Nuevo personaje: Itachi, Tzimisce

Itachi, Tzimisce


Itachi su mentor, ambos del clan Tzimisce, llegaron a Transilvania para presentarse ante el famoso conde Radu. A petición de éste, el propio Itachi viajaría a Tierra Santa para ayudar a su chiquilla Ekaterine. Pero… ¿de dónde vienen? ¿Qué hacen aquí? ¿Cuál es su pasado?

Toda su historia comienza hace muchos siglos en la propia Transilvania y lo hace con el nombre de un Tzimisce, el mentor de Itachi:

 

Madara Uchiha, 1371 a. C.

En aquellos tiempos, escasos eran los Vástagos que poblaban el mundo, tan solo los Antediluvianos y algunos pocos de sus chiquillos que investigaban sobre su no vida y sobre el rumbo del mundo en el que vivían.

Dracon,
hermano de Madara y Sizio

Esta historia nos lleva a Transilvania, donde algunos de los chiquillos de Tzimisce convivían con sus más y sus menos sin la tutela de su padre. Entre ellos había tres a los que les gustaban especialmente las artes arcanas, Dracon, Sizio y Madara.

Mientras Dracon se dedicaba mas al estudio puramente informativo a los otros dos les gustaba experimentar con viejos pergaminos y manuscritos de poderes a veces desconocidos. Y fue así como empieza la leyenda Tzimisce sobre la maldición de los Uchiha...

Fue precisamente en uno de estos pergaminos donde los hermanos  encontraron un ritual sobre algún tipo de poder desconocido donde se podría leer claramente al final de unos símbolos arcanos una inscripción que decía así:

“Traerás la Oscuridad a este mundo a cambio de tu propia Luz”.

A pesar del obvio peligro, ambos hermanos prepararon el ritual. No era un ritual complicado en sí mismo, tan solo runas y símbolos arcanos, el uso adecuado del pergamino y tras esto... bueno, el asesinato de un ser querido era el ingrediente final.

Los estudiosos Tzimisce, en general buenos y bondadosos, convivían con los humanos a pesar de su condición vampírica, de hecho tenían seres a los que querían de verdad entre los mortales. Pero la curiosidad y el ansia de saber y de poder fue demasiado poderoso. Aquel pergamino ocupaba incansablemente sus sueños y sus pensamientos.

Una noche de luna llena, como el ritual indicaba, ambos hermanos llevaron a dos humanos de los más allegados al bosque, lejos del poblado donde vivían. Los vástagos prometieron a los humanos convertirles en sus chiquillos y de ese modo estar unidos para siempre. Era mentira.

Les vaciaron hasta la última gota de sangre e incluso el alma mientras hacían extraños gestos con sus manos, ¿se podía diabolizar a un humano? Nadie lo sabe con certeza pero algo pasó en el instante en el que los cuerpos de los mortales cayeron al suelo sin vida.

Los ojos de ambos hermanos se tornaron rojos como la sangre, con tres marcas negras en forma de lágrimas en el iris, bordeando su pupila.

Horrorizados por su propia obra destruyeron el pergamino quemándolo. No quedó ni el más mínimo resto de él. Nadie debía volver a ver ese manuscrito maldito que les había conducido a la locura y mancharía sus almas por el resto de la eternidad.

Ambos hermanos decidieron que lo mejor era huir una temporada lejos del resto del clan y sobre todo de Dracon. Si su hermano se enteraba de lo que habían hecho quien sabe cómo se sentiría, decepcionado, hundido, impotente. No podían hacer eso.

Dejaron una carta en la mesa de Dracon, argumentando su ausencia para ayudar a unas tribus del norte, que tenían problemas entre ellas e iban a comenzar una guerra.

A Dracon esto le pareció normal, sus hermanos odiaban la guerra tanto como él y tenían poder para evitar desastres y pérdidas humanas innecesarias. Orgulloso y contento el primer Obertus, se sumergió de nuevo en su estudio: “me gustaría tener tanta energía como ellos e intervenir directamente” pensó.

Madara, mentor de Itachi

Pasaron varios años y los poderes de Madara y Sizio crecían a una velocidad que no era natural. Aquellos ojos rojos pronto les proporcionaron un poder ilusorio muy por encima del de sus hermanos. Podían sumergir en un mundo de fantasía o terror a cualquiera que mirasen a los ojos fijamente, salvo entre ellos mismos. Al haber obtenido aquellos maléficos ojos al mismo tiempo, ambos intentaron usar sus poderes contra el otro para ver quién era el más fuerte. No hubo ningún efecto. Los ojos aparte de crear ilusiones permitían ver a través de ellas.

También experimentaron un cambio en la forma de las tres lagrimas que rodeaban la pupila, en el caso de Sizio se trazaron unas líneas negras rectas que unían cada mancha negra a la pupila y en el de Madara estas se unían entre sí.

No tardaron en darse cuenta de que aquello era un paso más en la evolución del ritual que hicieron aquel día. La maldición había comenzado sin que ellos pudieran apreciarla en su fase inicial.

Llegaron a las tierras del norte para mediar entre las aldeas. Sizio parecía realmente interesado en la paz pero Madara había cambiado. Ante las continuas negativas de uno de los dirigentes de parar la disputa sugirió que si guerra era lo que quería, lo más sensato era acabar con ellos rápidamente y así la paz podría volver a reinar. Unas cuantas vidas a cambio de otras que no buscan el conflicto, merecían la pena.

Sizio no podía creer lo que oía.

Sizio. – Hermano que estás diciendo –le dijo con incredulidad cuando se encontraban a solas.

Madara. –  La verdad, a veces hay que extirpar el mal de raíz para que este no vuelva a

Sizio,
hermano de Madara y el Dracon

asolar una tierra hermano mío. Nuestras almas han sido malditas merecidamente, pero el poder que se nos ha otorgado, ha de servir para que aprendamos que ningún otro mal, ha de prevalecer si podemos evitarlo.

Sizio. – La guerra solo trae guerra. La sangre trae sangre y la muerte más muerte. Hermano detente de verdad, tú no eres así…

Madara. – ¡SILENCIO! –grito con rabia– en esta aldea es solo un pequeño mal pero… ¿qué me dices de lo que rodea a Transilvania? ¿EH? Gente ávida de poder que haría lo que fuera por conseguirlo. Yo detendré esto y no quiero volverte a oír hablar del tema.

Sizio. –  Pero.... –balbuceo.

Madara. –  ¡Ya basta! Si no estás conmigo, eres mi enemigo. –miro a Sizio fijamente a los ojos, la humanidad de Madara descendía a velocidad de vértigo y empezaba a no diferenciar lo que estaba bien de lo que estaba mal.

Sizio. –  Eso nunca.  Sabes que no te dejaría solo. –Sizio tenía que devolver a su hermano la cordura, el no sentía ese odio ¿porque su hermano si? ¿Era consecuencia de aquel ritual?

Madara asintió acariciando el pelo de su hermano para acto seguido alejarse en dirección al poblado antes mencionado. Mientras, Sizio quedo derramando lagrimas de sangre suplicando a Dios que su hermano despertase de aquel estado de ira y de locura en el que se había sumergido.

Fue en esa misma batalla cuando algo despertó dentro de Madara. En aquel poblado vivían Vástagos de poder aceptable y la balanza empezó a inclinarse en contra del Matusalén, cuando por puro instinto cerró uno de sus ojos. Una larga y gruesa lágrima de sangre broto lentamente por su parpado inferior y al abrir el ojo, unas terribles llamas más negras que la propia noche empezaron a arrasar a sus enemigos. Incluso el fuego de las hogueras del poblado quedó extinto por el fuego negro generado por Madara. Fue tan solo un instante lo que pasó hasta que volvió a cerrar el ojo. El dolor ocular era terrible, había usado claramente un nuevo poder que no dominaba y sus ojos le quemaban como si ese mismo fuego que había creado hubiera entrado dentro de él.

Sizio vio incrédulo el estado en el que había quedado el poblado. Completamente arrasado en un fuego negro que no se apagó hasta que el ultimo ser quedo completamente calcinado. Con un pesar incluso mayor que el del día del ritual, levantó a su hermano que gritaba de dolor y se lo llevó lejos de allí.

Madara tardó en recuperar la vista y aun así jamás la recupero del todo, ni su condición de Matusalén, con el poder de sangre que eso suponía, fue capaz de sanar aquellos ojos malditos.

Durante los próximos años Madara se dedicó a barrer ciertas aldeas y grupos de indeseables de la faz de la tierra con sus nuevos poderes, mientras Sizio contemplaba impotente la locura de su hermano, hasta que un día, la luz de sus ojos se extinguió por completo.

Sizio comprendió con total claridad de que hablaba aquel pergamino que hace muchos años leyeron:

“Traerás la Oscuridad a este mundo a cambio de tu Luz”.

Ojo de Madara

Madara quedó totalmente ciego, los dolores eran continuos e insoportables y Sizio decidió llevarlo de vuelta a casa, a Transilvania.

No sabía cómo ni a quien contarle todo aquello que hicieron, como fue testigo de la caída de su hermano en la más profunda locura, el poder de esos ojos malditos... ¿también le acabaría afectando a él? “Mejor morir”, pensó. Solo había una posible solución.

Sizio hizo lo único que podía hacer. Pedir ayuda al más sabio de sus hermanos. Dracon recibió una carta de su hermano Tzimisce, que recibió con gran alegría hasta que leyó la última parte: Madara tenía grandes problemas.

Acompañado del Tzimisce Andeleon, experto en temas ocultistas, se dirigieron sin demora al refugio de Sizio y Madara. Pero llegaron tarde, lo justo para presenciar el acto más cruel que habían visto en sus largas no vidas.

Sizio estaba paralizado al lado del camastro de Madara cuando las manos de este, de manera inconsciente parecía, se movieron a la velocidad del rayo a los ojos de su hermano.

Tras escucharse un grito que se debió oír en toda Transilvania, Sizio yacía en el suelo y Madara sostenía los dos ojos de su hermano, uno en cada mano. Como poseído, el Matusalén acercó los ojos de su hermano a los suyos sin luz y un pequeño brillo rojo y negro iluminó la cara de Madara.

Cuando el brillo se apago los ojos de Madara habían vuelto a cambiar, la forma de las líneas unidas a la pupila de su hermano se había fusionado con las líneas entrelazadas entre las manchas negras con forma de lagrima que se presentaban anteriormente en su iris.

La luz se hizo para Madara, una luz que nunca más se extinguiría, una luz que le permitiría abusar de su poder sin consecuencias y que brillaría para toda la eternidad.

Se quedó mirando el cuerpo de su hermano mientras se deshacía. Hizo un gesto de agradecimiento y respeto hacia las cenizas que volaban fuera del refugio y salió al exterior.

Allí estaban Dracon y Andeleon, mirando atónitos la escena. Madara al verles quiso decir algo e hizo un gesto con las manos en señal para que se detuvieran, pero era tarde. Ese acto merecía la muerte, incluso el pacífico Dracon se disponía a pelear.

Ambos hermanos se lanzaron contra Madara dispuestos a matarle, contemplando a medida que se acercaban, sus ojos rojos sin poder apartar la mirada de ellos.

Cuando alcanzaron el cuerpo del asesino cayeron en su error. Tras golpearle varias veces la figura de Madara se fue difuminando en una espiral de viento y despareció.

Era una maldita ilusión, les había engañado y había escapado. Nunca supieron a ciencia cierta qué fue lo que paso en ese refugio y como dos hermanos que se amaban acabaron de esa forma, pero para ellos, no había ninguna excusa.

Esa noche sonó un grito aterrador que podía haber partido en dos el mismísimo cielo.

Era la voz de Andeleon, en aquel momento líder de la zona.

Andeleon. –  ¡TE MATARE, TE DESTRUIRE! QUEDAS DESTERRADO DE LA TIERRA DE NUESTRO PADRE Y POR DIOS JURO QUE SI TE ENCUENTRO ¡¡¡PAGARAS POR TU CRIMEN!!! SERAS PERSEGUIDO, ATACADO Y DEFENESTRADO. ¡¡¡TU Y TU DESCENDENCIA !!! ESA ES MI PALABRA Y  POR LO TANTO… ¡¡¡ES LA LEY!!!

No se volvió saber nada de Madara en más de mil quinientos años.

El Matusalén se dedico a vagar por Asia hasta que volvió a sus cabales y se decidió a construir una comarca dividida en pequeñas aldeas, con otros vástagos de la zona de Tailandia.

Su descendencia aprendió a convivir con los humanos como en su antigua tierra, pero todos sus descendientes vampíricos desarrollaban con el tiempo aquellos ojos con tres lágrimas negras en el iris que rodeaban la pupila.

El sabía que si alguno de ellos perdía el control, como lo hizo él, pasarían al siguiente paso de la maldición que él vivió. Conseguirían un poder que tenia terribles consecuencias. Aunque él pudo romper sus cadenas al obtener los ojos de su hermano, lo tenía claro, a pesar de su poder el precio no merecía la pena.

Tras tantos siglos pero aun algo atormentaba a Madara. Aquellas palabras quedaron en su mente como si hubieran sido grabadas en el mismo fuego negro devastador con el que tantas vidas arrebató antaño y no paraban de sonar en su cabeza.

“Traerás la Oscuridad a este mundo a cambio de tu propia Luz”

 

Itachi, Tzimisce

Itachi Uchiha, 991ª a. C.

Esto sucede muchos años después de la revelación de Madara. Cuando este creo junto con otros cainitas de oriente y occidente una comarca dividida en pequeñas villas y aldeas que vivían de la ganadería, la pesca y la agricultura. Lo normal para un lugar pequeño y apartado de zonas céntricas o importantes.

La descendencia de Madara había perdurado, pero se iba generando con sumo cuidado, tan solo dos vástagos por generación podían ser creados. Esa era la ley y nadie osaba desafiarla aun sin conocer el motivo de la prohibición.

La selección de los candidatos a pasar a una existencia superior, se basaba en algo muy sencillo, los mejores y más aptos jóvenes eran escogidos por su predecesor.

Podían ser los mejores en el arte del espionaje, asesinato, guerra, conocimientos. Lo importante era destacar de manera clara sobre los demás.

Cuando llego el turno de crear descendencia ese año, había un candidato que sobresalía muy por encima de los demás. Su perfección como espía y combatiente, su templanza y su sangre fría le hicieron claro merecedor de la ascensión. Y no solo eso, el propio líder del clan, Madara Uchiha, que llevaba siguiendo la meteórica carrera de su biznieto, impuso que sería el mismo el que le mostraría el camino a seguir.

Esto no sentó muy bien al creador de aquel muchacho, Itachi. Por norma el mentor del chiquillo debía ser su Sire, si bien es cierto, que tras iniciar su adiestramiento con un mentor, posteriormente podían aprender cosas de otros maestros para ser más útiles a la aldea, las cosas básicas debían aprenderlas de su padre vampírico.

A pesar del desacuerdo, nadie discutió las ordenes del Matusalén, así que este empezó a instruirle encauzando el aprendizaje de tal manera que sus cualidades se potenciaran aun mas.

Itachi atendía y ejecutaba las órdenes de su maestro con siniestra precisión. Sus informes como espía eran cada vez más completos. Incluso averiguó los refugios del resto de vástagos de las aldeas contiguas. Una información casi imposible de conseguir, aunque aquello traería muchos problemas en el futuro.

Cuando su entrenamiento básico estaba completo, Itachi practicaba solo en los bosques cercanos. Su hermano pequeño Sasuke, Ghoul de su propio Sire, al igual que sus padres humanos, siempre le acompañaba y se quedaba fascinado por las habilidades de su hermano. El pequeño Sasuke era bastante hábil también y aunque no alcanzaba el nivel de Itachi, podía llegar a ser elegido como segundo vástago de esta generación.

Itachi cuidaba de su hermano, al que quería con locura y le enseñaba pequeños trucos para defenderse o atacar. Se lo pasaban en grande, todo acababa siendo más un juego que una práctica y al volver a casa contaban a sus padres sus progresos.

Fueron buenos tiempos. Si hubiera que decir que Itachi quería a alguien, esos eran sus padres y sobre todo su hermano pequeño con el que era muy protector.

Aquella situación como todo lo bueno no podía durar eternamente.

Pasó el tiempo y la relación entre las aldeas que en un principio era fantástica, con el paso de los siglos se fue enfriando.

Empezaron a nacer rivalidades sobre la potestad de algún terreno, la fuerza de sus guerreros o quién era el más poderoso de los Vástagos de la comarca.

Los espionajes entre aldeas eran muy comunes, tenían sus redes de información y sus soldados por si alguien intentaba iniciar una guerra. Todo esto poco a poco fue incitando a la desconfianza total entre unos y otros. El reinado de Madara estaba llegando a su fin.

Madara vertió todo su conocimiento en Itachi. El uso de los poderes de su linaje, como llegó a convertirse en lo que era, las consecuencias de un uso indebido de sus disciplinas y como desatarse de la maldición que su linaje acarreaba.

El acto de confianza de Madara tenía un porque, sus propios descendientes querían eliminarlo. Las incursiones de Itachi en terreno enemigo, el decreto de Madara de quitar a un chiquillo de la tutela de su Sire y las hostilidades por puro ego entre aldeas, desembocaron en un plan de traición histórico.

Los líderes de todas las aldeas y villas pactaron con los descendientes de Madara, con el Sire de Itachi a la cabeza, para asesinar al Matusalén. Toda esta información fue obtenida, como no, por el mejor espía de la comarca, Itachi. No iba a permitir que aquello sucediera. Incluso descubrió a su Sire en su propia casa convenciendo a sus padres de que debían unirse a la causa.

Los padres aceptaron creyendo realmente que Madara era un estorbo para la evolución de la aldea y sus habitantes.

La rabia que creció dentro de Itachi recordaba a la de Madara de antaño, cuando arraso los poblados del norte, la historia se repetía y Madara lo sabía.

Madara. –  Itachi, se lo que quieres hacer. Si empiezas esto comenzaras una nueva espiral de destrucción de la que es complicado salir, ya te he contado mi pasado.

Itachi. – He de hacer lo que es justo por dos motivos. Primero porque son unos traidores asquerosos y segundo porque si les destruyo nadie podrá pasar esta maldición a sus descendientes. Jamás debiste haber tenido chiquillos. Mi maestro. –dijo con pesar.

Madara. –  Hmmm.... no sabía que la maldición era hereditaria Itachi y aun sabiéndolo ahora, tampoco puedo prohibir a un vástago libre que tenga hijos. Solo podía limitarlo e intentar controlarlo.

Itachi. – Hemos de cerrar el círculo. Hoy mismo. Esta noche, aun no se han organizado y si les dejamos hacerlo pueden acabar con nosotros. –dijo con determinación.

Madara. –  Si es lo que quieres, como mentor tuyo que soy te apoyare. Pero recuerda que ha sido tu decisión, yo solo te estoy apoyando.

No hizo falta decir más, los dos Vástagos comenzaron a asesinar en sigilo a cada uno de los descendientes y ghoules de la familia con rapidez y precisión.

Pero poco a poco, el momento más difícil se estaba aproximando hasta que  finalmente Itachi llego a su casa. Respiro hondo y como si no pasara nada, entro por la puerta principal. Sus padres le saludaron sonrientes como si nada fuera de lo común estuviera sucediendo aquella noche, como si fuera un día cualquiera. Fue lo último que hicieron.

El vástago no vacilo, si se paraba a pensar no podría hacerlo, así que con una enorme rapidez, se lanzo contra sus padres. Atravesó con un cuchillo a su padre y degolló a su madre sin miramientos, frió, con un control absoluto de sus emociones.

Sasuke,
hermano pequeño de Itachi

Cuando alzo la vista de los cuerpos de sus amados padres, en las escaleras que daban al segundo piso de la casa, se vislumbraba la figura de Sasuke, mirando inmóvil y perplejo sin todavía haber procesado en su cerebro lo que acababa de pasar.

En este caso Itachi no pudo hacerlo sin derramar lágrimas. Por primera vez en su vida el gran hombre dudó. Se acerco a él lentamente, abrazo a su hermano con ternura y le susurro al oído.

Itachi. –  Ódiame por esto hermano. Ódiame con toda tu alma y cuando estés preparado búscame y cierra el círculo de una vez por todas.

La katana de Itachi traspaso el pecho de su hermano que murió en el acto.

La historia se repitió, al igual que hace más de 1500 años. Tras la muerte de Sasuke, la forma de los ojos de Itachi mutó. Aunque en este caso Itachi fue mucho más lejos que Madara.

No sabemos si para salvar a su hermano o para librarse de la maldición en un futuro, el joven se rajo la mano y vertió sangre sobre la boca de su hermano. Con el trabajo terminado no quiso quedarse ni un segundo más en aquel lugar y se fue con la sensación de haber solucionado un problema con excesiva dureza y crueldad.

¿Tal vez habría podido haber otra solución? no, no podía haberla era él o ellos.

Aquella noche entre él y Madara acabaron con todos los cainitas y ghoules de la aldea y el resto de la comarca les persiguió durante varios meses sin ningún éxito. A pesar de que el resto de Vástagos que lideraban la comarca eran antiguos y sabios, los conocimientos y el poder del Matusalén marcaban la diferencia en todos los aspectos.

Sabia guiarse por las estrellas, estudiaba el camino con atención y escuchaba los susurros

Ojo de Itachi

de las aves nocturnas que poblaban su peregrinaje como si le estuvieran de alguna manera indicando el camino a seguir.

Con algo de incertidumbre, Itachi miro a su maestro y le pregunto.

Itachi. –  ¿Donde vamos ahora?

Madara. –  A casa.

Itachi. –  ¿A casa?

Madara. –  Si, a nuestro verdadero hogar, Transilvania.

Itachi. –  ¿No… no te expulsaron? –pregunto con cautela.

Madara. –  Sí, pero creo que es hora de explicar lo que ocurrió aquel día.

Itachi. –  ¿La verdad?

Madara. –  La verdad Itachi. Fue mi hermano el que se adueño de mi voluntad y me dio sus ojos. Porque no podía verme sufrir de aquella manera. Lo hizo, a pesar de que estaba sumido en la oscuridad y era un peligro. Me arrepiento de tantas cosas Itachi... –Madara estaba abatido y triste aunque rápidamente se recompuso– pero ya está bien de cometer errores. No se quienes quedaran allí pero debo de encontrarles a los máximos que pueda y contárselo todo… pedirles perdón.

Itachi.  Te ayudare maestro. Haré lo que me pidas. Yo tampoco estoy contento con lo que he hecho –Itachi estaba pensando tanto en perdonar la vida a su hermano, como en quitársela a los demás, las cosas a medias dejaban un mal sabor de boca siempre.

Madara. –  Tu caso es peor que el mío. Tu maldición acaba de comenzar. Si usas tus poderes sin controlarlos acabaras ciego, no volverás a ver nunca Itachi. –dijo muy serio.

Itachi. –  ¿Y si mantengo el control?

Madara. –  Mientras lo mantengas no te ocurrirá nada. Pero somos inmortales y tenemos mucho tiempo para fracasar ¿me entiendes?

Itachi. –  Intentare usar esas llamas negras, de las que me hablaste, lo menos posible mi maestro y si lo hago procurare dominaras. Soy el vástago más apto y capacitado que el clan ha creado, si alguien puede mantener el control, soy yo.

Madara. –  Escucha bien –los ojos del mentor se clavaron con ira y odio en los de Itachi– ¡NADIE! ES APTO PARA USAR ESE PODER, ¡¡¡NI SIQUIERA YO!!! ME ¡¿HAS ENTENDIDO?! –instantes después con algo más de calma– Tienes razón en que eres especial, no lo voy a negar, por eso te elegí. Pero aparta tu exceso de confianza de la ecuación o puedo decir desde ya que has muerto.

Itachi. –  Perdona maestro. Tienes razón no soy más que un Ancillae y tengo delirios de grandeza. No volverá a ocurrir, te lo prometo –agachando la cabeza e inclinándose ligeramente.

Durante el larguísimo viaje a Transilvania, Madara enseño a Itachi todo lo que sabía de los poderes que había heredado y la mejor manera de dominarlos. Las cosas que sabía de los Tzimisce de la zona y sobre todo del peligro que corrían al volver.

Madara era un Vampiro de un poder individual extremo, pero no tenía ninguna influencia política, ni aliados, ni conocidos que no le quisieran matar desde antes de Jesucristo y eso al que mas en peligro ponía era a Itachi que tenía tan poca influencia como su maestro pero ni la décima parte de su poder.

El Matusalén sabía que por muy fuerte que fuera si hacía demasiado ruido o si se pasaba de listo acabaría cayendo, así que decidió que se mostraría lo mas pacifico posible si había problemas.

Transilvania, 1196 a. C.

Finalmente llegaron a Transilvania.

Fue pasar una línea imaginaria que marcaba la frontera y la cara de Madara se lleno de paz. Era la primera vez que Itachi veía sonreír a su mentor con autentica felicidad. Siglos y siglos sin ver tu tierra, debía ser terrible tener que soportarlo.

A veces la inmortalidad no es tan buena, pensó el joven vampiro.

Viajaron con una túnica que les tapaba de arriba a abajo y un sombrero aplastado y grande de paja, que cubría la parte de la cara que la túnica no abarcaba. Un atuendo muy extraño pero eficaz para que nadie les viera los ojos y evitar preguntas incomodas.

Para volver a la zona de nacimiento de Madara, necesitaban información y quien mejor que un especialista como Itachi para conseguirla. Por cada poblado o ciudad que pasaban salían con nuevos datos sobre los Vástagos que habitaban la zona y hacia donde tenían que dirigirse.

El lugar ahora se llamaba Bistriz y para alivio de ambos, estaba regentado por un Tzimisce que a pesar de no ser el líder de Transilvania era su mano derecha.

¿La mano derecha de quien? No sería de Andeleon, pensaron, porque si era precisamente a él, al primer hermano de Madara, al que encontraban, ya podían ir dándose la vuelta y volver sobre sus pasos o iban a pasar un rato desagradable. Primero tenía que convencer al resto y dejar al más cabezota para el final.

En las proximidades de Bistriz, un Vástago, dedujo por su aspecto que era Gangrel, con las garras en sus grotescas manos, gravemente herido y lleno de rabia se encaramaba a un carro y saltaba con energía intentando atrapar a dos.... ¿magos? ,no lo sabían a ciencia cierta.

Tiberius. –  Tremeres asquerosos, bajad de ahí y pelear ¡COBARDES!

Los magos flotaban cerca del Cainita con forma animal, preparándose para asestar un clarísimo golpe final que acabaría la disputa de una vez por todas.

Madara. –  Itachi espera aquí, no quiero derramar sangre nada más llegar.

Itachi se quedo donde estaba y su mentor se aproximo hasta el Gangrel, el sabia que los Gangrel habitaban esas tierras desde hacia muchísimos años, y de los otros no sabía absolutamente nada, así que estaba claro a quién debía ayudar.

Con gran calma, se interpuso entre los magos y el Gangrel. Los tres combatientes le miraron confusos, ¿qué demonios estaba haciendo ese idiota?

Se acerco a Tiberius y le puso la mano en el hombro.

Madara. –  Tranquilo hermano Cainita. Ya estas a salvo. Itachi nos vamos. –Alzo la voz.

Madara desapareció delante de los Tremere, que no tenían ni idea de que estaba pasando, e

Tiberius, 
Gangrel criado del Conde Radu

Itachi ya se había escondido con gran sigilo para cuando los dos seres flotantes giraron la cabeza. Se miraron entre ellos sin saber muy bien que decir, ¿qué había pasado? ¿Ofuscación? ¿Que había sido aquello?

En una zona ya más apartada de la pelea:

Tiberius. –  Gracias, te debo una, ¿Quién eres?

Itachi. –  Somos Tzimisce –interrumpió–  Buscamos al regente de Bistriz.

Tiberius. – Yo soy Tiberius, estoy al servicio del conde Radu, regente de la zona, por lo que estáis de suerte. Normalmente necesitaríais una audiencia y un permiso para verle, pero voy a llevaros personalmente ante él, en compensación por ayudarme contra aquellos dos Tremere.

Madara. –  ¿Que es un Tremere? –pregunto inocente.

La cara de Tiberius era un libro abierto ¿cómo que qué era un Tremere? ¿De dónde habían salido estos dos?

Disimuladamente el codo de Itachi se incrusto en las costillas de su viejo maestro.

Itachi. –  Ya sabes lo que es, deja de intentar dar conversación a nuestro amigo.

Cuando hace una buena obra tiende a preguntar de todo para hacer migas con los que le rodean – dijo con cara de poca paciencia.

Tiberius. –  Bueno. Está bien yo os llevo y allí ya le preguntareis a mi señor lo que os dé la gana. ¿Y esas ropas? ¿Y ese sombrero? ¿De dónde venís? Sois muy raros ¿sabéis?

Bueno me da igual a mi no me interesa saber todo eso, el que os lo tiene que preguntar es mi Señor Radu.

Esa misma noche llegaron a un gran castillo que se antojaba claramente como el refugio de un Vástago importante. Con Tiberius a su lado, nadie les puso problemas y llegaron a una gran sala donde sentada en un trono se dibujaba un imponente figura.

Tiberius. –  Ya he vuelto... mi Señor…y traigo compañía…

 

Conde Radu,
Príncipe Tzimisce de Bistriz



R.I.P. Yrian, Gangrel



Yrian, joven ratero
Yrian libre al fin
Yrian nació, creció y murió en las calles de Jerusalén. Su vida humana fue muy dura, salió de las calles a ser vendido como esclavo para regresar a su amada Jerusalén.  La no vida vampírica no fue más amable con él, nadie le dio a elegir y se encontró en una lucha de poder que no era su guerra.  Sus instintos bestiales le mantuvieron con vida hasta que aquel hombre lobo se cruzo en su destino. Murió luchando por su no-vida, y cada zarpazo que Yrian daba, inconscientemente, lo hacía pensando en todos aquellos que nunca le quisieron, los que habían hecho de él un animal insensible, un reflejo de la bestia demasiado monstruoso.

Siempre fue un niño y hasta el día de su muerte cumplió con unos ideales que jamás rompió, en su interior seguía siendo un esclavo y debía romper las cadenas para siempre, cuando el hombre lobo lo mato, Yrian al fin pudo ser libre.

Como todo Gangrel desearía, sus restos han sido devorados por las alimañas en el desierto, de este modo sigue el ciclo de la vida y ha dado alimento a aquellos que le alimentaron a él.

 
Yrian con rasgos de Gato
 


CAPITULO 12: El Talento de Netanya II

El talento de Netanya
(Segunda parte)



Iñigo Arista, Lasombra
El retorno de Iñigo Arista
“Me llamo Iñigo Arista, soy caballero Navarro y soy Lasombra. Fui abrazado en Jerusalén por razones que no vienen al caso.

Convivía con un grupo de neonatos y jugamos a la política en el barrio cristiano, moviendo ficha entre facciones. Gracias a mi ayuda conseguimos un refugio donde poder caernos muertos y entonces todo se empezó a torcer…

En resumen mi Sire, Alexandra de Len, me sacó del ojo del huracán. Viajamos a Roma por algún asunto Lasombra en el que debía ayudar a mi creadora. Ahora sé que mi Sire salió de la escena política de Tierra Santa para salvar nuestra no-vida. Ella y un grupo de Sires, al igual que sus chiquillos, pertenecíamos a una hermandad llamada la Ordo Hierusalem. La huida de Alexandra, hizo que ella fuera la única de todos los Sires de dicha hermandad que sigue viva, incluyendo al Señor de todos ellos, un Matusalén llamado Magnus.

Mi Sire estaba detrás de una serie de conspiraciones en Roma, en el mismísimo Vaticano. Por supuesto nunca dentro, allí no podemos pisar sin prender en llamas por la fe, aunque parezca extraño está lleno de esa mierda.

El fin de Alexandra es controlar al Papa de Roma que actualmente es Celestino III. El cabronazo de él tiene 91 años y ya huele a tierra, no tardará mucho en perecer. Lleva 6 años en el papado, su verdadero nombre es Giacinto Bobone, hijo de una familia noble romana, fue 47 años cardenal diácono destinado por el Papa Inocencio III en los Reinos de Hispania. Coronó al emperador Enrique VI, y también fue el que confirmó los estatutos de los Teutones. Pero Enrique asesinó al obispo de Lieja y ni este Papa tuvo valor para recriminarle nada, pero sí excomulgó a el Emperador por  apresar a Ricardo Corazón de León, poco castigo para tal ofensa y por esto Ricardo obtuvo la libertad tras el pago de un cuantioso rescate.

Alexandra me llevó para que yo le ayudase a manipular la sucesión papal y en el proceso aprendiese lo máximo posible en este tipo de conspiraciones de las altas esferas. Su idea es que el Papa abdique, nombrando a un sucesor, esté sea vinculado a ella y así poder controlar al Papa de Roma, nada menos, si algo no le ha faltado nunca a mi Sire es ambición. Después ambiciona convocar una cuarta cruzada contra el enemigo qué se le ponga el coño.

Joder, mi Sire es una zorra manipuladora del demonio, eso es lo que quiere qué yo sea, y no pienso decepcionarla. Ahora entiendo que además de salvarme la no-vida, Alexandra quería llevarme a Roma para ver cómo funcionaba el oficio.

Ella ya tiene preparado al sucesor de Papa, y está esperando convencer al actual Papa para que abdique en él. Después los cardenales deben permitírselo.

Así qué  estas últimas semanas mi Sire y yo las hemos pasado, corrompiendo cardenales a diestro y siniestro, chantajeándoles, comprándolos y manipulando la futura votación en el caso de qué la hubiese.

Ahora solo debemos esperar a que todo el dominó caiga y yo debo regresar a Jerusalén, esa es la voluntad de mi creadora, y la temo demasiado como para no hacerla caso.

Diacono Angelo Vitale
En cuanto a mí, regresaré a Jerusalén debería manipular a un cargo cristiano,, aunque tenga poca influencia siendo Jerusalén musulmana, pero aunque el corazón de la Tierra Santa sea musulmán y la iglesia católica sea poco influyente sigue teniendo un importante valor simbólico, al fin y al cabo es la ciudad Santa. A mi Sire le vendría muy bien que Jerusalén viera con buenos ojos a su candidato al papado.

Voy a centrarme en hacer una labor propagandística, una campaña, desde la sombra por supuesto, pondré en práctica todo lo que he aprendido y para hacerlo el sucesor a Papa viene a Jerusalén conmigo, bajo mi influencia, y lo hace para demostrar que él será digno de ser el siguiente Papa. Su nombre el Diácono Angelo Vitale, de Sicilia. Bailad para mi marionetas…”


Camino de Jerusalén
Los personajes se encuentran huyendo de Tel Aviv, tras haberse llevado al niño llamado Nasser, único superviviente de Netanya, y lo hacen en la caravana zíngara que regresa camino de Jerusalén.

Por el camino Albert Gutemberg, el Salubri, cuida de la delicada salud del niño aún enfermo y débil. Jesper, el Malkavian, juega con él y le cuenta historias, intentando que su aspecto no le dé demasiado miedo mientras Cadios, el Ravnos, le canta nanas acompañadas de melodía entonada con su viejo laúd.  

"Charlatán", aliado de Cadios 
Yrian, el Gangrel, intenta acercarse pero infunde en el niño un miedo irracional que tiene que ver con su aspecto animal y con el camino de la Bestia que hace que emane un aura de salvajismo que incomoda a cualquier humano, el Gangrel le deja a su mascota Jony, una pequeña rata de ciudad, para que Nasser juegue y se entretenga por el camino.

Una vez en Jerusalén, dejan al niño en el campamento zíngaro a las afueras de la ciudad. Cadios se encarga que “Charlatán”, un zíngaro de confianza lo cuide para él  hasta que alguien lo reclame. 

Una vez en el refugio, se encuentran con Iñigo Arista, Lasombra, compañero de abrazo de Yrian, ya solo quedan ellos de aquella cuadrilla. El resto del grupo también son conocidos de Iñigo y charlan amigablemente poniéndose al día de los acontecimientos ocurridos tras la marcha del Lasombra hace unos meses.
 

Duyal Al-Malatya, Toreador
Duyal descontento
Una vez en Jerusalén los personajes ponen sus asuntos en orden.

Duyal se entrevista con los personajes, en unas viejas termas abandonadas del barrio cristiano.

Según ve a los personajes pregunta por Fray Enriqueto, su contacto y enlace con Aristotle de Laurernt, el famoso Malkavian Nodista, que le ayuda en la búsqueda del libro de Nod. Cuando le explican la situación, y la muerte del fraile. Está muy  descontento, quería dar formación al joven para abrazarlo en su edad adulta, tras haber recibido enseñanza en los mejores monasterios de Sicilia. ¿Y ahora? La repentina aparición de Isidri ha cambiado todo, solo es un Antiguo caprichoso. Esto no puede quedar así.

Explica que el mismo fue criado en Sicilia, cristianizado y gracias a ese don ha podido prosperar como Toreador hecho y derecho. Así mismo se siente triste por la muerte de Fray Enriqueto y ahora perderá contacto con  Aristotle de Laurent. Duyal se queda cabizbajo y aprieta los puños de rabia hasta hacerse sangre en las manos.

Isidri ha frustrado sus planes y Duyal quiere proteger al niño. Pero Al-Isidri es un antiguo,  esto no debería darle derecho a hacer lo que quiera, destrozando vidas y matando ilusiones a su paso, como un incendio que arrasa una arboleda.

Duyal propone llevar al niño a un monasterio en el barrio Armenio, donde podría estar cuidado y protegido por la fe. El tiene cierta influencia en el lugar y le ayudarán sin dudarlo. No se le ocurre nada más y no puede encargarse de el niño, no tiene recursos para ello, ni sabe cómo hacerlo, sería demasiado peligroso para ambos.

Una vez explicados los acontecimientos, Duyal asume que hicieron su parte del trato, aunque no saliera bien, y como es un hombre de palabra les da su pago acordado, un pergamino a cada uno, copias de los escritos que le costaron la vida a Fray Enriqueto.


Palabras sobre la Crónica de Caín
Escritas en Latín antiguo:

“No es importante que esta parte del Libro de Nod no sea comparativamente certero con el canon bíblico estándar. Lo que es importante es que tenemos, quizás por primera vez, un punto de vista personal de los eventos que ocurrieron durante los días posteriores a la Caída. Caín nos narra en sus propias palabras cuáles fueron sus motivos, y aunque sea posible que esta historia exista sólo para moldear la idea que tengamos de él, podemos asumir que hay algún elemento verdadero en su historia. Su relato es, después de todo, el único testimonio presencial en que podemos basarnos.

Ah, nuestro querido Padre. En varios mitos islámicos, la figura equivalente a Satanás es expulsada del Cielo no por odiar la humanidad, sino por amar tanto a Dios hasta el extremo de no querer arrodillarse ante nadie que no sea Dios, no sirviendo así a la humanidad. Esto es quizás lo que tiene en común con el amor de Caín: ama tanto a su hermano que no pude pensar en ningún otro sacrificio digno de Aquél en lo Alto (1). Seguramente Caín no podría haber tenido ninguna otra razón para sacrificar a su hermano. No pudo haber conocido la muerte, habiendo nacido antes de que la Muerte fuera algo que la humanidad hubiera experimentado.

Otras figuras de este tiempo también juegan papeles instrumentales en la obra. Seguramente no es una mitológica transliteración pura lo que hace a Lilith aparecer en esta historia, ya que ella es una figura en los fragmentos más antiguos de los Midrashim hebreos. Habiendo sido expulsada del Paraíso en primer lugar, podría haber reconocido a Caín como uno que estuvo en la luz del Cielo y posteriormente expulsado. Hay algunos de mis colegas que creen que este fragmento representa la idea de que Lilith, madre de la magia y diablesa, enseñó las primeras disciplinas a Caín. Otros la ven como una comadrona del despertar del potencial mágico de nuestro Padre.

Lo que queda por descubrir es el Ciclo de Lilith (2), que supuestamente describe el tiempo en que Caín estuvo junto con Lilith como su sirviente y amante. ¿Fue éste meramente un flirteo, o pudo ser algún tipo de aprendizaje místico, durante el cual Lilith gradualmente extrajo de Caín las limitaciones que el Divino había puesto en él, y lentamente lo Despertó (3) hacia sus propios poderes mágicos? El hecho es que ella se muestra turbada cuando él bebe su sangre del vaso del Despertar (4), poniendo de manifiesto su falta de comprensión total de aquello en lo que su sangre podría convertir al Primer Hijo de Adán.

No debemos perder el tiempo especulando si el vaso causa una alucinación a Caín o si Caín es transportado físicamente a un yermo en algún lugar de la Oscuridad. Esto no es comprendido totalmente, ni es expuesto con claridad en la traducción del texto original. Los versos originales esencialmente significan “aspirado” o “trasladado”. Ambos significados de la palabra apuntan a las dos explicaciones. Y nosotros no ganamos mucho en el debate que nos ocupa: no tiene importancia que Caín fuera transportado físicamente o no. De modo similar a las visiones chamánicas producidas como el resultado del consumo ritual de alucinógenos, la experiencia que vivió Caín fue tan real para él como cualquier viaje puede serlo para nosotros.



 1 N. de T.: Esta es la forma castellana que más se acerca al término inglés (the One Above) para designar a Dios. Esta paráfrasis se repetirá a lo largo del texto.

2 N. de T.: Hay rumores de que en el Palacio del Terror de Ghemal (Dread Palace of Ghemal), junto con los otros textos del las Rubricas Guardadas (Guarded Rubrics), se custodia una versión completa del Ciclo de Lilith. También se dice que el Inconnu posee otra copia del Ciclo.

3 N. de T.: Se refiere aquí al término que utilizan los magos para referirse a aquellos que adquieren sus poderes mágicos.

4 N. de T.: Ver nota anterior.”



Monasterio de San Marcos, barrio Armenio
El Monasterio de San Marcos
En el barrio Armenio de Jerusalén, hay una pequeña y modesta iglesia monasterio ortodoxa,  en el lugar donde vivió María, la Madre de San Marcos Evangelista, lugar donde se realizó la última cena de Cristo con sus apóstoles. "Esta es la casa de María, madre de Juan, llamada Marcos, proclamada iglesia por los santos apóstoles bajo el nombre de la Virgen María, madre de Dios, después de la ascensión de nuestro Señor Jesucristo al cielo. Ha sido reconstruida después de la destrucción de Jerusalén por Tito en el año 73 d.C. ".

El lugar es visitado por muchos peregrinos tanto del oeste como del oeste. El templo está  una situación precaria debido a la ausencia de fondos a la iglesia ortodoxa. Este es el centro de la comunidad ortodoxa, de Siria mayoritariamente, que fue establecida según la tradición por el Apóstol San Pedro.

Duyal pide a Yrian calma al verle muy alterado y con ganas de matar a Al-Isidri y el Gangrel le promete no golpear primero.

Iñigo y Jesper se encargan de llevar al niño al monasterio, mientras este duerme en los brazos del Malkavian, que con mil caras ha cambiado su aspecto al de alguien común, para no llamar la atención. Jesper al intentar entrar al edificio santo donde Cristo dio la ultima cena, es poseído por el terror más abrumador imaginable y huye del lugar controlado por su bestia interior. Iñigo, en cambio, entra con gran valentía y se encarga de entregar al niño a los monjes, prometiéndoles amparo por su parte, ya que dice preocuparse por el niño. 

Los hombres de fe saben de su temprano talento gracias a los acompañantes de Fray Enriqueto, el monje siciliano, que se han puesto en contacto con este monasterio explicando la situación del niño, para que si lo encontrasen lo cuidasen con mimo. No les importa su edad, ni siquiera que no sea cristiano, le acogerán y cuidarán de él como Dios manda.

El niño accede a los talleres de los eclesiásticos y él solo comienza a hacer trabajos tanto seglares como religiosos, desde caligrafía en documentos ceremoniales hasta decoraciones de dinteles y repisas de chimenea. Sus trabajos son espectaculares, tienen la mano del mejor de los Maestros, solo hay alguien con ese talento, Elsh, el viejo Primogénito Toreador, del que se dice vive en Jerusalén desde su fundación hace miles de años, él fue el que construyó el Templo de Salomón, una de las maravillas del mundo antiguo, antes de ser destruido por los Babilonios.

Iñigo se encarga de llevar al niño al monasterio ortodoxo y de velar por sus intereses, Duyal está muy satisfecho con la predisposición a ayudarle del Lasombra. Una vez deja al niño  en el lugar, este se siente seguro y es acogido y protegido por los frailes.


Muhammad Al-Isidri, Antiguo Toreador
El mecenas
Los personajes son invitados por medio del hermano Bernardus, de manera informal a una reunión en el barrio musulmán. El Malkavian solo sabe que alguien de la Estirpe está tras esto, pero no sabe la razón de la invitación. Será en  uno de los palacios más bellos y ricos de Jerusalén. Al Malkavian, un criado cristiano le ha dicho que invite a los personajes al evento, y que si lo hacía podría asistir al mismo. Bernardus llevará a los que quieran asistir, él no podrá ir si se niegan y dice que a pesar de que no es normal dicha invitación, no tiene por qué ser malo, es más, advierte que es mejor temer a los enemigos de tu propio barrio o facción, más que a los de los rivales, nadie quiere encender la chispa de la guerra entre facciones.

Todos menos Albert, el Salubri, se dirigen hacia el barrio musulmán y cuando pasan el muro que separa los barrios y entran en el dominio árabe, la presencia de un encapuchado, con aura de vampiro, en una torre de una mezquita, advierte de que entran en dominio Assamita.

Llegan a un rico palacete y en sus jardines bañados en estanques e inundados por olores de flores se encuentran con Isidri, en una modesta cena iluminados por la luz de las estrellas. Los criados llenaban las copas de cristal y los invitados comen y beben sentados en cómodos sillones repartidos por el jardín. Los músicos entonan bellas melodías a la flauta y al laúd, mientras una bella bailarina se mueve sensualmente interpretando magistralmente la danza de los siete velos para los asistentes.

Naji, chiquillo de Al-Isidri
En el momento en el que los músicos dejan de tocar para descansar, Cadios ambienta la fiesta con el laúd dejando en evidencia a los mismos, ya que ninguno es tan bueno como él. El Ravnos termina su tonada con un gran aplauso de los presentes, mientras las envidias de los músicos son palpables en el ambiente y sus miradas atraviesan violentamente a Cadios, mientras éste sonríe.

En la recepción hay un ambiente de cordialidad, aproximadamente una treintena de personas sin contar a la servidumbre y los numerosos guardias musulmanes que protegen el jardín de sorpresas inesperadas. Hay humanos relevantes dentro de la política musulmana, representantes religiosos que emanan cierta aura de fe, todos ellos disfrutan de la agradable velada.

Por el lado vampiro están invitados los personajes, el hermano Bernardus, que ha venido con ellos, y hay un par de vampiros que no conocen más que de verlos de pasada en la corte de Isidri en Tel Aviv, tienen sus miradas clavadas en los personajes, sobre todo en Yrian. Sus nombres: Saad y Naji, son Toreadores, chiquillos del Antiguo Al-Isidri. Por último, en un segundo plano y al margen de los encuentros se encuentra Rashid, un Assamita conocido de los personajes, de su etapa inicial de neonatos en Jerusalén. En su día a punto estuvieron de luchar a muerte, pero los acontecimientos no los llevaron a ese violento desenlace. 

El hermano Bernardus se apoltrona en un rincón y comienza a beber vino, está asustado, no acostumbra a estar con tanta gente, y menos tantos humanos importantes. Las ganas que tenía de venir se le han pasado de golpe. Los personajes no saben quién es el anfitrión y hay una gran expectación sobre el mismo.

Saad, chiquillo de Al-Isidri
Cadios coquetea con la bailarina preparándose el camino para una nueva conquista. La mujer se resiste y baila incómoda sabiendo que no debe flirtear con los invitados, eso sería su fin, literalmente.

Rashid no quiere parlamentar, solo observará con detenimiento a los extranjeros de la facción rival, no perdiendo detalle en ellos. Yrian lo saluda con un gesto, después de todo se conocen de hace tiempo, y el Assamita le responde de la misma forma.

Klaus que ha dado el relevo a su hermano Jesper, es la personalidad del Malkavian que "ha venido" a la fiesta y con él su voraz apetito que apenas aplaca devorando y bebiendo todo lo que puede de una forma salvaje y mal educada, es capaz de ingerir alimentos como el más glotón de los humanos.

Muhamed Al-Isidri entra saludando a los invitados vampiros uno a uno, y agradeciendo que hayan venido habiendo sido invitados de una forma tan repentina. Los últimos en saludar son los personajes, desmejorando claramente su posición. Isidri se dirige a estos y pide reconciliación en el dominio Assamita de la ciudad: -Aquí solamente respondemos ante los Assamita y ante Alá, los asesinos no se van a molestar enjuiciando a algún transgresor, ejecutarán sin más dilación y pasarán página rápidamente, haciendo el menor ruido político posible, y mucho más si el culpable es un rival del barrio Cristiano.
 
Rashid, Assamita
Isidri pregunta por el líder de los personajes, espera hablar con Ekaterine de Balgrad, la Tzimisce que conoció en Tel Aviv y al decirle que la Tzimisce no ha venido y que su líder ahora es Iñigo Arista, Lasombra recién llegado, extrañado le demanda en un lugar más discreto del jardín.

Solo se oye el rumor del agua que pasa por los canales en el suelo. Allí Al-Isidri se dirige en susurros al Lasombra. Klaus el Malkavian y Cadios el Ravnos, se encuentran en un segundo plano tras Iñigo.  Yrian también intenta ir, pero el Antiguo Toreador pide que no esté presente por su forma violenta de resolver los problemas, tal y como demostró en Tel Aviv, asesinando a sangre fría a uno de sus criados.

-Creo que empezamos con mal pie, estoy dispuesto a comenzar de nuevo. Podría dejar pasar que matasteis a uno de mis criados, y me atracaron sin razón en mi refugio.

Cuando los personajes le hablan del envenenamiento del fraile que desembocó en el ataque de Yrian, Isidri le dice:

-¿Tiene alguna prueba que sustente su acusación? No podéis demostrar que yo tuviera algo que ver con la intoxicación del fraile, los humanos son frágiles, mueren constantemente. Y si fuera así y hubiera acabado con la insignificante vida de un fraile, no os da derecho a atacarme a traición.

-¿Estáis dispuestos a firmar la paz? No deseo problemas con nadie.

Klaus pregunta al Toreador que conlleva esa paz, y el Antiguo le responde que si no entrar en guerra les parece poco.

-Pasemos a las negociaciones- Continua Isidri -¿Qué queréis por el niño?. Si está en mi mano haré lo posible por conseguiros lo que deseéis. No solo lo haré, si no que prometo olvidar lo acontecido en Tel Aviv.

-No querréis tener a un Antiguo de enemigo por esta nimiedad, vuestra empresa estuvo terminada desde el momento en el que el fraile acogió al niño en Tel Aviv. Yo como Antiguo Toreador me encargaré de mediar con Duyal Al-Malatya, todo se puede negociar, seguro que una jugosa posición hace cambiar de idea al joven Toreador. Tendrá tiempo para encontrar a otro chiquillo, además él aún no está listo para ser Sire, apenas acaba de salir del cascarón como para enseñar a ser un Artista a Nasser, apenas es un neonato.

Isidri explica a los personajes que ha percibido que el arte del niño promete mucho, así como su exclusiva y ha decidido que este potencial de Maestro Artesano no puede malgastarse con una muerte natural, y mucho menos ser aprovechado por Cristianos cebados de impuestos y vino. Nasser nació musulmán y musulmán morirá. Nunca se convertirá a la religión de los infieles.

Isidri continua: -Tengo pensado ir al recién fundado reino de Portugal, allí la caligrafía del niño Nasser será apreciada y con la debida formación, esto hará del niño un artista y me dará reputación en mi clan. Soy famoso a pesar de mi corta edad de vampiro, fui abrazado en 1166, pasé por muchas cortes europeas como benefactor de las artes y sé cómo darle a Nasser la formación que se merece para ser un verdadero Artista, yo, Mohamed Al-Isidri seré su Mecenas y de esta forma recuperaré mi denostada reputación, perdida desde mi muerte, así deberá ser.- Lo dice orgulloso y sin ser consciente de haber hablado de más.

Al-Isidri, ve el aura de Klaus, el Malkavian llena de vetas negras, muestra inequívoca de que ha diabolizado a otro vampiro. Y le advierte, que le podrían enjuiciar solo por el color de su aura, sin preguntar a quien ha diabolizado, no hay crimen más atroz.  -Cualquier antiguo de Jerusalén estará dispuesto a castigar a un diabolista, creedme, al igual que ocurre con el aura de Yrian, no os conviene lleváros mal conmigo, en absoluto.

Concluye cogiéndose del brazo de un joven cortesano y sonriéndole mientras éste le mira anonadado: -Pensadlo y dadme una respuesta mañana. Sabéis qué al final de una u otra forma el niño será mío, ahorrémonos sangre, violencia y sufrimiento, sobre todo hacia vosotros.

Yrian intenta, sin éxito, averiguar cuánto vale la estaca labrada que le regalaron sus compañeros hace unas semanas y Saad, chiquillo de Isidri, se muestra desinteresado por lo que tenga que ofrecer un Gangrel y menos Yrian el asesino.

La fiesta concluye con Bernardus y Klaus intercambiando chanzas sobre dementes y prostitutas mientras el resto de invitados van abandonando paulatinamente el palacio. Mientras tanto el atractivo Cadios seduce a la bella bailarina e intiman en las sombras del jardín. 


Nasser, Talento de Netanya
Nasser recae y el Papa accede
Los personajes debaten qué hacer, si darle el niño a Isidri o no hacerlo. Tras una conversación muy acalorada y debatir varios puntos de vista,  se efectúa una equilibrada votación y es Iñigo el que decide enviar una carta al Antiguo Toreador negándose a darle al niño, alegando que no es el momento adecuado. Sabiendo que esto les causará problemas con Isidri. Igualmente Iñigo envía una carta a su Sire, dándole la opción de quedarse con el talentoso niño para beneficio del clan Lasombra.

Mientras tanto, el niño recae y enferma. ha contraído algún tipo de desconocido mal. Su cuerpo se recubre de manchas que poco a poco se convierten en pústulas purulentas con muy mal aspecto.

Los frailes ortodoxos cuidan al pequeño sin saber qué le ocurre ni cómo ha contraído esta enfermedad, quizás la contrajo en la plaga de Netanya y le ha brotado ahora.

Albert examina al niño y deduce que puede ser un efecto secundario de la plaga a la que sobrevivió en Netanya. De alguna forma Nasser parece ser diferente, quizás algo en su sangre, o en lo más profundo de su alma, quien sabe. Pero Albert con su Disciplina Salubri, Valere, diagnostica al niño y dictamina con toda seguridad que se encuentra sano y fuera de peligro, alguien le ha dado sangre de vampiro, convirtiéndolo en ghoul y curando sus dolencias reaccionando con esas pústulas purulentas, ¿un Nosferatu?.

Los frailes de San Marcos reciben una carta de Roma firmada por el viejo Papa Celestino III, va dirigida al difunto Fray Enriqueto da Roma, hecha llegar por uno de los frailes de su grupo, ahora de camino a Sicilia con los valiosos documentos.

El poder superior de la Iglesia Ortodoxa, es el Patriarca de Constantinopla y no el Papa de Roma, ante éste último responden solamente los Cristianos Católicos. Con lo cual los frailes ortodoxos no tienen por que seguir los designios del Papa Celestino III, pero dada la sensible situación, las facciones cristianas deberían estar más unidas que nunca. Así que acceden a dar por válida la respuesta del Papa Católico Romano Apostólico con respecto al niño que acogen, al fin y al cabo solo es un niño inocente, quizás tocado con la mano de Dios.  

En la carta el Papa accede a la conversión del joven Nasser por el bien de la Iglesia Católica, acogiéndole a este a la misma.

Cadios busca y encuentra a su hermana Yasmina en las calles del barrio Armenio y le da su copia de fragmentos del libro de Nod. Son un presente para su Sire Varsik, ésta le dice que no conseguirá de su Padre tratos de favor con sus regalos. Cadios afirma no pretender eso, son tan sólo un presente como muestra de buena voluntad.


¿Qué hace una cabra en el jardín?
Jesper y Cadios deciden irse a los bajos fondos buscando un momento de diversión. Dicho y hecho, de taberna en taberna se alimentan de hombres y mujeres ebrios, razón por la cual ellos mismos se emborrachan bebiendo su sangre alcoholizada. Ambos vampiros borrachos, bailan, cantan y se divierten juntos hasta tal punto que cuando se despiertan a la noche siguiente en el refugio, hay una cabra pastando en el jardín y ninguno de ellos sabe cómo ha llegado allí. La resaca es horrible y en sus recuerdos son incapaces de recordar cómo ha llegado hasta aquí el cornudo animal. 

Yrian el Gangrel, con su Disciplina de Animalismo, habla con la cabra  y descubre que está completamente traumatizada por lo ocurrido anoche, pero no sabe bien cómo explicarlo.

Cuándo más tarde, aparezca Ekaterine, la Tzimisce, ésta será la pregunta qué hará nada más llegar al refugio: -Cadios, ¿me puedes explicar qué hace una cabra en el jardín?


Eddy, Caitiff
El carro de Eddy
Eddy es un bandido Caitiff conocido de los personajes, se vieron por primera vez en el desierto de Judá, camino hacia la Ciudad Oscura de Lesmes Sinester. Eddy y su banda de ladrones intentaron robarles e Iñigo Arista, el Lasombra, lo evitó utilizando contra él sus disciplinas mentales, humillandolo y frustrando sus planes de robo contra los personajes.

Aparece en la calzada frente al refugio de la cuadrilla, conduciendo un carro con lo que parece una gran jaula en la parte trasera del transporte, va cubierta con pieles. De su interior se escucha un leve rugido y emana un fuerte olor a animal húmedo. 

Eddy detiene el carro y en pie se dirige hacia los personajes: -Disculpad, ¿nos conocemos? … - el Caitiff continua pensativo -sí creo que me jodisteis hace unos meses … da igual, esto no es nada personal, solo me han pagado por ello, es un trabajo más… esto es vuestro.-

En ese instante acciona una roñosa palanca de metal que se encuentra junto al asiento del conductor, y al hacerlo ésta emite un molesto chirrido metálico. El carruaje deja al descubierto uno de sus laterales y abre una gran jaula oxidada con gruesos barrotes. De la jaula sale un indigente herido que cubre su velludo cuerpo con roídas pieles. El hombre sale a trompicones, parece herido o enfermo, o ambas cosas. Cae al  suelo y se levanta dando tumbos, apoyándose en el carro, mira a los personajes, su cara se torna en una mueca de odio y de su garganta surge un rugido gutural que parece ser su voz. Con mucha dificultad entienden al extraño hombre salvaje -fuisteis vosotros- dice, -matasteis a toda mi manadaaaaaaaaaaaggggggggghhhhh...

En ese instante su cuerpo comienza a mertaformosearse rápidamente, rompiendo sus huesos y tendones, desgarrando carne mientras se hincha y agranda. Pelo empieza a recubrir toda su piel, del trasero le nace una gran cola de lobo, de su cara surge un hocico enorme con  orejas puntiagudas y afilados dientes. Ante los atónitos ojos de los personajes el hombre se ha transformado en un ser mitad lobo mitad hombre, aunque la parte hominida queda claramente desplazada ante la lupina. Es enorme y su aspecto causa terror a los neonatos, como si fuera un enemigo ancestral de los vampiros. El ser, los mira de una forma salvaje y sus fauces se abren enseñando sus grandes colmillos de Garou. Es un Hombres lobo sediento de venganza, o como los llaman los vástagos despectivamente, un Lupino.
 
el lupino

Todo el grupo se prepara para el combate y empiezan a luchar valientemente contra el  peligroso hombre lobo. Yrian en cabeza con sus garras desplegadas, se enfrenta a la bestia sin fortuna en su ataque. Cuando llega el turno del Lupino de tres garrazos destroza a Yrian que muere con el musculoso brazo de la bestia traspasando su pequeño pecho. Yrian perece marchitándose ligeramente, ya que apenas tenía unos años de vampiro. Al menos obtuvo la muerte definitiva luchando contra un enemigo digno y a la altura, para él la esta fue la mejor forma de morir.
  
Albert el Salubri, con su espada teutona, bañada en sangre durante la tercera cruzada,  apunta su ataque a una de las zarpas del monstruo, atestando un gran golpe y dejando al lupino herido y con esa garra inutilizada. Klaus transformado en Zulo, su gran forma Demoniaca, muerde en el hombro al animal, arrancándole su herido brazo derecho. El Hombre lobo se ensaña con Klaus con gran celeridad pero este absorbe todo el daño de  sus golpes, quedando apenas magullado por sus zarpazos, su forma de Zulo le otorga una gran dureza de piel, al mismo tiempo que aumenta su atributos físicos. Cadios intenta utilizar su Quimerismo para cegar a la bestia pero por alguna razón no presta atención a sus ilusiones,es como si su fenesi le volviera inmune a la Disciplina del Ravnos. Cadios echa mano de su bolsa con monedas de plata, para lanzárselas, ya que el Ravnos recuerda que ese es el punto débil de los de su raza, pero por la tensión del momento no es capaz de lograrlo.

El ataque coordinado de los vampiros hace que los espadazos de Albert, más los mordiscos de Klaus maten por fin al lupino, que queda tendido en el suelo. Klaus que con su último mordisco se quedó con el brazo del animal en la boca, bebe de él toda la sangre que puede, notando una euforia que le hace sentirse capaz de hacer cualquier cosa, la sangre de lupino parece tener cualidades especiales, entre ellas los nervios de Klaus están a flor de piel y su autocontrol merma, la sangre de hombre lobo está alterando su comportamiento y azuzando a su bestia, a la que al final consigue apaciguar con un gran esfuerzo de fuerza de voluntad. Para terminar, cuando está más calmado, el Malkavian se come el brazo del Garou ahora de humano, a mordiscos, como quien disfruta de un crujiente tentempié. Mientras el cuerpo inerte del hombre lobo mengua y retorna a su forma humana, mutilado y herido debido a los ataques de los personajes.        

Alguien ha debido enviar a este monstruo para deshacerse de los personajes. ¿Quién los desea la muerte definitiva?…

De pronto, se percatan de algo, en el suelo de la calzada hay una alcantarilla semi abierta y un ser horrible desde el hueco les indica: –Por aquí rápido.- Al parecer estaba allí para ayudarles pero no lo percibieron por la tensión del momento.

Ekaterine llega en este mismo instante y con cierto reparo desciende con su grupo a las alcantarillas de Jerusalén, no sin gran temor, acordándose de la vez que Malkav, el Antediluviano, les advirtió de no bajar al submundo, bajo el alcantarillado de la ciudad, nunca jamás de los jamases debian hacerlo, si quieren seguir con no vida.


Itachi, Pj Tzimisce
Itachi, otro Tzimisce
Una vez en la oscuridad de las alcantarillas, se encuentran frente al ser horrible que los llamó, presuntamente para ayudarles del lupino, sin duda por su horripilante aspecto es un vampiro del clan Nosferatu. Este se presenta como Almagor, y quiere ayudarles. Tras él hay una sombra de pequeño tamaño se mueve por el túnel y un joven oriental se muestra ante los personajes. Atónitos por sus extraños ropajes y su peculiar aspecto y rasgos. Los personajes junto al Nosferatu, le observan y esperan ver cuál es la intención del recién llegado, `por supuesto incluyendo a Almagor.

El joven oriental se presenta como Itachi del clan Tzimisce, viene de Transilvania donde él y su Sire se han presentado ante el Conde Radu, el noble Transilvano que les acogió, por ello le debían al menos, que el propio Itachi viniera a Tierra Santa para ayudar a la chiquilla del propio Conde, Ekaterine de Balgrad. El joven extraño parece poco amigable, cayado y muy misterioso.

Ekaterine le da la bienvenida y lo presenta ante el grupo, pidiéndole máxima obediencia, explicandole que debe ayudarla y protegerla en todo momento. Después el grupo de neonatos le explican al recién llegado la situación actual y el nuevo Tzimisce, claramente deshubicado, les acompaña en silencio y sin llamar mucho la atención.
 

Almagor, Nosferatu
Almagor, el Nosferatu
Los personajes agradecen al Nosferatu la intención de ayuda, aunque han reparado en él tras haber dado muerte al Lupino. Almagor se presenta y les explica orgulloso el significado de su nombre en lengua judía: indestructible. Tras esta extraña introducción les dice que no estaba allí por casualidad, estaba protegiendo al pequeño Nasser de un pérfido Toreador.

Almagor es un joven Nosferatu de Jerusalén y cuenta que suele frecuentar el monasterio de San Marcos, ya que él lugar le recuerda a su infancia, esos frailes ortodoxos ayudaron a su familia judía cuando todos fueron expulsados de Jerusalén por los Cristianos Romanos.  Así que se crió en secreto en esa iglesia, oculto a ojos de todo el mundo, como siempre ha vivido y ahora vive.

El Nosferatu vio al Toreador Al-Isidri rondando al niño, y no le gustó nada, no parecía tener buenas intenciones hacia el niño. Así que se le ocurrió darle de beber al niño  su sangre mezclada con comida, por supuesto todo esto ofuscado y en secreto. Contaba con que le afeara su aspecto u olor lo suficiente para ahuyentar al Toreador, conoce los gustos de esos refinados vampiros, pero no pensó que le afectara tanto físicamente, ya que enfermó incluso, no sabía que venía de sobrevivir a una plaga en Netanya y su debilidad hizo que la sangre del Nosferatu le afectase tanto. 

Nasser enfermó y su cuerpo se cubrió rápidamente de pústulas, algo muy atractivo para el Nosferatu, por cierto. Su intención no era dañar al niño, si no alejarlo, por su aspecto, del Toreador y después dejarle vivir tranquilo. Por supuesto después dejaría de darle sangre, solo fue por esa buena causa. Almagor con una voz áspera, se disculpa ante los personajes: -Lo lamento de veras, no sabía cómo decíroslo, ya que veía que también deseabais el bien del niño, y queríamos lo mismo. Os espíe a hurtadillas, esperando el momento adecuado. Pero mi falta de valor me impidió aparecer ante vosotros, hasta ahora y el azar hizo que ese lupino estuviera ante vuestro refugio cuando decidí contactaros. 

Cuando el Nosferatu pregunta de donde son los personajes y estos le dicen que residen en el barrio Cristiano, Almagor explica que ellos al ser católicos, por las leyes de Caín, deben pleitesía a su antiguo, que en este caso es el Padre Pialuro, el Lasombra y responderán ante él si rompen las tradiciones en el barrio Cristiano. No hay Príncipe en Jerusalén, pero no quiere decir que las tres facciones que conviven en la cuidad no tengan jerrquía. Judíos, Cristianos y Musulmanes, en cada barrio impera una de estas jerarquías, los clanes son variables en cada facción, a groso modo hay Lasombra y Ventrue en la Cristiana, Tremere en la judía y Assamita en la musulmana, el resto de clanes conviven indistintamente con cada facción.

Ekaterine molesta con la actitud de liderazgo de Iñigo Arista, el Lasombra y aún enfadada discute con Almagor y los aires de superioridad de la Tzimisce hacen que el Nosferatu se ofusque y se largue enojado después de haber indicado que podía intercambiar con ellos valiosa información. Cadios en solitario decide ir a buscar al ofendido Nosferatu, seguramente que tendria información muy útil.  


El abrazo del niño
Almagor cuenta esto a Cadios, que es el único que le ha esperado en el alcantarillado después de que el Nosferatu se fuera:

Isidri, acompañado por sus chiquillos se ha presentado ante Nasser. Almagor, a solas, sin ayuda de nadie, se interpuso entre en niño y el Toreador. Isidri explicó al Nosferatu que sus lazos con Sicilia le otorgan una influencia Cristiana, a raíz de una vida de servidumbre ante su antiguo señor, el Rey de Sicilia. Los recursos e influencia de Al-Isidri apoyarán a los Cristianos de Jerusalén en la inminente cruzada, acto que le abrirá las puertas ante los Cristianos de la ciudad. El Antiguo Toreador enseña al Nosferatu una carta donde se lee que ha pedido permiso a la facción Cristiana para abrazar a Nasser, concretamente al Padre Paliuro Rustucci, Antiguo Lasombra. Y ya tiene su permiso para abrazar al niño, nada menos que por escrito, impedírselo seria ir en contra de una de las Tradiciones de Caín y del Señor Lasombra de Jerusalén. 

No hay nada que hacer, es una Tradición y cuenta con el apoyo del Antiguo Cristiano. Si Almagor lo hubiera atacado, estaría enfrentándose nada menos que al viejo Lasombra, antiguo Príncipe de la ciudad y le estaría dando la excusa perfecta para que lo mataran: -Adelante, atacame, lo pagarás con tu sangre. - provoca al Nosferatu el Antiguo e impertinente Toreador. 

Pero Isidri no ha cesado en su empeño hasta que ha conseguido abrazar a Nasser, el talento de Netanya. Almagor le ayudó al niño a curar sus heridas dándole de beber de su Vitae y enseñándole a curar las pústulas con ella, ¡al fin y al cabo los ghouls pueden usar la vitae de sus amos para sanar sus heridas!.

Al-Isidri, sedujo al niño con la promesa de la inmortalidad y lo abrazó. Nasser ha sido ya iniciado en las costumbres Cainitas. Poco después lo presentó a su benefactor, el Antiguo Lasombra el Padre Paliuro Rustucci. Ahora Nasser es chiquillo de Isidri.


La enseñanza de Nasser
El hermano Bernardus es elegido por Isidri para que este le enseñe la ciudad y da a sus chiquillos da la tarea de vigilar a su joven hermano Toreador, el neonato Nasser,  mientras su atareado Sire se dedica a sus quehaceres en la ciudad, no pudiendo ocuparse aún de la formación del joven en este momento.

Jesper el Malkavian acompaña a Bernardus por la ciudad y mientras éste le explica a Isidri cada detalle importante, Jesper habla con sus chiquillos. Estos le cuentan que Nasser ya es vampiro y que todo está amparado por las Tradiciones y secundado por el Antiguo Lasombra del barrio Cristiano.

Una vez aprendidos los conceptos básicos, el niño es puesto al cargo de los frailes del Monasterio de San Marcos, presenciados e influidos por Al-Isidri. Explicando la enfermedad del niño como una alergia al sol y para curarla deberán darle sangre para beber y alejarle del fuego.

Nasser ahora curado, aun conserva alguna marca en su piel, recuerdo de la sangre de Nosferatu que recorrió sus venas antes de su abrazo Toreador. El niño está triste, había aceptado ser hijo de Fray Enriqueto y le apena su muerte, ahora que conoce toda la historia. No le gusta su nuevo padre, su Sire Al-Isidri , él no lo ha elegido. Pero cada vez le cae mejor, sabe que acabará encajando en su peculiar familia.

El niño ha quedado cautivado por la arquitectura y el arte de la Ciudad Santa, gracias a los lazos vampiricos de su Sire, el neonato ha recibido ofertas de trabajo de empobrecidos monasterios que necesitaban iluminadores y restauradores.

Jesper acuerda con Isidri una reunión con sus señores Tzimisce para que le quede claro que la decisión de no dejarle al niño fue únicamente orquestada por el Lasombra Iñigo, que ahora se ha ido de la ciudad, para tratar sus asuntos. El Malkavian se disculpa y coincide con el Antiguo Toreador en que se han equivocado dándole la espalda a una alianza con él.

El Malkavian cuenta después, todo esto a Duyal y éste envidioso e impotente jura venganza ante los personajes, mientras llora sangre por Nasser.

Cadios lleva los restos de Yrian al desierto, para que sirvan de alimento a los carroñeros. De paso se agencia la copia del fragmento del libro de Nod que el Gangrel portaba y también se queda con la estaca bellamente labrada, que Cadios y Jesper le regalaron en su cumpleaños.


El constructor de Templos
Duyal muy afectado y apoyado por algunos de los personajes, les cuenta que a los pocos meses de su llegada a Jerusalén, siendo ya vampiro, conoció al anciano Toreador, al más viejo de todos, lleva en Jerusalén miles de años, desde que la ciudad existe. El constructor del Templo de Salomón, el viejo Elsh. Duyal encontró en él un espíritu afín, desde entonces ambos disfrutan de sosegados anocheceres juntos, debatiendo sobre sus intereses comunes en el empleo del arte para exaltar lo sagrado.

El Toreador está pensando en pedir ayuda con este asunto a Elsh, El Constructor de Templos, a él se le escapa de las manos. Pero al mismo tiempo no quiere molestarle con asuntos triviales para alguien tan anciano como él. 

Les pregunta a los personajes su opinión y Duyal escucha atentamente sus respuestas. Estos le aconsejan que debería decírselo, si realmente son amigos, le ayudará.

Duyal queda con Elsh, en la cúpula de la Roca, en el barrio árabe, es el corazón de la ciudad y el Templo más importante para los musulmanes de Jerusalén. Invita a los personajes a acompañarle si prometen ser discretos y amables con el Primogénito Toreador.
 
La Cúpula de la Roca

Mientras se encaminan al sagrado lugar, el Toreador va explicando el significado de la Cúpula de la Roca: La Cúpula de la Roca o el Domo de la Roca, en árabe, Qubbat al-Sakhrah, en hebreo, Kippat ha-Sela, es un monumento islámico situado en Jerusalén, en el centro del Monte del Templo. Los musulmanes creen que la roca que se encuentra en el centro de la Cúpula es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, acompañado por el ángel Gabriel. En honor a dicho episodio de la vida de Mahoma, el noveno califa, Abd al-Malik, construyó el edificio entre los años 687 y 691.

Elsh, Primogénito Toreador

Los credos judío y cristiano afirman que fue en ese lugar donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac por orden de Yahweh, y donde Jacob vio a su vez la escalera al cielo, según los relatos del Génesis. El Islam recoge también la tradición del sacrificio de Abraham, aunque en la versión islámica el hijo no era Isaac sino el primogénito, Ismael. Según la tradición judía, desde esta primera piedra se construyó el mundo. Allí fue erigido el Sanctasanctórum, la parte más sagrada del templo de Jerusalén. Sin cambios esenciales durante siglos, la Cúpula de la Roca es uno de los más preciosos tesoros arquitectónicos del mundo.

El significado de este sitio emana de tradiciones religiosas monoteístas ligadas con la roca a la que preserva la cúpula dorada: conocida como la "Roca Fundacional", la misma es considerada un importante punto de referencia por los monoteístas. Los personajes se encuentran ante un lugar imponente donde la fe impera y su poder repele a los vampiros.

Duyal se presenta ante Elsh, que en ese momento está admirando la estructura interna del Templo, cuya construcción fue supervisada seguramente por él mismo en la antigüedad. Duyal le explica la situación con Nasser. Elsh habla con una pausada parsimonia y en sus frases se percibe un aura de misterio:

-He conocido a Nasser, la noche pasada, fue por casualidad, me quedé embelesado horas mientras copiaba un alumbrado en un manuscrito y lo mejoró, sin duda es capaz de crear sin copiar, es un verdadero artista, un niño Maestro, hacía mucho tiempo que nadie llamaba así mi atención, yo un viejo Toreador … sentí lo mismo con uno de mis chiquillos, Lazarus ... - Elsh se queda pensando con aire nostálgico durante unos instantes- por cierto Duyal amigo, en niño me recuerda a ti.- En ese momento Duyal llora sangre y se pone tremendamente triste.

Duyal se da cuenta, sin hablar, de que Elsh, no va a ayudarle con su venganza, y mirando a los personajes les niega con la cabeza con cierta resignación. Después con mucho respeto se dirige al Primogénito Toreador y le dice: -Tengo todo listo para cazar mi Señor, tenemos a uno en plena faena- Elsh mira a los personajes y les sonríe diciendo: - De vez en cuando cazamos juntos, con mayor frecuencia cuando localizamos a un fanático dañando los templos que yo construí- Sonríe malévolamente -Parece que Duyal ha encontrado a un profanador al que le ha llegado su hora…

Poco antes de que los Toreadores abandonen el Templo, Cadios le cuenta a Elsh que un nieto suyo de más de dos mil años, Gabriel, ha despertado recientemente y que está ahora mismo en Tel Aviv.

Elsh, arquea las cejas, pero se ve que no esta interesado en nada más que en cazar con su compañero, y se va diciendo: - “No sois los dueños de vuestro destino, cuanto antes lo asumáis mejor para vuestras vidas de neonatos. Los finales felices son historias sin acabar”

Ambos Toreadores, Duyal y Elsh, se van a cazar al profanador y dejan solos a los personajes, departiendo sobre qué hacer en el asunto que les acucia, en tan Santo lugar, La Cúpula de la Roca.


La encapuchada
La encapuchada
Una encapuchada muy atractiva y misteriosa se presenta en un callejón cualquiera del barrio judío. Con voz pausada y tenue les dice que les puede dar mucho por las valiosas páginas que han adquirido. Sólo tienen que ponerles un precio y decírselo en una noche. Tras lanzar la misteriosa proposición, la encapuchada desaparece.

Los personajes discuten y Albert y Cadios deciden no ir a la cita con la misteriosa encapuchada. El primero por considerarlo innecesario y el segundo por sentirse utilizado por la Tzimisce.

La noche siguiente, vuelven a encontrarse en el mismo lugar y la misteriosa encapuchada pregunta por las páginas y por que estarían dispuestos a cambiarlas. 

Itachi, el Tzimisce,  pregunta cuál es su facción, ya que sin saberlo no van a negociar; a pesar de que la encapuchada advierte de que no será bueno para nadie saberlo, Itachi insiste y esta les acaba diciendo que en un país lejano del norte, sus clanes están en guerra, por lo que deducen que son Tremere, pero prometen por el bien de ambos mantener el secreto, ella también se juega mucho, no todos en su facción estarian de acuerdo con este encuentro.

Ekaterine ordena a Jesper que le de a la atractiva encapuchada su copia del fragmento del libro de Nod, este se la da sin pestañear y la Tzimisce le pide a cambio de ella, influencia en la facción Cristiana, concretamente entre la iglesia Ortodoxa, segundo poder tras los católicos de Roma. La encapuchada  concluye la transacción comercial con los personajes accediendo a la petición y recibiendo uno de los dos documentos ahora y el otro cuando la influencia esté en manos de la Tzimisce y sea efectiva del todo.

Para concluir les dice que hay rumores de que pululan por Jerusalén más páginas del libro de Nod llamadas: Prefacio. Si las consiguieran para ella, las pagaría muy bien.

Durante las noches siguientes Ekaterine recibe su pago y concluye el suyo dando la otra parte del libro de Nod como acordó con la encapuchada. Ahora la Tzimisce controla a los sacerdotes ortodoxos del barrio cristiano, que tienen como cabeza de su iglesia en la ciudad al Patriarca de Jerusalén, bajo el mando del Patriarca de Constantinopla.
 

En la oscuridad del jardín
Jesper había concertado una cita con Al-Isidri y sus compañeros, y este prometió hacerles un hueco antes de irse de la ciudad hacia su próximo destino, Lisboa.

El encuentro tuvo lugar en el mismo jardín florido del barrio musulmán en el que se habían encontrado hace unas noches, pero con una diferencia, esta vez estaban ellos solos, sin música, sin comida, sin guardias, sin humanos y sin el glamour de la nobleza.

Por una parte Isidri y sus dos chiquillos, acompañados de su nuevo hermano el neonato Nasser, al parecer sano, a pesar de su nuevo aspecto frágil y pálido. Por otra parte se encuentran los personajes exceptuando a Albert y Cadios, que no consideraban importante acudir a dicha reunión, por cierto, Cadios concluirá la noche en el lecho de la bailarina de la otra noche. También está Rashid, el Assamita que se encuentra presenciando el encuentro, no le interesa que haya violencia engendrada por enemigos en su territorio. 

Jesper se va a jugar con Nasser, que ahora es vampiro parece muy contento con su nueva no-vida y con su Sire al que adora cada vez más.

Al-Isidri rompe el hielo del encuentro disculpándose ate Ekaterine, por su ultimo encuentro en Tel Aviv, no fue muy caballeroso por su parte, y no se enorgullece de esa fea actuación. Todo parece muy cordial hasta que el Toreador saca el tema de la muerte de Yrian diciendo que se merecía todo lo que le pasó, por atacar a uno de sus criados y decapitarlo, tiene su merecido castigo por tamaña ofensa. Ekaterine sin dejarse avasallar le desea buen viaje y que no le ataquen los lupinos, como el que les atacó a ellos cuando no se llevaban bien, qué casualidad… 

Jesper para despedirse de Nasser le dice en bajito al oído: - Portate bien, comete todas las verduras y no olvides acostarte en tu pequeño ataúd antes de que amanezca.- El niño asiente y sonríe mientras Jesper, el Malkavian, le da las gracias.

La tensión se palpa en el ambiente y ambos grupos se despiden ante la atenta mirada de Rashid, el Assamita que esboza una sonrisa mientras ve a los rivales con sus nervios a flor de piel y a punto de enzarzarse en un mortal desenlace, los preferidos de Rashid.