, 
caballero teutón




La fortuna quiso que terminara la guerra y se firmara la paz y marcho a Jerusalén, donde enterró su armadura y espadas, junto con su vida pasada en un pequeño cementerio y se hizo pasar por peregrino, guardando únicamente la reliquia familiar, como recuerdo de su pasado con la idea de no volver a perderse en el futuro.




peregrino
                              Albert Gutemberg                                     


Ales e Iñigo Arista, los Nobles 

Escudo de la Familia Arsita, Navarra
En el Reino de Navarra nació Ales Ambrox Arista, primogénito y legítimo heredero del Conde de Roncesvalles. Cuatro años después lo hizo su hermano pequeño Iñigo. 

Ales, instruido en el arte de gobernar, tenía una mente aguda y dotes para la estrategia y el mando. Iñigo era el perfecto guerrero. Ambos hermanos tienen una hermana pequeña, Inés, la cual ha estado siempre protegida por ambos. También saben de un hermano bastardo llamado Ewdard que tuvo su padre con una mujer inglesa.

Ambos hermanos adquirieron renombre en las batallas contra los Almohades por no conocer derrota. En esta época se les encomendó la tarea de escoltar a una pariente suya que iba a ser entregada en matrimonio al príncipe de Inglaterra Ricardo I. Esto les llevó a codearse con la nobleza de Inglaterra así como conocer en persona a su futuro monarca, lo cual desencadenaría en la participación futura de ambos hermanos en la Tercera Cruzada. Ambos se desenvolvieron con soltura en la corte inglesa y dejaron una grata impresión, con lo que cuando coronaron a Ricardo I y este se dispuso a partir en la Tercera Cruzada, solicitó la participación de ambos hermanos en tan importante acontecimiento.


Escudo del Titulo de Roncesvalles 
Desde ese mismo día, estuvieron luchando codo con codo, batalla tras batalla, donde cabe destacar la toma de Acre tras un cruento y sangriento asedio. Tras la finalización de la cruzada y la firma del tratado de paz con Saladino. Ricardo I decidió dejar al cargo de salvaguardar el tratado a gente de su confianza, ambos hermanos, Los Arista de Navarra se habían ganado la reputación necesaria así como la confianza del rey, y se les pidió que se quedasen en Tierra Santa para defender la paz con su vida si fuera necesario.

noble
Ales Arista


 Iñigo Arista  


Edward, El Navegante 
Fue el tercer hijo nacido del deseo y la lujuria, bastardo de los Arista. Su padre el Conde de Roncesvalles, del Reino de Navarra, lo llevó a sus tierras y le encomendó su lugar en la Madre Iglesia Católica. Edward se enfrentó a su padre y desafiante fue expulsado de Navarra. Con lo puesto partió en busca de su grandeza.

Navego por el mundo, conoció muchas culturas y lugares como pirata. Acabó liderando su propia tripulación como Capitán, conocido como el Navegante se labró una gran reputación en cada puerto conocido, matando, robando, arrasando y violando. Hasta que el crudo destino lo puso en su sitio. Durante un asalto a un Rey Brujo del Norte, un Demonio reclamó el alma de Edward y tras defenderse y enfrentarse a él consiguió huir salvando su vida.

Dejó su vida de excesos y acabó en un monasterio pagando con todas sus riquezas sus horribles pecados. Renunció al deseo material y entrego su vida al Señor, como su padre el Conde Arista hubiera querido. El Padre superior del monasterio le invitó a marchar y buscar su verdadero hogar.

Arrepentido regresó a Navarra y contra todo pronóstico su padre el conde Arista, le perdonó cual hijo prodigo. Estaba satisfecho de que al fin Edward se hubiera convertido en un siervo del Señor como el siempre había querido.

Era momento de partir junto al sus hermanos a Jerusalén. Seguía siendo el bastardo de los Arista, pero el destino había vuelto a reunirle junto a su verdadera familia. Quizás allí encontraría redención…
  
navegante
Edward


Yrian, el Gato 
"...Y así es como a los cinco años, después de toda una vida viviendo de la caridad de los hospitalarios fui capaz de matar a un joven por un mendrugo de pan. 

Desde ese día la cosa ha ido a más, una de esas espirales que te muevas donde te muevas solo consigues hacerla más y más grande.

No se lo he contado a mucha gente, pero estuve enamorado... bueno no sé si enamorado, supongo que en aquel momento sí. Enamorado de una chica de las calles, tenía unos ojos preciosos y una sonrisa que me alegraba cada noche. Solo pasaba por allí para mirarla de lejos comprendes? nunca me atreví aacercarme para decirle algo.

Un día desapareció. Es en ese momento, cuando empiezas a arrepentirte de no haber hecho las cosas a tiempo. Piensas que todo va a seguir ahí mañana ¿sabes? pero en nuestro mundo, para los que estamos abajo llegar a mañana supone un reto.

Como decía, ella desapareció. Por supuesto, yo ya tenía mis pequeños contactos asique qué podía hacer... ponerme a buscarla. Pregunté aquí y allá¿y sabes qué? lo único que recibí fue una advertencia de que dejara de meter las narices a la que no hice caso... ¡ERROR!.

SI algún día recibes una advertencia de ese tipo, no seas idiota y apártate. Un niño debe conocer sus limitaciones.

El caso es que al seguir investigando encontré una pista que me llevaba fuera de Jerusalén. No había recorrido 1 kilometro cuando un extraño hombre... bueno el caso es que llego un ejército y  recordé ciertas palabras que me dijeron de niño, que sumadas al encuentro con ese hombre hicieron que abandonara mi egoísmo y mi venganza y me preocupase por mi gente. Asique me declaro culpable de que tuviéramos que pasarlas putas en aquel sótano durante meses, pero imagínate que hubieran asaltado la ciudad... todos muertos.

Al calmarse las cosas decidí continuar mi búsqueda, metiéndome de peón en una caravana que iba al Cairo. Estuvo genial, sobre todo cuando me vendieron como esclavo a unos mineros de la zona. Palizas, trabajo, palizas, trabajo... el día a día. No daba una tío... cada decisión que tomaba era peor que la anterior.

Hasta que intente fugarme y me pillaron. Intente matar a un guardia... otra estupidez. Los niños deben conocer sus limitaciones como te había dicho antes. Es que imagínate a un mocoso intentando apuñalar a un guardia adulto, preparado y curtido con una esquirla de piedra. Me siento un poco gilipollas al recordarlo. 

En definitiva, me tiraron a un pozo para morir rodeado de mierda. Por suerte para mi encontré una piedra suelta y al moverla el suelo venció.

Floté en la mierda medio ahogado hasta que llegue a una orilla en la que unos tribales estaban pescando. Pensé que me iban a matar... ya sabes un blanco entre negros. Eran el pueblo de los Nubios. Y aquí es cuando dudas si el que te ayuda es Dios o el Diablo. Mi suerte cambió radicalmente.

No voy a andarme por las ramas, pero para ellos era una especie de profecía cumplida. El cocodrilo blanco me llamaban. Me enseñaron muchas cosas, me acogieron... ¿te hace gracia? Les debo la vida ¿sabes? por lo que espero que esa sonrisa cuando te digo lo del cocodrilo blanco no sea una burla, porque como lo sea te enteras.

Y con todo lo que aprendí fuera de las calles sumado a lo que había aprendido en ellas, aprendí a salvar mis limitaciones, entre ellas la de la edad y decidí regresar a Jerusalén convertido en lo que soy ahora.

Contestando a tu pregunta. No creo que Dios nos traiga al mundo para que seamos grandes hombres. Yo diría que le vale con que simplemente seamos hombres.

¿Que para que te cuento todo esto? solo argumentaba mi manera de pensar poniendo como ejemplo mis vivencias tío... En fin, tengo trabajo, así que si no me ves mañana ya sabes, reza por mi alma aunque sea un par de veces."


ratero
Yrian