R.I.P. Gabriel, Toreador

 

Gabriel, Anciano Toreador

Los portadores del Arca
Historia de un Toreador

Gabriel, cuyo nombre significa Fortaleza de Dios, durmió durante siglos en lo que los cainitas llaman sopor. Fueron casi 2000 años de sueño durante los cuales Jerusalén fue reconstruida desde las cenizas.  Tuvo mucho tiempo para pensar en el pasado… y en el futuro.

Siempre había sido un niño peculiar atormentado por visiones del futuro transmitidas por Yahvé. En ellas se veía en otra época, ya de adulto, vistiendo con ropajes extraños, hablando en una lengua ininteligible, portando un brazo hecho de metal, viviendo en una herrería y corriendo todo tipo de aventuras con un grupo de seres de la noche a los que llamaban Vampiros.

Cuando solo era un humano, Gabriel aprendió de su padre el arte de la herrería, convirtiéndose en un gran herrero.

Ya de joven, huyendo de las purgas del ejército egipcio hacia los judíos, perdió su brazo izquierdo y quedó tullido para siempre, pero esto no le impidió ser un maestro herrero capaz de enseñar a jóvenes como ayudar a su pueblo a defenderse de su enemigo.

Ya de adulto, Gabriel, fue uno de los elegidos por el Rey David para tomar la ciudad de Jerusalén de los jebuseos. Un grupo de héroes consiguieron conquistar la ciudad sin violencia en la gesta conocida como “La Gruta del Sinnor”. Todos ellos fueron recompensados por David nombrándolos como sus consejeros, reputados maestros que hicieron de Jerusalén el primer hogar de los judíos.

Años después, el Rey David reunió al grupo de héroes que tomaron Jerusalén a su lado y les pidió que trajeran en Arca de la Alianza a Jerusalén, donde debía estar.

Gabriel fue uno de los portadores del Arca de la Alianza, la más sagrada Reliquia, lugar donde Moisés guardó las Tablas de la Verdad, donde las Leyes de Dios fueron esculpidas en piedra.

El Templo de Salomón

Con ella vencieron ejércitos y purificaron la tierra, quemando demonios y seres del averno a su paso, hasta que consiguieron traer el Arca a su nuevo lugar de descanso, en el monte Sion dentro de la capital de Israel, Jerusalén.

Y todo esto lo hizo Gabriel, siendo solamente un humano.

Gabriel tuvo un solo hijo, Buki. Un prometedor joven que también llegó a ser un maestro reputado, en el campo de la arquitectura. El hijo de Gabriel tenía un secreto, había sido abrazado a las Tinieblas por un Toreador fenicio llamado Elsh y decidió abrazar a su padre Gabriel, como recompensa por su vida tan prospera y plena. No podía dejar que la muerte acabase con su historia en la tierra. Yahvé podía esperar para tenerlo a su lado. 

Ahora Gabriel era chiquillo de su Sire Buki, hijo humano suyo. Elsh era su abuelo vampírico, aunque en el futuro seria como un Sire para él, asumiendo el rol debido a la falta de Toreador en Jerusalén.

Entonces ocurrió una desgracia y la envidia hizo que  Gabriel diabolizara a un vampiro rival en una reyerta desdichada, un hermano de su propio clan de artesanos. Su Sire Buki le desterró por ello, condenándolo 100 años a morar por catacumbas perdidas sin subir a la superficie. Esta diablerie seria la causante de su muerte, siglos después…

Una vez pagó su pena acabó en el reino vecino de Asiria, allí conoció a un ambicioso Ventrue llamado Samael, un viejo amigo de sui hijo Buki, que ayudó a construir el famoso templo de Salomón, hijo favorito del Rey David.

Juntos, Gabriel y Samael, ascendieron peldaños en la política vampírica asiria, ganándose la confianza de sus Señores Assamita. Eran muy buenos captando y exterminando espías Setitas venidos del peligroso Egipto.

Samael y Gabriel regresaron a Jerusalén donde resistieron un asedio babilonio que finalmente acabó arrasando la ciudad. Samael, el primer Príncipe judío, fue asesinado y con él, todos los cainitas de Jerusalén.

Samael, Príncipe Ventrue judío

Gabriel consiguió salvar su no vida gracias a un pacto de su abuelo Elsh con Kothar, el Profeta, Señor del valle de Hinnom, colonia leprosa a las afueras de Jerusalén. Kothar, del clan Nosferatu, acogió a Elsh y a Gabriel que durmieron en sopor, ocultos en cuevas, durante siglos.

Cuando Gabriel despertó todo había cambiado. Habían pasado casi 20 siglos y Jerusalén era prospera de nuevo, pero había sido dividida en cuatro partes, controladas en secreto por cainitas, que luchaban en las sombras por el control de la ciudad.

Gabriel vivió una vida plena, fue Sire de una efímera neonata; Protector de la Capilla Tremere; Primogénito Toreador; y Señor del barrio cristiano.  Luchó y sobrevivió a un Golem y acabó sus noches ajusticiado por los crímenes que hizo hace casi dos milenios.

La justicia divina se hace esperar, pero cuando llega, la ira de Yahvé es implacable. Puede que de esta forma por la que Gabriel haya conseguido descansar a lado de Yahvé, junto a sus seres queridos… o puede que no.