CAPITULO 16: Per Oculos III





Per Oculos
(A través de sus ojos)
Tercera parte

Conspiraciones en Constantinopla
Ekaterine regresa de hacer un viaje a Constantinopla. Tras conseguir cierta influencia en el barrio cristiano, entre los griegos Ortodoxos, la Tzimisce decidió afianzar bien este “regalo” de sus rivales Tremere para después no tener sorpresas. Los Griegos Ortodoxos, habían sido elegidos por los musulmanes para encargarse del Santo Sepulcro, cuando recuperaron la ciudad de los Cruzados. Así que es evidente que aunque tienen un origen común con los Católicos, ahora mismo no son aliados precisamente. Los griegos Ortodoxos son la base de la Iglesia Bizantina y tienen su punto neurálgico de poder en Constantinopla, la Joya de Bizancio. La máxima autoridad en esta religión es el Patriarca de la capital del Imperio Bizantino y como tal tiene mano a la hora de elegir a los Patriarcas de las demás ciudades donde se profesa esta religión. 

Ekaterine, Tzimisce
Ekaterine con sus habilidades cortesanas, se sumerge en el caldo político en el que nada como pez en el agua y allí, mueve los hilos necesarios para obtener el beneplácito del Gran Patriarca de Constantinopla con respecto a la nueva elección del Patriarca de Jerusalén, en plena acción descubre que hay intereses opuestos de enemigos de su familia. Sus fuentes le habían alertado del gran secreto del Patriarca de los Patriarcas, y es que hace tiempo que solamente creía en un solo dios y su nombre era DINERO. Con este Dios de su mano había conseguido comprar lo necesario para mantener vivo el monstruo de la fe. Al saber este secreto Ekaterine había conseguido tener una audiencia a solas con el Patriarca para regalarle un Vino de su tierra, uno muy especial que se llamaba “Vitae de Ekaterine” Ya estaba brindando y había escrito la recomendación para que la Tzimisce se encargará de aconsejar al Patriarca de Jerusalén, e incluso pudiera cambiarlo si lo consideraba necesario, Ekaterine ya estaba brindando con él y había conseguido la carta firmada de su puño y letra, carta que le otorgaba el verdadero poder que los Tremere le habían ofrecido pero sin la opción de volverse contra ella, no se acababa de fiar de los Brujos, toda precaución era poca. Solo había que esperar a que esta recepción terminase y a que los nuevos lazos que el Patriarca sentía por la Tzimisce diesen sus frutos, pero algo salió mal. El Patriarca comenzó a ahogarse en su presencia y en cuestión de segundos había muerto sobre la mesa de su escritorio. Ekaterine miró el cuerpo y pensó que sus enemigos habían movido ficha, tenía que salir de allí lo más rápido posible. La Tzimisce cogió la valiosa carta y encapuchada desaparece en sigilo.

Durante el viaje de vuelta pensaba en la jugada maestra de envenenar la misma copa que Ekaterine había utilizado para vincularle. Sabía que una acción tan ambiciosa no sería tan fácil de mantener.

Argus Alexopoulos
 Patriarca de Jerusalén
Ahora, tras varias semanas,  se encontraba de nuevo en Jerusalén y el Patriarca actual tenía una cita con ella. Este si era algo creyente por lo cual la incomodez ante él era evidente, podía achacarse a ser una cortesana ante la gracia del elegido por el Patriarca, máxima autoridad de Dios en la tierra. Argus Alexopoulos Patriarca de Jerusalén, todos su séquito de sanguijuelas le habían dado paso a Ekaterine de Balgrad para una confesión personal con la autoridad de la iglesia Griega Ortodoxa en la ciudad. Ekaterine se dejó besar la mano y con el malestar de la fe y el temor de estar ante alguien tocado por la mano de Dios le dio la carta     que leyó con calma, tras lo cual elevo sus ojos con miedo mirando a la bella mujer y preguntó con voz temblorosa: -Mi señora, ¿cuál es nuestro siguiente paso en Jerusalén?- tras lo cual se arrodilló y extendió la enjoyada mano para que la Tzimisce la besara. Ekaterine tan solo roza su mano y explica: -De momento me gustaría ubicarme en la ciudad. Sé que eres un hombre justo y sabio, brindemos por nuestra alianza - la noble saca un pequeño zurrón de piel curtida y en él una pequeña botella de vino mezclado recientemente con su sangre. El Patriarca coge raudo dos copas de plata y sirve tembloroso el vino. Brindan y beben y de la boca del Patriarca comienza a salir un humo negro, como si algo ardiera en su garganta, sin duda el efecto de la Vitae de la Tzimisce en un hombre con fe. El humano paralizado del terror no puede explicarse esta situación y Ekaterine le resta importancia argumentando que el vino debe estar en mal estado. La Tzimisce a pesar de ver esta muestra involuntaria del poder de la fe, mantiene la compostura a pesar de que la bestia interior comienza a avisar del peligro mortal y el temor empieza a asomar tímidamente por todo su ser. Ekaterine se despide cordialmente y el Patriarca afirma estar a la espera de sus órdenes.


Xaturanga entre rejas
El Tzimisce oriental había decidido buscar respuestas en las ciudades cercanas a Jerusalén, y había resuelto varias de estas preguntas en este corto viaje. Caminando por las calles del barrio judío un carruaje enrejado pasa por delante de él por un ventanuco entre los barrotes le parece ver un encapuchado que le resulta familiar. Sigue el carruaje hasta el barrio musulmán y se encuentra frente a la cárcel de la ciudad, situada cerca del palacio real. La celda móvil ya se encuentra vacía y el preso estará ya en su celda.

Itachi se cuela en la cárcel en sigilo y una vez en las mazmorras, tinieblas, olor a orines, humedad y ratas campando a sus anchas. El agujero más infecto y perdido de la mano del hombre, el infierno en la tierra. Una voz familiar desde uno de los calabozos le dice: -Jericó, una gran ciudad donde lo más notable son sus gigantescas murallas. Debió temer lo que fuera de ella moraba ...- La voz viene del interior de una celda en la que un encapuchado se encuentra sentado en una silla y en la mesa ante él, un tablero de Xaturanga con las piezas en posición de inicio, las blancas en el lado de los barrotes, las negras frente al misterioso preso.

Itachi, Tzimisce
La voz es áspera, misteriosa y las manos son fuertes, como las de alguien curtido. La capucha no deja ver su cara pero su acento es extranjero. No sabrías decir de dónde. Todo lo ve Itachi a través de unos gruesos barrotes qué apresan al misterioso hombre de la toga negra. El hombre es un preso más, no tienes silla para sentarte. Pero te pones frente a los barrotes de su celda, frente a la mesa con el tablero y las fichas blancas y negras...

-Te toca empezar con blancas esta vez, y guarda bien tu elefante, la última vez fue tu perdición. Debemos resolver las tablas de la última vez.-

Itachi mira al misterioso hombre y apunta: -estoy de acuerdo. Por cierto, estabas mejor en la cárcel de Jericó pero me alegro de verte.

El hombre aparentemente parece humano se prepara para jugar. Ambos juegan al Xaturanga, un juego Persa de estrategia, de origen Indio, que pasó a China a Japón y a Persia. Simulación de una batalla entre dos ejércitos que le enseñaban los persas a sus príncipes para aprender estrategia.

Ambos juegan muy bien, pero Itachi está un poco oxidado, recuerda las partidas que jugaba con su Sire. El encapuchado habla mientras juega: -algunos lo llamaban demonio, otros, monstruo. Los sabios entre los rabinos decían que estaba maldito con la sangre de Caín. Es una sombra entre las sombras, una leyenda entre los legendarios. Afirman haber visto la forma del color del desierto de pie en la parte superior de las murallas de la capital, en el ocaso cuando el viento forma de repente una tormenta.  -¿has averiguado algo más sobre la leyenda de Mandalay?-

Itachi, muy concentrado en el juego susurra –Dicen que es Salubri, Tzimisce, diferentes clanes, diferentes versiones- el Tzimisce oriental hace su último movimiento y quedan en tablas, el misterioso encapuchado dice decidido –Otra vez tablas - El encarcelado recoloca las piezas diciendo: - En ocasiones lo que buscas lejos, está delante de tus narices pero eres capaz de verlo. ¿Volverás a jugar otra noche?, dos partidas, dos tablas, esto hay que solucionarlo – Itachi responde, -por supuesto… por cierto no se tu nombre – el encapuchado responde –No te lo dije, los nombres no son importantes. Buenas noches – Y tras despedirse Itachi sale del lugar sin hacer ruido e inmerso en sus pensamientos.

De pronto un carruaje llamativo pasa por delante de él, y para cerca de la Iglesia del Santo sepulcro, ese lugar santo que alberga la tumba de Jesucristo y que tanto temor origina en los Vampiros. Del carruaje escoltada por monjes griegos Ekaterine de Balgrad sale apresurada y entra en una villa cercana al templo.

Itachi, conoce a la hermana de clan y la espera junto al carruaje, cuando Ekaterine sale del lugar, sonriendo, se topa con el Tzimisce oriental y se saludan. La Tzimisce le invita a entrar en su carruaje e Itachi la explica la situación actual con los Tremere. Ekaterine da la orden al cochero para que le lleve al barrio musulmán y antes de entrar llamando la atención ambos Tzimisce se encaminan en silencio hasta la futura capilla Tremere.


Vadjanosz, Tzimisce
Una cuadrilla de Vástagos
Mientras nuestros protagonistas emplean su tiempo en diferentes menesteres. Comienzan a tener conversaciones en secreto y a enviar cartas a contactos que puedan ayudarles en esta difícil situación: La vigilancia de la reforma de la futura Capilla Tremere, recientemente atacada por un Szlachta Tzimisce de Bogdan el tío vampírico de Jaroslav Vadjanosz, fugitivo del clan.

Sobek el Nosferatu se encuentra aburrido sentado en una esquina de la Capilla del barrio musulmán, cerca de él tocando una flauta imaginaria Jesper el Malkavian se entretiene como un niño sin problemas. Dragomir irrumpe en el lugar preguntando por el mal olor que proviene del Nosferatu, recordemos que vive en las cloacas. A Sobek no le sienta bien la insinuación de que huele mal y se encara al mercenario Tzimisce, le saca casi una cabeza, y su cuerpo de monstruoso reptil impone a Dragomir que se reafirma empezando a enfadar al Nosferatu. En ese momento entra Vadjanosz y al ver la tensión
Sobek, Nosferatu
entre el Tzimisce y el Nosferatu, aconseja al hermano de clan que no se meta en asuntos de otros clanes. Jesper se acera a presentarse a  Vadjanosz y le dice que es hermano de Klaus, el Tzimisce confundido empieza a entender que todas las personalidades viven en un único cuerpo. Una vez disipada la tensión a petición de Jesper, Vadjanosz cuenta historias de Transilvania, historias de guerras Tzimisce y Tremere, de traiciones de hijos a padres y de enfrentamientos familiares que pasan de generación en generación sin olvidarse nunca.

Cadios, Ravnos
Entra Cadios canturreando una tonadilla obscena y saluda a los presentes. La conversación se torna a preocupación por los Assamita, ya que la capilla se encuentra en pleno barrio musulmán. Jesper propone ir a buscarlos y aclarar el asunto a la cara. Idea que desechan asegurando que Mara se encargará de ellos, al fin y al cabo eso es lo que dijo en su día.

Cadios expone porque cree que no hay Príncipe en la ciudad, nadie estaría lo suficientemente loco para desequilibrar la balanza entre facciones y sería sin duda el blanco perfecto.

Hablan del ataque del Szlachta y del temor de un posible ataque diurno cuando llaman a la puerta de la Capilla. Son Itachi y Ekaterine que entran y saludan a los presentes. Tras las presentaciones de rigor Cadios que juega con unas cartas propone a Itachi jugar y el Tzimisce le dice que solo juega a Xaturanga, el Ravnos no conoce el juego e Itachi le ilustra, proponiéndole que si consigue un tablero y sus piezas, jugarán con él para
Jesper, Malkavian
determinar quien es mejor estratega. Cadios propone a Itachi que si le enseña a jugar él le contará un secreto del Lasombra que reside en el barrio Cristiano y escupe su mano con sangre ofreciéndosela al Tzimisce a lo que le responde –date por escupido-. Cadios cuenta al grupo que una vez fue a ver al Padre Paliuro Rustucci, Lasombra, para presentarse y vio que se reflejaba en un espejo de su biblioteca. Los Lasombra no tienen reflejo, esa es una de sus debilidades, preocupante ante los humanos. Llegan a la conclusión de que no es Lasombra o que el espejo está hechizado.

Cadios pregunta a Ekaterine por su viaje a Constantinopla y ella afirma haber afianzado su recién adquirida influencia en el barrio cristiano. Jesper y Cadios explican a Ekaterine e Itachi las novedades en su empresa con los Tremere.

Ekaterine pregunta a Vadjanosz como ha acabado aquí y este le responde que rompiendo lazos con Transilvania, no están muy contentos con él. Ella le explica que su
Dragomir, Tzimisce
amado Sire es El Conde Radu de Transilvania, y solo le sirve  a él, Vadjanosz afirma haber sido embajador del Conde, y no llevarse especialmente mal con él, pero no siente simpatía por ninguno de esos esclavistas sin escrúpulos. Ekaterine insiste en que sólo hay un único Rey e la noche, y es su Sire Radu. Jesper se acerca a Vadjanosz muy contento y le confiesa que él también es embajador del Conde Radu. Al parecer hay muchos lazos con la vieja y lejana Transilvania en Jerusalén.



Adam ilustra
Adam visita a los personajes para ver cómo va la reconstrucción de la Capilla. Cadios presenta a su compañera como Ekaterine “la sabia”. Adam está inquieto ya que no empezará su aprendizaje hasta que esté en funcionamiento. Habla con ellos y les pregunta por los Assamita de Jerusalén, ¿cuál es su estructura?, ¿quien es su líder? Adam se responde:

-Simplemente están ahí. Nadie sabe mucho de ellos, ni cuántos son, ni quién los lidera, ni qué quieren hacer. Deberían tener el respaldo del gobierno musulmán,  pero si así fuera serían Príncipes y expulsarían a los cristianos. El equilibrio parece evidente, vigilan todos los bandos, tienen espías en todos sitios, puede que estén escuchando esto.- Adam mira al techo de la mezquita.

Es evidente que Vadjanosz desconfía claramente del Capadocio, no se fía de sus oportunas intervenciones.

Adam, Antiguo Capadocio
-Si quisieran la ciudad, ya la habrían reclamado, esperan su momento, cómo un lobo herido. Se dice que Alamut tiene aquí un espía, y sí esto es cierto, su aspecto no tiene por qué ser musulmán. También es obvio, bajo mi punto de vista, que tienen que tener diferencias en su forma de actuar, o de llevar la situación. Hay mucho odio y venganza acumulada, retenido ¿Por cuánto tiempo? Son un enigma. Si tienen líder, debe estar haciendo un trabajo titánico de contención, o ser alguien muy poderoso o temido para que nadie le discuta su situación en Jerusalén. Pero esto son suposiciones mías. También puede ser que no haya nadie con poder suficiente, y sean cabezas individuales y poco poderosas. Sí sé que en la Primera cruzada murieron muchos Assamita en la toma ciudad. Durante las semanas sangrientas, muchos y muy poderosos. Puede que tenga su repercusión ahora, cien años después. No estoy de acuerdo con la guerra. Sigo la senda del cielo, dios es amor, el sufrimiento es parte de la vida y de la no vida, es nuestro pago por el libre albedrío. Dios es sabio.

Últimamente paso mucho tiempo en las bibliotecas musulmanas y cristianas. Y son increíbles las similitudes que hay en ambas civilizaciones. Incluyendo sus ambiciones e intereses. Por eso su equilibrio. En realidad la guerra no le interesa a nadie. Es una pérdida inútil de vidas y de saber que no lleva a nada bueno para nadie. Y creo que Mara puede contribuir a esta estabilidad. Si hubiese posicionado su Capilla en el barrio Cristiano o judío, seguramente los Assamita lo hubiesen tomado como un movimiento de poder de una facción rival y hubiesen actuado, seguramente causando una masacre en cadena...

Sin embargo así los Assamita pueden controlar en su barrio las actividades de los Brujos y  aplastarlos fácilmente. Por eso Mara no va a darles excusas a los Assamita para atacar. Seguramente este movimiento de Mara a quien más perjudique sea a los cristianos o judíos, por no sentirse respaldados. Por qué lo qué tengo claro es que ninguna facción religiosa controla el destino de Mara,  por eso he elegido su camino. Para camino del cielo ya tengo a mi sire Abraham.

El beneficio para los Assamita de que los Tremere se muden a su barrio es potencialmente igual o mayor que el de Mara. Menos poder para el resto. Ningún movimiento estratégico se hace sin pensarlo.  Deberíais actuar igual. Yo por ejemplo, necesito evolucionar, tras  sopesar, investigar y hablar, he tomado una decisión. Vosotros deberéis tomar la vuestra.-

Los personajes dejan manifiesto a Adam de que Mara tendrá que encargarse de los Assamita. Cadios aprovecha para preguntarle por sus asuntos, a lo que el Capadocio dice que sus ghouls se están encargando de todo.

Una vez Adam se despide Vadjanosz pone encima de la mesa su desconfianza por el Capadocio y pregunta su opinión al resto. Cadios dice que es sabio, sin duda y que sus conocimientos son muy útiles.

Comienzan a organizarse para hacer las guardias nocturnas del lugar, Itachi y Dragomir hacen la primera y patrullan el perímetro de la vieja construcción. Sobek escala al techo donde ve cuatro viejos y sucios ventanucos, inaccesibles y atascados por el paso del tiempo. También encuentra una salida al tejado, una vieja trampilla deteriorada y atorada por la humedad y el calor.

Jesper y Cadios van a buscar al barrio judío a Amelia, la ghoul de Mara, o la encuentran, suponen que estará ocupada con la coordinación de la restauración de la Capilla.


El acuerdo con Varsik
Cadios con contactos previos se encarga de que Varsik y Mara, se encuentren. Su prestigioso Sire Varsik, conocido como el mejor mercader de Jerusalén, alguien que en esta situación de falso orden, de caos calmado, puede beneficiarse de múltiples acuerdos con las diferentes facciones. Y Mara, la futura Regente de la Capilla de Jerusalén, hasta ahora en las sombras y sin relevancia vampírica, tendiendo lazos cordiales con vástagos de varios clanes.

Varsik, Antiguo Ravnos
El fin del encuentro propiciado y organizado por Cadios, es cerrar un acuerdo mercantil por el cual Varsik se encargará de conseguir los mejores materiales para la reconstrucción de la Capilla. Mara había accedido ante Cadios, pero su Sire desea que el acuerdo se cierre en persona y con testigos de la Estirpe.

Itachi y Vadjanosz, se encuentran en la Capilla, mientras los demás cazan o se encargan de sus asuntos, mientras tanto hablan sobre la anómala situación con los Tremere cuando alguien llama a la puerta y entra.

Varsik hace su aparición, es un hombre de aspecto astuto de origen armenio, que desprende un carisma combinando una embriagadora modestia y una seductora confianza. Sus intensos ojos son brillantes y su atavío discreto para ser un Ravnos. A su lado está su chiquilla Yasmina, una niña triste, de grandes ojos y pelo rizado y negro. Su ropa es bastante harapienta para suscitar compasión, parece inofensiva, rápida ágil y viva. Mira
Yasmina, Ravnos
curiosa a los dos Tzimisce. Sobek aparece subiendo del sótano comiéndose el pulmón de su última víctima, los presentes le miraron con cierto asco y el guarda su comida para más tarde.


Varsik explica que viene a cerrar un acuerdo con Mara, propiciado por su chiquillo Cadios y mientras los Tzimisce se miran extrañados ambos Ravnos pasean por la estancia, fisgando en cada hueco.

Llegan Cadios, Jesper, Dragomir, Sobek y Ekaterine y Yasmina saluda sonriendo a su hermano Cadios, claramente se encuentra fuera de lugar, pero el Ravnos la sube a caballito sobre sus hombros. Cadios hace las presentaciones pertinentes y por fin aparece Mara y su séquito, presenta a Ekaterine Sofía (la sabia).

Mara, Regente Tremere
Mara, es una mujer de baja estatura vestida con un traje de gala de una poderosa aunque pía musulmana, ya que solo se pueden ver sus negros ojos serenos, con un negro tan intenso que apenas son indistinguibles sus pupilas y su tez pálida como la nieve.

Junto a ella se encuentran Rusticus, la bella gárgola, siempre alerta y cerca de su Señora y Adam el desfigurado Capadocio, cuyo inquietante aspecto de cadavérico queda palpable en el ambiente. Amelia y Tobit, ghouls de Mara se encuentran en un segundo plano.

Ambos antiguos se miran durante unos segundos y la tensión inicial se torna a una clama palpable. Ambos se presentan educadamente y Varsik toma la palabra:

Rusticus, Gárgola de Mara
-Enigmática Mara, no podía creer las palabras de mi chiquillo Cadios, aquí presente, cuando me explicaba emocionado que una Tremere le había ofrecido cerrar un trato mercantil con un Ravnos. No me malinterprete, no es que no cierre tratos a menudo, pero este en cuestión me resultaba claramente inusual. Sabía de su presencia en la ciudad, e incluso de sus intereses comerciales pero nunca hubiera imaginado cerrar un trato personalmente con vos, y menos para algo tan importante como la construcción de la primera Capilla Tremere de Jerusalén, nada menos. Un lugar interesante para ubicarla, claramente estratégico, pero sin duda hay que tener valor para plantarla en pleno barrio Assamita.

Amelia, ghoul de Mara
Cadios me ha dado los detalles pertinentes y por supuesto estoy dispuesto a cerrar este trato personalmente con vos, y a dar el primer paso para futuras relaciones en las que todos salgamos ganando. Por supuesto le adelanto que también tengo tratos con sus enemigos los Tzimisce, no hay nadie que no necesite algo y yo se lo pueda conseguir y seguro que vos podéis arrojar luz sobre mis apetitos ocultistas sobre todo lo relacionado con reliquias y poderes sobrenaturales, es una conocida debilidad, que no me importa compartir con los presentes, quizás algún día alguno quiera hacer negocios conmigo.- señala y mira a todos los presentes.

En cuanto a lo que nos atañe, recibirá la visita de expertos que evaluarán las necesidades de su construcción y mis hombres se encargarán de coordinar los gremios de la forma más rápida para que pueda tener su Capilla construida en el tiempo imposible de dos semanas, en cuanto cerremos el trato...- se acerca a dar la mano a Mara.

Mara extiende su blanca y frágil mano y mientras se la da con delicadeza Varsik sonríe.
Tobit, ghoul de Mara
Mara dice con voz armoniosa: -Como le dije a su Chiquillo estoy aquí para tender puentes y no para destruirlos, tenemos un acuerdo, sé que cumplirá- tras el apretón de manos Mara continúa: - Su reputación le precede Varsik, y su prestigio juega a su favor, no soy una ilusa, jamás dejaría el asunto en manos de un Ravnos si no fuese a Varsik el comerciante. He de reconocer que pensaba que había vivido todo y pocas cosas me quedaban ya si no era dormir por toda la eternidad, y de pronto el destino ha puesto enfrente de mí una oportunidad única para empezar de nuevo, y ese comienzo será con los fuertes lazos de los Capadocio, los Ravnos- mira de reojo a los personajes -y quién sabe si de los Tzimisce. -Un placer hacer negocios con vos, Varsik de Jerusalén, deseo que podamos afianzar esta relación en el futuro, por mi parte solo veo ventajas.


Rusticus no ha perdido ojo a los Ravnos y Yasmina incomoda no pierde detalle de todos los presentes. Ambos antiguos se despiden cordialmente y se van del lugar con su séquito dejando a los personajes debatiendo sobre el encuentro.


Semana de obras
Por fin durante los días siguientes empiezan las obras de reforma de la Capilla. Por el día los trabajadores parecen avanzar a destajo y poco a poco se va “vistiendo” el lugar con los mejores materiales, como prometió Varsik.

Futura Capilla Tremere
El grupo de protectores de la Capilla se organizan para defender el lugar por la noche, Ekaterine, Itachi y Vadjanosz lo hace desde dentro del lugar, Sobek vigila la entrada desde las alcantarillas desde la propia alcantarilla, cuál oscuro y monstruoso anfibio expectante. A su lado el cadáver de su última víctima, al que ha llamado Joseph, de vez en cuando habla con él para no aburrirse demasiado.  Y Jesper, Dragomir y Cadios, ofuscados por el Malkavian protegen el perímetro del templo rodeándolo continuamente.

Pasa una semana en la que la reconstrucción va avanzando a pasos agigantados, a este paso estará terminada en el imposible plazo que Varsik aseguró.

Vadjanosz intenta romper el hielo con Itachi preguntándole por su pasado y este se niega tajantemente a hablar de su historia, así que para matar el rato Vadjanosz con Vicisitud y cuerpos humanos de cazas nocturnas, se fabrica una coraza de piel y huesos que aún permanece con vida, tiene un par de ojos en su espalda y el Tzimisce la alimenta con su sangre. La confecciona de tal forma que cuando se transforme en forma de Zulo no de destroce por completo, usando los tendones para dar elasticidad a la armadura compuesta.

Jesper durante varias noches, antes de irse a dormir caza varios gatos y se los da a Vadjanosz pidiéndole que le haga una armadura de piel de gato. El Tzimisce acepta el encargo y le hace una pequeña armadura de cuero de piel de gato, de diferentes colores. También tiene la elasticidad suficiente para no romperse cuando Jesper se transforme en forma de Zulo.

Ekaterine se interesa por aprender a pelear y pide a Itachi que parece un guerrero capaz que la enseñe. Este lo hace encantado y practican lucha sin armas, con las manos desnudas hasta que la Tzimisce aprende los conceptos básicos de la lucha, pero con el peculiar estilo oriental.


Rompiendo lazos
Amelia y Rusticus visitan la capilla y preguntan a los personajes que tal va la protección nocturna de la Capilla. De momento sin incidentes, así que preguntan si necesitan algo, Itachi remarca que si les trajeran Vitae sería mejor y Amelia se excusa alegando la cantidad de trabajo que tiene con los preparativos de la inauguración. Deberán alimentarse por ellos mismos como están haciendo hasta ahora.

Dragos, espía del Conde Radu
Mientras los personajes se encuentran en sus tareas, un comerciante Transilvano merodea por su refugio, dos soldados húngaros le protegen de todo mal. Los tres van a caballo y finalmente el mercader pregunta por Ekaterine de Balgrad, o alguien de su corte.

El mensajero ve salir a Amelia y volar a Rusticus y se queda perplejo y pensativo en el momento en el que entra al refugio de los personajes.

Sus soldados se quedan fuera y se acomoda muy serio. –Señorita Ekaterine, mi nombre es Dragos, El Conde Radu Príncipe de Bistritz me envió hace un mes a una ciudad de Ultramar, para tratar un asunto de su incumbencia y ya que estaba próximo a Jerusalén pasé por la ciudad con orden de informarle de cómo iban sus intereses por Tierra Santa. Así que aquí estoy para recoger toda la información relevante que le pueda interesar a mi señor. - Saca un pergamino y una pluma y escribe con la sangre de sus venas, clavándosela cada vez que quiere apuntar algo.

Ekaterine le va narrando sus andanzas, adornando las partes menos lucidas con bonitas palabras de esperanza y el escribe todo sin dejarse un detalle, no pregunta, ni puntualiza, ni interpreta, sólo transcribe lo que le dicen. Solamente se queda paralizado durante un segundo cuando Ekaterine le dice que trabajan para los Tremere, aunque como parte de su plan de conquista.

Cuando termina, recoge todo, saca de su zurrón un trozo de hueso del tamaño de una moneda y se lo da a Ekaterine, alegando que Radu quiere que lo tenga. Se despide dando las buenas noches y diciendo que su Señor se pondrá en contacto con ella. Ekaterine se queda pensando el porqué de la desconfianza de su Señor Radu.

Esa misma noche utilizando la forma astral concedida por su maestría en Auspex se presenta ante los personajes. Un espectro tenuemente iluminado del Conde se aparece sobre las cabezas de los presentes. Su aspecto es más amenazador del que suele tener. Es evidente que su cara refleja los rasgos iracundos de una bestia salvaje.

Conde Radu, Voivoda Tzimisce
- Nunca he esperado mucho de las pocas esperanzas que tenía puestas en Tierra Santa, pero jamás me esperé esto ni en la peor de mis pesadillas. Es evidente que habéis tomado partido por una facción y en esta guerra no hay medias tintas o estás conmigo o estás contra mí. Rompo todo lazo que tuviera con vosotros y no quiero que volváis a nombrar el nombre de Radu en vano. Sois una vergüenza para mi clan y lo que yo pensaba posibles aliados se han tornado en traidores, tanto como los propios Usurpadores. Sois un insulto para Transilvania y para el clan Tzimisce y para nosotros habéis hallado la muerte definitiva. Si alguna vez queréis acabar con vuestra existencia atreveos a pisar tierras Tzimisce, cualquiera de las facciones os dará caza como os merecéis. Mira muy fijamente a Ekaterine, pero también extiende su amenazante mirada a Jesper y a Itachi sobre todo.
Solo hubiera una línea temporal en el que todo esto se podría solucionar. En esta hipotética dimensión alternativa la cuadrilla en desgracia con los Tzimisce extermina a todos los Tremere de Jerusalén, calcinando su Capilla hasta la extinción de todo rastro de usurpadores en la ciudad. Solo sobre esas cenizas se podría edificar el Templo Demonio en honor a sus verdaderos señores los Tzimisce. -

Y escuchando las últimas palabras como un eco cacofónico la imagen desaparece atravesando el techo como si de un espectro se tratase.

El silencio es ensordecedor y el grupo de vampiros se encuentran pensativos. Hablan entre ellos y deciden elegir bando, está claro que no se puede caminar en la cuerda floja intentando agradar a dos facciones enemigas. ¿A quién elegirán?

Vadjanosz se dirige a la paralizada Ekaterine, su mundo parece haberse derrumbado, El Tzimisce rebelde le explica que debe romper sus cadenas de su esclavista y ahora al fin es libre.

Samuel , Malkavian
Samuel, la actual personalidad de Jesper, le asegura que al fin será libre y que ha madurado como Vampiresa. Al mismo tiempo asegura que aunque trabaje para los Tremere él jamás traicionará al Conde Radu, un razonamiento bastante contradictorio, pero muy apropiado para un Malkavian.

Ekaterine, aún anclada en el pasado y herida en su orgullo asegura haber perdido parte de su alma y para recuperarla solo puede ser de una forma, exterminando a los Tremere de la ciudad como su Sire le ha insinuado. Nadie la secunda, ni siquiera su protector Itachi, no cree que sea el momento ni el lugar, a pesar del duro golpe que la Tzimisce ha recibido.

Samuel asegura –Somos una fuerza en Jerusalén, no necesitamos el apoyo de nadie,  pesar del riesgo que pueda suponer-

Ekaterine se queda abatida, sin apoyos y por primera vez se siente sola en tierra extraña, desolada y sin esperanza alguna.

Vadjanosz le propone a Ekaterine la idea de crear su propia capilla Tzimisce, un templo de carne moldeada propiedad de ellos como facción independiente, sin ancianos que les ordenen lo que tienen que hacer. El Tzimisce tienta a la abatida cortesana con la libertad, se abre un mundo de posibilidades ante ella.


Duendes infernales
El ataque de los Duendes Infernales
Mientras el grupo al completo habla sobre la nueva situación, a lo alto de la capilla, estallan los cuatro ventanucos al unísono. Una lluvia de cristales baña a los personajes y una jauría de diabólicos seres, con aspecto de duendes del averno, con grandes orejas, fauces afiladas y enormes zarpas, comienzan a trepar por el techo como si fueran arañas gigantes hechas de carne y con hambre de vampiro. Sus chillidos son molestos y con movimientos fugaces saltan sobre el grupo y los atacan desde lo alto.

Mientras los vampiros se preparan para la batalla, desenfundando sus armas, transformándose en Zulos Demoníacos y orientando sangre para potenciar sus físicos y que sus cuerpos sean más
Vadjanosz, Tzimisce en Zulo
fuertes, más rápidos y más duros.

El combate es devastador, sangre, zarpazos, mordiscos y golpes de espada que rajan y amputan salpicando de Vitae toda la estancia. El ruido del combate se escucha por toda la zona y bajo la puerta principal un reguero de sangre comienza a verterse hasta la calzada principal.

Ekaterine espada en mano se defiende como puede luchando por su no vida, herida de muerte es salvada por Itachi que emplea Disciplinas de Quimerismo, algo inusual para su clan, para confundir al engendro que lucha contra la Tzimisce.

Itachi demuestra tener un poder extrañamente oscuro, y por sus ojos expulsa un inquietante y mortal fuego negro que abrasa a uno de sus contrincantes que apunto está de matarle dejando malherido al Tzimisce oriental.

Dragomir es abatido con tan mala suerte que se debate entre la vida y la muerte en el suelo. Se defiende como puede pero herido de muerte a penas puede luchar.

Samuel, Malkavian en Zulo
Vadjanosz en forma de Zulo y armado con su espadón, absorbe zarpazos de sus oponentes para después atacarlos con toda su furia partiendolos por la mitad.

Cadios, después de acabar con el suyo, con su Quimerismo distrae al monstruo que ataca
al Tzimisce y le salva la vida matándolo de un espadazo, con el filo teutón de Albert el Salubri fallecido.

Sobek es un animal en la batalla, carga, muerde y salta contra sus enemigos destrozando unos con otros como si fueran muñecos en sus grandes manos.

Samuel en Zulo lucha salvajemente contra los demoníacos duendes y riendo demencialmente los aplasta y destroza bañándose en sus vísceras una vez ha terminado, amputando y vaciando los cuerpos de los caídos.

Dragomir, Itachi y Ekaterine, son heridos de muerte y casi perecen en el asalto. El numeroso grupo de Vampiros retiene el ataque y acaba con todas ellas, no sin múltiples heridas y amputaciones entre los suyos.

Al terminar la batalla, en pleno silencio, la sangre baña el lugar y los cuerpos desmembrados de los engendros adornan el suelo y las paredes del templo. La Capilla está siendo construida con sangre, sin duda.


Tras la batalla
Samuel sigue descuartizando cadáveres caídos y bañándose con sus tripas hasta el momento en el que es consciente de lo que ocurre y su humanidad es golpeada fuertemente por la bestia. Alice aparece en su lugar y llora sangre sobre los cuerpos de los atacantes.

Vadjanosz quería haber interrogado al último herido pero Cadios lo ha partido por la mitad con su espada. El Tzimisce observa los cuerpos y son Szlachta Tzimisce, sin duda alguna, pero ¿que Tzimisce los ha enviado esta vez? ¿Bogdan, enemigo de Vadjanosz? ¿El despechado Conde Radu? ¿Noriz, el corruptor de Legiones, enemigo de Radu?. Todos ellos atacarían con gusto una Capilla Tremere en construcción. Vadjanosz  aconseja no beber de los Szlachta Tzimisce atacantes, pueden contener Vitae del Tzimisce que los ha creado y vincular de sangre al que beba de ella.

Ekaterine y Dragomir están en el suelo arrastrándose por su no vida, y heridos de muerte, a Dragomir le falta la mitad del pecho con un brazo y la Tzimisce tiene un pie amputado y varios zarpazos. Itachi mal herido, recoge los restos del que ha quemado con fuego negro y los envuelve en una manta de la obra, para después llevárselo y deshacerse de los restos para siempre.

Rashid, Assamita
Cadios sale fuera y observa por si el que envía este ataque estuviera cerca y de un tejado baja alguien de un salto certero y se plante delante de él. Parece malhumorado es Rashid, del clan Assamita, amenaza al Ravnos y entra en la Capilla y ve el dantesco escenario e iracundo ordena marcharse del barrio musulmán a semejantes sacrílegos. Muy nervioso desenfunda su cimitarra y se encara a Vadjanosz que cubierto de sangre agarra su espadón y se pone en guardia deseando iniciar la pelea, para él sería el segundo asalto. Cadios se ponen entre ambos y les intenta separar cuando en ese instante Rusticus la gárgola de Mara aparece del aire y cae en picado entrando en la Capilla y captando la atención de los presentes dice al Assamita que su señora Mara le dará las explicaciones pertinentes. Rashid pensativo enfunda su arma y tras mirar desafiante a Vadjanosz y sin darle la espalda se va con la gárgola. A punto han estado de empezar una guerra entre facciones, pero hoy al menos no ha sido así.

Vadjanosz hambriento se tapa con harapos, su ropa se destruyó cuando se transformó en Zulo y se encamina hacia el barrio armenio donde elige una casa humilde para adentrarse y saciarse con toda la familia que duerme plácidamente, para después incendiar la casa con los cuerpos con Taumaturgia.

Cadios se va en busca de un matadero y tras encontrar uno, llena dos tinajas de sangre de cordero.

Itachi frente a una forja, se adentra en sigilo salvando el miedo irracional al fuego y lanza allí los restos del cuerpo carbonizado con su fuego negro. La humareda de la chimenea de la forja es negra como los cojones de Satán.

Sobek como un carroñero recolecta trozos de los cuerpos muertos para llevarlos a su refugio y adornarlo; el cuerpo de uno de los Szlachta, las zarpas amputadas de otro, el pie cercenado de Ekaterine y el brazo arrancado de Dragomir. Después de llevarlo a su Dominio bajo las cloacas, el Nosferatu se da un festín con un manto de ratas que se come vivas cada una de un crujiente bocado.

Alice, Malkavian
Alice se despeja y ve que solo están tirados en el suelo, esperando Vitae, Ekaterine y Dragomir. La Malkavian muy afectada por la escena y rota por dentro se acerca a la Tzimisce y la dice muy triste: - El amor ha muerto- Y Ekaterine, herida de muerte por fuera y por dentro no pude reprimir su ira y se intenta lanzar contra Alice para morderla, la bestia la ha poseído, y se arrastra como puede porque le falta un pie del combate. Alicia asustada se va ofuscada y la Tzimisce en frenesí ve a su única víctima viva, Dragomir y se arrastra hasta él, el mercenario Tzimisce re arrastra por su no vida, estando tan mal herido un mordisco de su poseída compañera seria mortal. Dragomir tiene suerte ya que Ekaterine cae por la trampilla al sótano y allí queda incapacitada. Dragomir debe arrastrarse a esa misma trampilla por que el amanecer está a punto de llegar y si la luz lo sorprende por los ventanucos rotos del tejado puede perecer convertido en cenizas. Por tercera vez esta noche se arrastra por su vida y consigue salvar su maltrecho cuerpo arrojándose al sótano, donde puede estar a salvo de la mortal luz solar.

Ekaterine entra en letargo por la gravedad de sus heridas, y solo sangre más antigua que la
"Charlatán"
zíngaro amigo de Cadios
suya puede despertarle del sopor, eso o el paso del tiempo y quién sabe cuándo despertará y si no moriría mientras duerme, ya que en este estado su cuerpo es vulnerable y muy cercano a la muerte definitiva.

Dragomir se despierta en el interior de un carromato de la Kumpañia de zíngaros amigos de Cadios, al parecer los trabajadores del Varsik que remodelan la Capilla, encontraron los malheridos cuerpos de Dragomir y Ekaterine en el sótano, alertaron a los suyos y alguien de confianza de Cadios los ha traído a un lugar seguro, teniendo cuidado de la luz del día. Ekaterine no despierta, está en sopor, pero Dragomir, se ve cuidado por una anciana zíngara que poco después es alertada por Cadios para que se aleje del herido Tzimisce, su hambre podría ser peligrosa para cualquier humano que se acerque a él.

"Perezoso"
zíngaro amigo de Cadios
“Charlatán” un humano zíngaro amigo de Cadios se encarga de comprar un rebaño de animales para curara a sus amigos, pero lo tendrá que pagar con unos bienes que Cadios le había dejado para vender, y con todo el dinero que había sacado se compra varias docenas de ovejas y se paga una noche de placer con las mejores prostitutas de la ciudad. “Charlatán” y “Perezoso”, ambos amigos de Cadios,
se encargan de desangrar a los animales y despiezar los animales para que el campamento se alimente. Dragomir se alimenta y cura parte de sus agravadas heridas; Ekaterine por su parte se despierta con sangre poderosa en la boca y hambrienta se alimenta también de las tinajas con sangre animal que los zíngaros de Cadios le van trayendo. No queda un solo animal
"Morena", zíngara
vivo y con la carne de las ovejas desangradas los zíngaros hacen una fiesta asando las piezas en grandes hogueras. En la fiesta dos mujeres, una rubia y otra morena, bailan alrededor de Cadios mientras este toca el laúd magistralmente y cantando: “había tres mujeres tan gordas como el mar, que se hacían las estrechas ver y no tocar…”. Tras la juerga el Ravnos pasa lo que queda de la noche y el día con la morena, alimentando su extinta pasión carnal y usando la sangre para dar placer a la mujer y bebiendo a su vez de ella para obtener ambos un placer inimaginable.


"Rubia", zíngara
Volviendo a la guardia
El grupo tras lamerse las heridas regresa a la Capilla. Las obras parecen bastante avanzadas y ya hay lugares como el sótano y un piso superior recién construido, donde Rusticus no les permite acceder.

Sobek pregunta a Vadjanosz si pudiera hacerle con Vicisitud unos guantes hechos de las garras de los Szlachta Tzimisce, éste viendo las zarpas amputadas que el Nosferatu le entrega,  le contesta que seguramente si pueda.

Amelia, ghoul de Mara, se preocupa por la salud de los personajes y a solas con Cadios le asegura que la Capilla será inmediatamente protegida mágicamente de futuras incursiones. Lamenta el ataque y da gracias al cielo de que todos estén con vida. Cadios no pierde el tiempo para intentar ligar con ella y tras unos ingeniosos piropos Amelia le sonríe mientras se va rauda a seguir con su trabajo.


Malkav habla
Malkav es la personalidad de Jesper esta noche, y Ekaterine se presenta a él y se interesa por su sabiduría y poder. El Malkavian la arropa diciendo que con su poder la Capilla estará protegida y ellos también, Ekaterine se siente extrañamente atraída por Malkav, impresionada por su aura de Antediluviano.

Malkav, Antediluviano Malkavian
Malkav se dirige a todo el grupo...

-Mi más sincera enhorabuena... por fin os habéis liberado de esas cadenas mentales que os ataban a unos ancianos que no son más que niños enrabietados... los jóvenes sois el futuro y ahora vais a poder demostrarlo... yo a través de mis hijos os observo y estoy locamente complacido, sois los precursores de la Gehena, el fin de los días…

Debo aclararos que sé que parece contradictorio lo que os comunico ya que yo soy el más célebre y favorecido de los descendientes de Caín, pero no os equivoqueis, yo ya no soy un Antediluviano, yo ahora soy un DIOS, y como tal tengo la necesidad de que lleguéis a ser todo lo que podáis... el estancamiento social y mental es un error. No sé, estos niños a los que llamáis erróneamente Antediluvianos, ¿de dónde habrán sacado ese deseo de contrariar la existencia de los demás? ... como si pudieran hacer algo al respecto... jajajajaja.

Escuchad esto último atentamente:

“Los hijos se alzaran contra sus padres... y sus abuelos les cubrirán de regalos”